Los conductores tienen muchas opciones a la hora de repostar. Algunos se decantarán por el mejor precio y acudirán a las gasolineras low cost, mientras que otros apostarán por la calidad de las grandes distribuidoras. Recientemente Repsol, Galp y BP conocían de primera mano la valoración de los talleres sobre los mejores sitios para llenar el depósito.
Hace unas semanas se generó un enorme revuelo en torno a este asunto. Un miembro de la Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (CETRAA) pronunció unas palabras que hirieron a más de uno. Al cabo de un tiempo, y después de toda la polémica generada no le quedó más remedio que retractarse.
De sus palabras se extraía que las estaciones de servicio low cost eran las causantes de muchas de las averías de los coches. Aseguraba que los carburantes de estas estaciones de servicio contaban con una mala composición y una baja calidad. Lo que provocó la rápida reacción de la Asociación de Estaciones de Servicio, que demandó una explicación.
Ahora, la situación se ha calmado tras las aclaraciones de la CETRAA. Pero muchos no olvidan los comentarios de José Rodríguez, representante de esta organización. Tenía muchas dudas sobre la calidad de los combustibles que se despachaban en los establecimientos de bajo coste.
Les responsabilizaba de la mayor parte de averías que sufrían los vehículos. Sobre todo en los sistemas de inyección y otros componentes del motor, recoge la web Motor 16. Todo esto se difundía el pasado 12 de febrero.
Previamente, El Programa de Ana Rosa, también realizaba un informe desvelando las cualidades y la relación calidad-precio de estos carburantes low cost. Querían conocer qué diferencias había con los distribuidores tradicionales como Repsol, BP o Galp.
La reacción de los talleres
La Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines remitía recientemente un burofax a la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE). En él querían matizar sus declaraciones y confirmaban que en ningún momento se ponía en duda la calidad de los combustibles de las low cost.
Desde la organización de gasolineras pretenden dar por zanjado el asunto y aceptan las disculpas de los talleres. Detectan una falta de intencionalidad en las declaraciones de este portavoz de CETRAA. Además, también desvelan las valoraciones de un miembro de esa organización.
Corrigen sus palabras y aseguran que "sobre las averías causadas por el combustible no estaban vinculadas al producto que ofrecen low cost". Lo atribuyen a "cualquier combustible que tenga una calidad insuficiente".
Los profesionales de la reparación reconocen que en ningún momento se basaron en un estudio o en una investigación científica. Desde las estaciones de servicio AESAE destacan que la mayor parte del carburante procede de las plantas de Exolum (antigua CLH). Allí hacen "rigurosos análisis para comprobar la calidad" del mismo y "se aditiva con los productos HQ300 y HQ400 para cuidar el motor".
La defensa de las gasolineras low cost
En la actualidad, las gasolineras de bajo coste abarcan en torno al 18% del mercado al por menor de carburantes en nuestro país. Inciden, además, en que ofrecen miles de puestos de trabajo en sus estaciones de servicio.
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Lo que está claro es que existe una guerra abierta entre las principales distribuidoras y las low cost. Repsol, Galp o BP no pueden competir contra los precios tan reducidos que ofrecen. Sin embargo, la estrategia para captar y retener clientes pasa por recurrir a las tarjetas de fidelización.
Es lo que realiza, por ejemplo Repsol con la aplicación Waylet. De momento ofrece a sus usuarios descuentos de 10 céntimos, pero a partir de abril lo ampliarán hasta los 20. Se trata de una apuesta arriesgada que ha sido bien recibida por los conductores.
Todo lo que sea ahorrar resulta muy valorado por los consumidores. Y más después de que finalizara la bonificación de los 20 céntimos del Gobierno el pasado 31 de diciembre.