Mucho cuidado con las conservas que tienes en tu despensa. Pese a ser un alimento muy recurrido por aquellos que no disponen de demasiado tiempo o arte en la cocina, parece ser que no deberíamos ser tan flexibles con ellas.
Y es que, al ser un alimento tan normalizado en las cestas, no nos ponemos a analizar cómo de mucho o de poco saludables son. En este sentido, se recomienda siempre consultar el etiquetado, puesto que no todas son tan sanas como parecen. Sin ser del todo consciente de ello, tu lata de conserva preferida podría ser perjudicial para tu salud.
Las 4 conservas de las que recomiendan no abusar
A continuación, recogemos en un listado todas aquellas conservas que se han ganado la desaprobación del público. Las razones principales para desaconsejar su consumo están relacionadas con las altas proporciones de azúcar, sal o aceites refinados.
1. Melocotón en almíbar
Posiblemente el melocotón en almíbar sea uno de los postres más típicos de España. Y es que, desde bien pequeños, tenemos normalizado su consumo. No obstante, su contenido en fruta no implica que su consumo sea necesariamente saludable.
Esto se debe a que, como su propio nombre indica, contiene almíbar, cuya presencia supone un chute extra de azúcar. De cada 100 gramos de melocotón en almíbar, ingerimos 16 gramos de azúcar añadido. Una cifra demasiado alta, si tenemos en cuenta que supone el 20,4% de la cantidad diaria pautada por las autoridades sanitarias.
Además, se tiene constancia de que este tipo de método de conservación altera el lado más "saludable" de la fruta. Al parecer, se reduce el nivel de fibra y la concentración de las vitaminas, minerales y nutrientes.
2. Fabada de bote
Algo similar ocurre con la fabada de bote, una opción para quienes disfrutan de la gastronomía española, pero no son tan partidarios de cocinarla. En este caso, el principal "riesgo" proviene de todos aquellos productos extra que se les añaden, como pueden ser los aditivos.
Siguiendo en esta línea, encontraríamos la presencia de algunos que, en una receta casera jamás aparecerían. Un ejemplo de ellos son los almidones modificaciones, el azúcar o algunos aceites vegetales refinados.
3. Salsas en lata
Si eres de los que prefiere comprar sus salsas ya preparadas, lo mejor es que siempre lo hagas consultando su etiquetado. Normalmente, en ellas es posible encontrar una gran cantidad de azúcar, sal y otros ingredientes que jamás te esperarías.
4. Chopped de lata
Pese a no gozar de gran popularidad en España, lo cierto es que se trata de un producto muy consumido en otros países. Un claro ejemplo de ello lo encontramos en EE. UU, lugar en que se suele comprar con bastante asiduidad. Y es que, pese a su sabor, la realidad tras este embutido es que contiene una gran cantidad de grasas, así como sal.