En la última reforma de las pensiones, la mayoría de las novedades expuestas por el ministro Escrivá sonaban bastante bien a simple vista. Sin embargo, la letra pequeña escondía una serie de detalles en los que no profundizaron y que afectarán a los trabajadores.
El incremento de los impuestos para sostener el sistema de la Seguridad Social va más allá de lo anunciado por el Gobierno. En el pacto que se alcanzó con Bruselas se incluyeron una cuantas cláusulas inesperadas.
En el caso de que el déficit se desvíe por encima de lo previsto se aplicarán más impuestos, además de recortes. Cada tres años habrá que hacer una revisión de las cuentas y el ejecutivo de turno será el encargado de realizar los pertinentes ajustes.
El ministro de Seguridad Social ha elaborado un plan de medidas consensuado con las autoridades comunitarias. En él tienen cabida una serie de planteamientos que pretenden ser decisivas en esta reforma de las pensiones. El nuevo escenario que se abre a partir de ahora le permitirá cumplir con el compromiso adquirido con la Comisión Europea.
Esto facilitará que España tenga acceso a la cuarta partida de fondos Next Generation que ascenderá a los 10.000 millones. Básicamente centrará su propuesta en un incremento del periodo de cómputo. Pero también incluirá una cuádruple vía de aumento de recaudación por cotizaciones sociales, recoge ABC.
Más años para calcular la pensión
En un primer momento el Gobierno había propuesto que se elevara de 25 a 30 el número de años para calcular la pensión. Querían que además se pudieran descartar los dos peores. Finalmente decidieron decantarse por otras dos opciones de cómputo que en principio resultarían menos perjudiciales para el trabajador.
Se dará la opción de calcularla según los últimos 25 años cotizados, como ya aparece en la ley actualmente. Pero también se permitirá que se haga dicho cómputo tomando como referencia los últimos 29 años cotizados. Sin embargo, será posible descartar los dos peores años para que se tengan en cuenta 27.
Las medidas para aumentar los ingresos
Pero el Gobierno también ha puesto sobre la mesa una serie de propuestas para elevar la cuantía de los ingresos. Son, posiblemente, la parte más desconocida del acuerdo y que afectarán bastante a los futuros pensionistas.
Están pensadas para financiar el aumento de gasto que se desarrolla en la primera parte de la reforma de pensiones. Sobre todo debido a las revalorizaciones en base a la inflación.
La primera alternativa consiste en un aumento anual paralelo de la base máxima de cotización. Se llevará a cabo en función de la inflación media anual y tendrá que tener el visto bueno de los Presupuestos Generales del Estado. El último año, por ejemplo, ha implicado una subida del 8,6%.
A esto se le une además un recargo adicional sobre esta base del 30%, que se distribuirá durante 30 años. La subida anual planteada a partir de 2025 es de 1,154 puntos porcentuales hasta 2050.
Al mismo tiempo, la pensión máxima aumentará en 0,115 puntos porcentuales. Lo que implica una décima parte respecto a la base máxima de cotización por esta vía.
Una de las grandes novedades es la cuota de solidaridad. Se aplicará en aquellos salarios que se encuentren por encima de la base máxima. Dicho diario confirma que la cotización adicional por este concepto será del 1% en 2025. A partir de esa fecha se incrementará un 0,25% hasta 2045. Desde ese año quedará establecida en el 6%.
En último lugar hay que hacer mención también a la subida del mecanismo de equidad intergeneracional. Dicha medida se aplica sobre la nómina de todos los afiliados al sistema, al margen de sus ganancias. Implica un 0,6% del sueldo, de los cuales el 0,5% los asume la empresa, mientras que el 0,1% restante corre a cargo del empleado.