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Psicóloga hablando con una paciente y apuntando los hechos en una libreta

Los síntomas del desconocido 'síndrome de la niña buena' que muchos sufren sin saberlo

Conoce los síntomas y descubre qué personas son más propensas a padecer este síndrome

Por todos es sabido que gran parte de las cosas que suceden en nuestra infancia acaban repercutiendo en nuestra etapa adulta. La educación y los valores que recibe un niño en casa juegan un papel clave en el tipo de persona que se acabará convirtiendo.

¿Qué es el síndrome de 'la niña buena? Todo lo que debes de saber

El término fue inventado por el psicoterapeuta estadounidense Beverly Engel, y más tarde lo incluyó en su libro Nice Girl Syndrome. El autor lo utilizó para describir a ciertas personas en concreto, como veremos a continuación.

Este síndrome, aparentemente desconocido, muestra una estrecha vinculación a algunos aspectos como la personalidad o los vínculos afectivos que se han tenido en la infancia.

Dos personas abrazándose
Los vínculos afectivos y la personalidad juegan un papel clave en el desarrollo de este síndrome | Getty Images

Normalmente está mucho más presente en las mujeres, aunque también es cierto que pueden experimentarlo algunos hombres. En cualquier caso, la persona siempre acaba sufriendo.

Sin embargo, antes de seguir conviene conocer en profundidad de qué trata este síndrome. A grandes rasgos, el síndrome de 'la niña buena' está relacionado con la anteposición de los deseos y las necesidades ajenas a las propias.

Las personas que padecen este síndrome experimentan un sufrimiento constante, pues esto se desencadena cuando se le atribuye más importancia a las cosas de los demás que a las de uno mismo. En estos casos, es muy habitual que predomine una personalidad complaciente y sumisa, y también con cierto miedo de anteponerse los demás.

Evidentemente, las personas que experimentan este síndrome rara vez tienen la capacidad de imponer sus ideas y pensamientos, y mucho menos a otorgarse prioridad. Por otro lado, una persona que presenta este síndrome tiene la necesidad de querer gustar y complacer a todo el mundo, y como es lógico, esto es prácticamente imposible.

¿Cómo se produce y qué personas son más propensas a padecerlo?

Debemos partir de la base de que la sociedad está constituida sobre unos valores, prácticas y costumbres, y que todos ellos interfieren en la educación y el desarrollo de las personas.

Por otra parte, existen modelos educativos basados en la aceptación y la resignación. O dicho de otra forma, hay niños que son educados para 'ser buenos y así sentirse aceptados por todo el mundo'.

La existencia y práctica de ciertos valores implícitos pueden suponer más problemas que beneficios. Si desde pequeños los adquirimos desde nuestro núcleo familiar, con gran probabilidad los llevaremos también en nuestra adultez.

La importancia de reforzar la autoestima desde la infancia

Así pues, esta idea no es la más acertada, y mucho menos la más saludable. Durante la niñez se configura esa imagen y personalidad que todo el mundo espera de nosotros, y eso es algo que a la larga puede pasar factura.

Por ejemplo, la autoexigencia por parte de los padres, la falta de comunicación y la imposición de normas drásticas pueden dar lugar a crear personas inseguras e infelices de forma permanente.

También debemos tener presente que el hecho de no establecer límites, evitar la resolución de conflictos y no saber tomar decisiones por uno mismo puede favorecer a la aparición de este síndrome.

En cualquier caso, es importante trabajar y forjar la autoestima desde la infancia. De esta forma, el niño y futuro adulto podrá desarrollar recursos y capacidades para hacer frente a los obstáculos que le presente la vida.