Aunque parezca increíble hay personas que pueden oír colores, oler números o ver emociones. Se trata de la sinestesia, un tipo de experiencia perceptiva que ha sido utilizado con frecuencia en la literatura y en otras formas de arte a lo largo de la historia.
La sinestesia es un fenómeno relativamente desconocido por el hecho de presentar una prevalencia muy minoritaria en la población pero la investigación científica y los últimos avances en neurociencia está arrojando cada vez más luz para ayudar a comprender el fenómeno.
En este artículo describiremos qué es la sinestesia y algunos ejemplos de los principales tipos, en función de los sentidos que se encuentren implicados en cada caso.
La sinestesia es una condición neurológica basada en la percepción especial de determinados sentidos por canales que no les corresponden en una situación normal. Es decir, que una persona con sinestesia podría percibir colores al escuchar notas musicales, oler colores, experimentar sabores al tocar diferentes tipos de objetos o cualquier otro tipo de cruce perceptivo.
Se estima que la sinestesia no se da en más del 1% de la población mundial, aunque debido al hecho de que sea un fenómeno tan subjetivo y relacionado con la percepción de cada individuo es posible que existan en realidad más casos de los que se cree.
La sinestesia es un fenómeno asociado a la creatividad, la memoria y otras funciones intelectuales, aunque no en todos los casos de sinestesia la persona presenta altos niveles en este tipo de funciones.
A lo largo de la historia el fenómeno de la sinestesia ha sido empleado en el campo de la literatura, tanto en prosa como en poesía (siendo un gran ejemplo el poema “Vocales” de Arthur Rimbaud), llegando incluso a materializarse como recurso literario empleado desde la Roma Clásica.
Por otra parte, expresiones como “llorar amargamente”, “momento dulce” o “comentario ácido” son casos de sinestesia aplicada a la expresión popular.
La mayoría de las personas que experimentan sinestesia no son conscientes de que presentan dicho fenómeno y consideran que sus percepciones son normales y compartidas por todo el mundo.
Aunque las percepciones del sinestésico pueden variar de una persona a otra, en general un mismo tipo de sinestesia suele provocar sensaciones muy similares en cada persona. El hecho principal y característico de este fenómeno es que las personas realmente experimentan o sienten esas percepciones cruzadas, no se trata ni de apreciaciones ni alucinaciones.
Por lo tanto, las percepciones de la sinestesia son involuntarias, permanentes, concretas en uno de los canales perceptivos y suelen desencadenar respuestas emocionales en la persona.
Mediante la investigación científica se considera que la sinestesia puede tener causas genéticas. El principal causante de que algunas personas puedan experimentar sinestesia con determinados estímulos podría ser un rasgo dominante relacionado con el cromosoma X.
Tal y como indican algunos investigadores, al nacer la mayoría de bebés son sinestésicos y pueden percibir estímulos sensoriales a través de canales que no corresponden con el estímulo. Durante el crecimiento del bebé, el cerebro va perdiendo gran cantidad de ramificaciones neuronales por el fenómeno que se conoce como poda neuronal, que está relacionado con la especificación de los circuitos neuronales.
Es por efecto de esta poda que la mayoría de personas pierden la capacidad de la sinestesia y algunas otras, cuyos cerebros no han desarrollado esa poda del mismo modo, siguen experimentando el fenómeno.
La sinestesia también puede ser causada por ciertos tipos de drogas que tienen efectos alucinógenos como el LSD, el peyote, los hongos alucinógenos, la mescalina o el éxtasis. Sin embargo los sinestésicos experimentan interferencias entre sentidos de manera natural y sin necesidad de consumir ningún tipo de sustancia.
Las interferencias perceptivas más comunes de la sinestesia se suelen dar entre los sentidos auditivo y visual, siendo la correspondencia color/tono una de las más frecuentes.
A continuación mencionaremos algunos ejemplos de los tipos de sinestesia más comunes. A nivel general diferenciamos dos tipos de sinestesia (proyectiva y asociativa) en función de si existen percepciones reales o bien se dan asociaciones intensas entre diferentes sentidos en respuesta a ciertos estímulos.
La cromestesia es uno de los tipos de sinestesia más frecuentes, y consiste en la asociación sensorial entre colores y sonidos -por ejemplo, notas musicales o acordes determinados. Incluiría la capacidad de percibir sonidos o melodías al observar colores y también el proceso inverso.
Algunos artistas conocidos mundialmente, como Kandinsky o Baudelaire, presentaban este tipo de sinestesia e incorporaron sus experiencias sensoriales a su disciplina artística.
Otro de los tipos de sinestesia más comunes es la sinestesia grafema-color, por la cual se perciben colores en grafemas, por ejemplo letras o números. El poema "Vocales" de Arthur Rimbaud podría ser considerado un ejemplo de este tipo de sinestesia en el arte.
Un hecho curioso en torno a este tipo de sinestesia es que algunas asociaciones resultan más habituales que otras independientemente de la persona; un ejemplo es la asociación entre la letra A y el color rojo.
La sinestesia auditiva-táctil consiste en la percepción de sensaciones físicas al oír determinados sonidos. Un ejemplo de este tipo de sinestesia sería sentir como si a uno le tocaran la mano al oír la palabra “guante”.
Se trata de un tipo de sinestesia tan sorprendente como poco frecuente (sólo afecta al 0,2% de la población mundial). Las personas con sinestesia léxica-gustativa son capaces de percibir sabores en el momento en que escuchan una palabra.
Un ejemplo célebre de este tipo de sinestesia es el de James Wannerton, un hombre que percibe sabor a gofre cada vez que escucha la palabra “basketball”.
Las secuencias espaciales son un tipo de sinestesia consistente en ver los números como si fueran puntos en el espacio; un ejemplo habitual es que el número sea visto más cerca cuanto más pequeño sea. Algunos estudios indican que las personas con este tipo de sinestesia podrían tener una mejor memoria de media que la población general.
Las personificaciones ordinales lingüísticas consisten en la asociación entre secuencias ordenadas y personalidades o géneros. Dos ejemplos descritos en la literatura científica son la relación entre el número 2 y un niño enfadado, o entre la letra G con una madre amable y ocupada.
La sinestesia tacto-espejo es uno de los tipos de sinestesia poco frecuentes. Consiste en la percepción de sensaciones táctiles al ver a otras personas sintiéndolas, y se ha asociado a niveles de empatía por encima de la media. La sinestesia tacto-espejo se relaciona probablemente con las neuronas espejo del cerebro.
Algunas personas con sinestesia visualizan formas al pensar en números. Este tipo de sinestesia fue descrito por el pionero de la estadística y la psicometría Francis Galton a finales del siglo XIX.
La definición de sinestesia depende del contexto en el que se utilice, si bien las acepciones del término siempre se refiere a la conjunción de distintos sentidos fisiológicos.
En el ámbito de la literatura, y en particular de la poesía, la sinestesia es una figura retórica usada como recurso literario consistente en la asociación de palabras pertenecientes a distintos sentidos.
Ejemplos de sinestesia en la poesía son los siguientes versos de Juan Ramón Jiménez: “En el cénit azul, una caricia rosa”; “Por el verdor teñido de melodiosos oros”; “¡Qué tranquilidad violeta por el sendero de la tarde!”.
La obra del pintor ruso Vasili Kandinsky es el mejor ejemplo de sinestesia en el arte. Kandinsky, considerado uno de los principales precursores del arte abstracto, era sinestésico en el sentido de que percibía los colores y los sonidos de forma asociada, y esto se transmite en obras como “Fuga” (1914).