Seguro que este ha sido uno de tus pensamientos, o incluso una de tus rutinas, al ir a la playa. Hablamos de llevar fruta ya cortada y preparada para disfrutar de un bocado fresco con el que soportar las altas temperaturas.
Aunque, en principio, pueda parecer una gran idea, sobre todo cuando los termómetros están disparados, lo cierto es que esta práctica, a priori inocente, entraña graves riesgos para tu salud. Si no quieres exponerte a las consecuencias, debes conocer el motivo por el que será mejor que te quites esa idea de la cabeza. Y, para refrescarte, llevar agua en su lugar.
El peligro al que te enfrentas comiendo sandía o melón no refrigerados
El principal problema de llevar fruta a la playa, sea melón, sandía o cualquier otra variedad, es que no estará refrigerada. A pesar de que estos alimentos son muy saludables, también tienen riesgos si no han estado en la nevera.
La mayor consecuencia viene dada por la aparición de bacterias patógenas, como puede ser la Listeria, la Salmonella o la Eschetichia coli. Es fácil que estas terminen contaminando la fruta, y reproduciéndose de forma rápida en su interior.
Algunos consejos para evitar la intoxicación
De cara a evitar las posibles consecuencias de consumir fruta en mal estado, es preciso que conozcas algunos consejos clave.
1. Lávate las manos antes de preparar la fruta
En primer lugar, debes comenzar a prestar atención desde el mismo momento en el que estás preparando la fruta. Es decir, cortándola e introduciéndola en el recipiente donde la vayas a consumir.
Lo que debes hacer es lavarte las manos de forma previa a conciencia. También es aconsejable usar utensilios limpios, así como lavar la misma fruta. Así, evitarás el contagio de bacterias en su interior.
2. La nevera es imprescindible
Por otro lado, debes saber que el frigorífico se convertirá en tu mejor compañero. Si compras fruta ya cortada, como puede ser melón o sandía, no tardes en guardarlos en la nevera. Además, lo mejor es hacerlo de forma separada al resto de alimentos.
Lo ideal, para que se conserve de manera correcta y por más tiempo, es guardar la fruta en la parte menos fría. De este modo, siempre la tendrás lista para consumir.
3. Cuidado con la población de riesgo
Por último, algunas personas tienen más riesgos de intoxicarse consumiendo fruta que haya permanecido a temperatura ambiente durante más de dos horas. Estas son las mujeres embarazadas, los niños, ancianos, así como otras personas vulnerables.
Así se contaminan el melón, la sandía y la fruta
Tanto a través del medio ambiente como durante el proceso de producción, la fruta puede terminar contaminándose a través de las bacterias que hemos mencionado. Esto también sucede al manipularla, tanto en el interior del hogar como en las propias tiendas de alimentación, restaurantes o fruterías. La fruta contraerá bacterias al manipularla con las manos sucias o por superficies o utensilios que no estén limpios a conciencia.
En el caso de que la fruta se quede a temperatura ambiente durante demasiado tiempo, surge un grave problema. Las bacterias se reproducirán de forma rápida, de ahí el peligro de llevarla ya cortada a la playa.
Como dato, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, bacterias como la Salmonella tienen la capacidad de multiplicarse muy rápido en un melón cortado que no esté refrigerado. Lo peor es que su aspecto no variará.
Qué hacer ante una intoxicación
En el caso de que no conocieras estos consejos y se haya producido una intoxicación relacionada con consumir fruta, existe un protocolo a seguir. De forma general, los síntomas de una intoxicación serán de carácter gastrointestinal. En el momento en el que los notes, lo primero que debes hacer es acudir al médico.
Si sospechas de una comida en concreto, no tomes los restos de la misma. Además, es necesario evitar que las personas que se han intoxicado manipulen alimentos.