La crisis sanitaria global tuvo impactos sin precedentes en la economía, no solo de todos los países sino también de todas las áreas productivas. El confinamiento y las contingencias sociales de estos tiempos han llevado a que el mundo se replanteara los métodos de producción y las pautas de consumo.
Dentro de este marco efervescente, las casas de apuestas online también debieron adaptarse a las necesidades de la época, aunque no siempre para optimizar sus ganancias. Esto puede deberse, quizás, a una humanización del sector de las apuestas, que no debe orientar sus intereses únicamente a producir un rédito corporativo, sino que debe atender a las urgencias de sus usuarios.
Las casas de apuestas durante el confinamiento
El principal parámetro de crecimiento de las casas de apuestas es el constante flujo de nuevos usuarios; así, independientemente de lo invertido por cada persona, los servidores se garantizan el aumento en el caudal de apuestas. Con el cierre de los casinos físicos y el decreto del confinamiento obligatorio, se esperaba que los índices del juego online subieran; sin embargo, una serie de contingencias imposibilitaron ese crecimiento.
Como se puede apreciar en este sitio, las casas de apuestas están sobre todo orientadas a los eventos deportivos. Así pues, con la suspensión del 99% de las competiciones a nivel mundial, el sector sufrió un duro revés. No solo bajó el número de usuarios nuevos, sino que, lisa y llanamente no había nada en qué apostar. Algunos entusiastas se mantuvieron al tanto de los pocos deportes que aún permanecían vigentes al comienzo de la pandemia, como el tenis de mesa ruso y pocos otros.
Esto indica, además, la dependencia que las apuestas pueden generar en cierto público, que está decidido a interiorizarse en cualquier deporte siempre y cuando le dé la posibilidad de seguir apostando. También es una señal sobre la retroalimentación entre deporte y apuestas.
Otros problemas para la industria
Además de la suspensión de los torneos a nivel mundial, con la gran baja de los Juegos Olímpicos de Tokio y la Champions League, las casas de apuestas debieron enfrentarse a las caídas bursátiles de marzo, que provocaron crisis aun en las empresas más afianzadas. Tal fue el caso de la corporación inglesa William Hill, que perdió casi el 75% de su valor en bolsa durante las corridas financieras, y debió entrar en el salvataje de la Reserva Federal y el gobierno británico.
Asimismo, las empresas de apuestas de España tuvieron el obstáculo del Real Decreto-ley 11/2020, ya derogado, que imponía restricciones estrictas sobre la publicidad de las casas de apuestas. La herramienta publicitaria es elemental en el desarrollo de este sector, ya que debe mantener el foco en la atracción permanente de nuevo público.
Así pues, las casas de apuestas debieron eliminar todos sus anuncios, lo cual causó un impacto negativo en los portales deportivos que subsisten gracias a la publicidad de sus auspiciantes. Asimismo, se debieron dar de baja todas las promociones desarrolladas con el fin de atraer más jugadores.
El regreso de las competiciones deportivas
Al comienzo fueron los torneos de artes marciales mixtas (UFC); luego Nascar y el golf benéfico: poco a poco el deporte volvió a su cauce habitual, y con ello se reavivó el interés por las apuestas. De hecho, el torneo de golf entre Rory McIlroy y Dustin Johnson contra Rickie Fowler y Matthew Wolff recaudó el doble de lo que suele ocurrir con el tour de PGA.
Con el comienzo de las ligas de fútbol más vistosas, como la alemana, la inglesa y la española, las apuestas se reanimaron aún más; tanto fue así, que este deporte suscitó interés de jugadores de mercados generalmente distantes, como los Estados Unidos. Estos datos pueden ser interpretados como una necesidad de realizar apuestas por parte de cierto sector de la sociedad: lo crucial no es el deporte en sí, sino la excusa para apostar.
Las competiciones de fútbol europeas, además, han atraído más que nunca la atención de los apostadores latinoamericanos, ya que el deporte en ese continente sigue mayormente suspendido. De esta manera, las casas de apuestas esperan estabilizarse para fin de año.
Hábitos de consumo
Ante la información revelada sobre los hábitos de los clientes de casinos, no es extraño el énfasis puesto por el ministro Alberto Garzón en el cuidado de los sectores vulnerables para prevenir la ludopatía durante el confinamiento. De cualquier manera, este momento de coyuntura histórica debería servir para analizar nuestros modos de consumo. Quizás el futuro post-Covid se muestre más humano y menos mercantilizado.