La pubertad masculina se caracteriza por cambios físicos, emocionales y psicológicos como el aumento del volumen de la musculatura, la aparición de vello en muchas partes del cuerpo o la mayor probabilidad de llevar a cabo conductas agresivas y de riesgo, en muchos casos.
A continuación vamos a hablar de los principales cambios propios de la pubertad en el hombre. Como veremos, y si bien existen diferencias significativas entre los cambios que se dan en los varones y en las mujeres en la etapa de la adolescencia, muchos de ellos son compartidos entre los dos sexos o bien guardan una clara equivalencia.
Entre los principales cambios que se dan en el organismo masculino durante la pubertad y la adolescencia encontramos el desarrollo de los genitales y del resto del sistema reproductivo de la fertilidad, el aumento de la masa muscular y ósea o el crecimiento del vello en todo el cuerpo -mucho más intenso que el que es propio de la pubertad femenina.
1. Desarrollo del sistema reproductivo
El crecimiento de los testículos es el primer signo de la pubertad masculina; el término que se emplea para hacer referencia a este fenómeno es “gonadarquia” y suele preceder en aproximadamente un año a la pubertad en sí misma -esto es, al resto de cambios característicos de esta etapa.
Los cambios en el sistema reproductor incluyen el inicio de la producción de esperma por parte de los testículos, que indica la llegada de la fertilidad en el hombre, así como el crecimiento del pene, la retracción del prepucio y la aparición de erecciones regulares. Estos cambios se relacionan con los efectos de la testosterona y el resto de hormonas sexuales masculinas.
2. Aumento de la masa corporal
Una de las principales características sexuales secundarias masculinas es el notable aumento de la masa de los músculos y de los huesos, en comparación con el que se da en las mujeres durante la etapa de la pubertad y de la adolescencia.
Por contra, las mujeres tienden a acumular una mayor proporción de grasa corporal a partir de la pubertad. Estos cambios se relacionan asimismo con las diferencias en la forma del cuerpo masculino y del femenino, que se manifiestan de forma más clara a partir de la adolescencia.
3. Aparición de vello en todo el cuerpo
El vello púbico de los varones suele aparecer en primer lugar en la base del pene, mientras que algo más de un año después la región del pubis empieza a estar poblada. Posteriormente el crecimiento del vello púbico se extiende hacia los muslos, las ingles y el abdomen.
En el resto del cuerpo de los hombres también crece más vello después de la pubertad. El vello facial, el axilar, el perianal, el del torso y el de las extremidades tiende a ser mucho más denso en varones que en mujeres.
4. Cambios en la voz
Los efectos de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) hacen que las cuerdas vocales y la laringe se desarrollen en los dos sexos, si bien este cambio es más intenso en los hombres a causa de sus mayores niveles de andrógenos. Esto hace que la voz de los hombres tienda a ser más grave y profunda que la de las mujeres.
Los cambios en el tamaño de la laringe que se producen en los varones durante la pubertad es también la causa del crecimiento de la nuez; antes de esta etapa, el cuello de los niños y el de las niñas tiene una apariencia muy similar en este sentido.
5. Posible desarrollo de las mamas
A pesar de que el crecimiento del pecho es fundamentalmente una característica sexual femenina, algunos varones también desarrollan mamas en cierto grado durante la pubertad. Esto se debe a los efectos de los estrógenos en el organismo; en efecto, las hormonas sexuales masculinas y femeninas están presentes en los dos sexos, si bien en distintos grados.
Este fenómeno es conocido como “ginecomastia” (sobre todo en los casos en que llega a tener un componente patológico) y tiende a desaparecer durante la adolescencia o después de esta etapa, si bien en algunos casos se mantiene incluso durante la edad adulta.
6. Cambios emocionales y psicológicos
A pesar de que hasta hace pocos años los datos sugerían que la pubertad precoz podía ser positiva para los adolescentes varones (ya que se asociaba en los estudios con una mayor madurez mental y con una capacidad de liderazgo más marcada), en los últimos años se observa con más frecuencia una aparición de conductas agresivas y de riesgo, incluyendo el consumo de alcohol y otras drogas.
Por contra, los adolescentes que tardan más en “convertirse en hombres” suelen tener una autoestima baja y un menor éxito social. En estos casos son más probables los síntomas relacionados con la ansiedad y con la depresión.