Cuando empezó la pandemia hace ahora más de un año, sin duda uno de los grandes problemas con los que se encontraron los diferentes gobiernos era las dificultades para poder detectar todos los casos positivos. Con el paso de los meses se fue incrementando el número de pruebas PCR que se realizaban, a la vez que aparecieron los test de antígenos, que con una sensibilidad similar, sobre todo en personas con síntomas, daban resultados en 15 o 20 minutos a diferencia de las primeras.
Pero no hay duda, que un gran avance en este sentido es lo que ya se está produciendo en Alemania. Y es que en ese país, sus dos grandes y conocidas cadenas de supermercados, Lidl y Aldi, empezaron a vender el pasado 3 de marzo test de antígenos, muy fáciles y muy cómodos de realizar. Así, estos establecimientos muestran su compromiso para ayudar a controlar la pandemia, como en nuestro país hacen otros como Mercadona, que ya dispone de unas novedosas mascarillas FFP2.
Aunque cómo decimos, de momento la venta de estos test rápidos para detectar el virus solo se está realizando en el país germano. Por ese motivo, hay muchos expertos sanitarios que ya han pedido que nuestro país tome nota y no ponga trabas si estas dos cadenas de supermercados u otras deciden ponerlos en el mercado.
Un buen ejemplo de ello es el conocido doctor César Carballo, adjunto del servicio de urgencias del madrileño Hospital Universitario Ramón y Cajal. Aprovechaba sus redes sociales para mandar un mensaj al Gobierno: «Llevamos diciendo hace mucho tiempo la necesidad de liberalizar los autotest. Una muy buena noticia que puede ayudarnos a minimizar la cuarta ola... Pero hay q copiar... Y ya».
Aunque seguramente, Carballo no sea el único sanitario favorable a la llegada de este tipo de tests a las tiendas españolas, parece difícil que desde Sanidad se les acabé dando luz verde. Solo hay que recordar que ya cuestionó este tipo de autotest cuando se quisieron vender en las farmacias. Además, también limitó mucho las opciones de poder hacer test de antígenos en estas mismas, dejándolo solo la posibilidad de hacerlo en zonas donde se estuvieran realizando cribados masivos, y nunca por iniciativa de los ciudadanos, sino de las autoridades sanitarias.
Lo que opinan los expertos y por qué se ha aprobado en Alemania
A diferencia de las más que probables reticencias que hay en el gobierno español a que se vendan estos tests en supermercados, en Alemania se han felicitado por tomar esta decisión. Su ministro de Sanidad, Jens Spahn, afirmaba que serán una «pieza fundamental» en la lucha contra el virus mientras no se produzca una vacunación masiva.
El Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios alemán (BfArM) ha autorizado la comercialización de tres tipos de estos tests. Estos, que también se pueden comprar en farmacias, cuestan entre 5 y 10 euros y uno se los puede hacer en su propia casa de una manera sencilla, teniendo hasta un 80% de precisión y obteniendo un resultado en unos 20 minutos.
Según publicaba la prensa alemana, además son muy fáciles de utilizar. El hisopo o bastoncillo solo se tiene que introducir ligeramente en la nariz y después colocarlo en unas tiras con un reactivo, similar a un test de embarazado, que nos indicará si hemos dado positivo o negativo.
Una de las virólogas alemanas más prestigiosas ha alabado este tipo de tests. «Creo que todos saben cómo hacer un frotis nasal, y si no, hay suficientes videos para mostrarles cómo se hace», aseguraba Sandra Ciesek. Eso sí, desde el Instituto Robert Koch, encargado de asesorar al gobierno alemán durante la pandemia, recuerdan que si se nos confirma un positivo, debemos aislarlos inmediatamente en casa y llamar a nuestro médico para concertar una PCR.