La vida está llena de misterios, y el ser humano es curioso por naturaleza. La necesidad de querer saberlo todo hace que muchas veces nos cuestionemos hasta lo inimaginable, como por ejemplo por qué los huevos se venden en docenas. Pues bien, en el artículo de hoy daremos respuesta a esta cuestión.
Cuando conozcas el motivo que esconde esta distribución... ¡Descubrirás el gran misterio sobre los huevos. Seguramente habrás ido miles de veces al supermercado y lo habrás pasado por alto. Y es que esta es una de las cosas que uno no empieza a cuestionarse hasta que se las plantea.
¿Por qué los huevos se venden sobre todo en docenas?
Todos hemos tenido que ir a comprar huevos en alguna ocasión. Sin embargo, hay un detalle al que quizás nunca hemos prestado atención, y es que suelen venderse en docenas.
A veces vienen doce, a veces pueden ser seis... En cualquier caso, los huevos siempre se venden en números divisores. Y la razón de esta práctica es simple y sencilla: es una cuestión matemática.
Si observamos rápidamente los divisores del número 12 veremos que hay muchos: el 1, el 2, el 3, el 4, el 6 y el 12. De esta forma, es sencillo dividir a su vez las unidades de huevos (por ejemplo, un paquete de 12 podría convertirse en dos de 6).
Así pues, el motivo por el cual se realiza esta distribución es por facilitar su almacenaje y conservación. Al venir en cartones pares, están todos perfectamente colocados y alineados, y no hay lugar a huecos vacíos.
Esto, por lo tanto, facilita no solo su distribución sino también su manipulación, ya que es más difícil que puedan sufrir golpes o daños. Además, a la hora de colocarnos en la nevera, también se pueden poner en fila.
Sin embargo, independientemente de la cantidad de huevos que tengas en casa, debes saber que se trata de uno de los alimentos con mayor aporte nutricional que existe. Las razones para consumirlos son varias. No obstante, es posible que también se cometan ciertos errores a la hora de seleccionarlos o cocinarlos. ¡Vamos a ver los más comunes!
1. Su conservación
Mucha gente no lo sabe, pero conservar los huevos en las hueveras de las puertas no es lo más indicado. El huevo es un alimento muy sensible a los cambios de temperatura, y por eso, debe conservarse en buenas condiciones.
Antes de meterlos en hueveras de plástico, es casi más recomendable dejarlos en su propio envase. De esta forma, no entrarán en contacto con otros alimentos ni podrán coger otros olores.
2. Lavarlos antes de usarlos
Aunque no pasa nada por lavar los huevos antes de cocinarlos, es importante saber que no se puede hacer de cualquier forma. Si vemos cualquier resto en la cáscara, es mejor optar por pasarle un trapo o rascar con un cuchillo, pero no mojarlos en agua.
Si hacemos esto, la suciedad que hay en la cáscara podría disolverse con el agua y, por lo tanto, acceder dentro del huevo a través de los poros. Esto es peligroso, porque podría contaminarlo.
3. Ignorar el código de la cáscara
Si te has fijado en alguna ocasión, verás que en la cáscara de los huevos hay una especie de etiqueta o código. Pues bien, debes prestar atención a ella porque es importante.
A través de ella podemos saber la procedencia (es decir, en qué tipo de granja se ha criado la gallina). Sabiendo esto, podremos determinar el valor nutricional, y por tanto, su calidad.
4. Cuajarlo muy poco
Para gustos colores, y evidentemente, en lo que respecta a la forma de cocinar los huevos, no iba a ser menos. Eso sí, si queremos aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales... ¡Hay que cuajarlo!
Dejarlo poco cuajado puede hacer que nuestro cuerpo no absorba e ingiera las proteínas como debería. En este sentido, si queremos optimizar al máximo sus beneficios, debemos asegurarnos que la clara y la yema estén cocinadas, aunque sea un poco.