Desde hace un tiempo, todos los supermercados parecen haberse subido al carro de la última moda. Cada vez es más común encontrarse con un dulce japonés en su sección de congelados. Y es que, al parecer, los mochis son el nuevo postre del momento.
Sin importar su sabor, pronto se agotan en cualquier congelador. Pero como ocurre con cualquier postre desconocido hasta hace poco, no es de extrañar que hayas quienes sientan reticencia por cómo sabrán. Por ello, me he animado a comprar unos mochis de la marca Gelatelli de Lidl y así poder ofreceros mi opinión.
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¿Mochis de Lidl o reinterpretación gastronómica de un cuadro abstracto?
Para aquellos que no lo sepan, los mochis son un postre elaborado de mochigome, un grano de arroz glutinoso. Sin embargo, los mochis que he comprado en Lidl, más que mochigome, son monigotes a secas.
Y si es que se puede llamar a esa masa abstracta monigote, porque más bien parecían el resultado de poner a Pollock lanzando mochis sobre un lienzo. Porque antes de entrar en otras cuestiones, es innegable que el aspecto es un la carta de presentación de cualquier producto y, en este caso, ha dejado mucho que desear.
No obstante, es de bien nacido ser agradecido, así que os hablaré de algunas de las bondades que tiene este producto. En primer lugar, es destacable que cada pack contenga seis unidades, cada una de ellas de 35 gramos.
Visto así, vale la pena invertir en su compra por 2,49 €, el precio que tienen en Lidl. Sobre todo, si tenemos en cuenta el precio al que se ofrecen en algunos restaurantes, donde un único mochi puede llegarte a costar más de 5 €. Apostando por esta opción, ahorras la mitad y acabas disfrutando de muchos más mochis.
"No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido"
Respecto a su textura, no puedo decir nada excesivamente positivo, puesto que el estado en el que estaban los mochis lo ha complicado. Al encontrarse todos aplastados entre sí, ha sido difícil percibir qué era pasta de arroz y qué era relleno. Y en un postre que es tan importante el efecto del relleno, probarlos de ese modo ha sido decepcionante.
Sin embargo, si dejamos de lado la superficialidad, lo cierto es que su sabor es el esperado. En este caso, los mochis de Lidl tienen la cantidad exacta de vainilla para que se pueda disfrutar de ellos, sin llegar a resultar empalagoso. Por ello, su sabor te invita a comerte más de uno sin notar esa dosis extra de azúcar.
Seguramente, sean una opción muy interesante cuando realmente mantienen su forma original. Además, al carecer de preparación por parte del consumidor, es una alternativa rápida y fácil de consumir. Cuando te quieres comer uno, tan solo debes sacarlo durante unos minutos del congelador.
¿Recomendaría este producto a otros clientes?
Teniendo en cuenta que su aspecto ha sido el que ha sido, es difícil ser objetiva respecto a esta pregunta. No obstante, como acto de buena fe, voy a decidir creer que ha sido un simple gesto de mala suerte y que, si vuelvo a comprarlos, tendrán el aspecto real de un mochi.
Así, teniendo en cuenta su sabor y precio, lo cierto es que sí lo recomendaría. Sobre todo, porque en Lidl disponen de una gran variedad de sabores, por lo que los clientes pueden escoger su favorito, sin tener que ser necesariamente el de vainilla.
Sin ir más lejos, los clientes disponen de mochis con sabor a: vainilla, coco, mango y chocolate. Y según se comenta en las redes, los que tienen sabor a chocolate blanco son una auténtica delicia.