La pensión de jubilación se presenta como la única fuente de ingresos para la mayoría de personas que finalizan su etapa laboral. Por eso deben hacer todo lo posible por conseguir que les quede una paga lo más elevada posible. Pero llegado el momento, en ciertos casos, podrían verse privados de esta ayuda por un motivo básico.
La Seguridad Social tiende a rechazar las solicitudes de una pensión cuando no se alcanza la edad legal o no haya una cotización mínima. De no cumplir con estas exigencias que plantea el organismo público, la opción que queda sería recurrir a la pensión no contributiva. Sin embargo, también puede ser descartada en el caso de no cumplir con un requisito esencial.
Dentro del sistema público de pensiones hay que diferenciar entre las contributivas y las no contributivas. Son los dos tipos de prestaciones que están al alcance de los ciudadanos. En función del tiempo cotizado y de sus necesidades económicas, se podrá acceder a una u otra.
¿Qué se necesita para acceder a la pensión de jubilación?
La pensión contributiva solo la podrán recibir aquellos que hayan cotizado al sistema durante un periodo mínimo. Los trabajadores que deseen retirarse con el 100% de la pensión de jubilación a los 65 años necesitan haber cotizado 37 años y 9 meses. De no llegar a esta cifra tendrán que retrasar el retiro hasta los 66 años y cuatro meses en 2023.
Por su parte, para alcanzar la pensión mínima, los interesados solo deberán reunir un mínimo de 15 años cotizados a la Seguridad Social. Eso sí, solo percibirían el 50%. Pero hay otro detalle que no se puede pasar por alto.
Hay la obligación de que al menos 2 años de esos 15 se encuentren dentro de los últimos 15 años previos a la solicitud. Este punto suele ser uno de los más controvertidos a la hora de acceder a la jubilación. Es donde la administración encuentra un motivo para denegarla.
Pese a tener más de 15 años cotizados, no hay 2 contribuidos en ese periodo exigido. En ese caso se plantean dos tipos de situaciones que deben ser analizadas por el interesado. Por un lado tiene la posibilidad de conformarse con la no contributiva, que serían 5899,60 euros.
Se repartirían en 14 pagas de 421,40 euros al mes. Sería una cantidad muy reducida para poder mantenerse con unas mínimas condiciones. Eso, en cierta medida, nos empujaría a hacer todo lo posible por cumplir con las exigencias de la pensión mínima contributiva.
La mínima contributiva se sitúa este año en 1005 euros al mes, según el portal Noticias trabajo. El próximo ejercicio, con la subida que se espera acorde al IPC, es previsible que alcance los 1075 euros.
¿Qué opción me queda para obtener la contributiva de jubilación?
Hay mucha gente que se puede encontrar en esa situación de no reunir los 2 años exigidos en los últimos 15 ejercicios previos a jubilarse. En vista de eso, la Seguridad Social pone a disposición de los trabajadores una serie de condiciones ventajosas. Principalmente les permite abonar de manera voluntaria sus cuotas, lo que implicaría que estuvieran cotizando sin trabajar.
Sería una fórmula adecuada para conseguir esos 2 años de cotización imprescindibles para acceder a la pensión contributiva. Por lo tanto, la persona que desee abonar una base por el Salario Mínimo de 1000 euros al mes pagaría una cuota de 266,02 euros.
Con todo esto, lo que persigue la administración es que los trabajadores puedan cubrir esas carencias de cotización en los años previos a la retirada. Así tendrán más facilidades para alcanzar la pensión contributiva, que les permitirá disfrutar de una paga más elevada.