Popularmente, se comenta: "reinventarse o morir". Una cita que, en el caso del empresario Pedro Buerbaum, le viene como al anillo al dedo. Y es que, pese a contar con un nombre que quizás no le suene a todo el mundo, es el encargado de haber fundado una cadena de comercios de lo más controversial.
Porque aunque su historia comienza con una heladería, lo cierto es que destaca por contener en ella la palabra "pollería". Una tienda en la que, pese a las pistas que pueda dar su nombre, ofrece productos de lo más sorprendentes.
El trepidante ascenso y la convulsa caída de los "pollofres"
Sin importar en qué ciudades te encuentres, seguramente tú también has sido testigo de una de las modas gastronómicas más sorprendentes del país. Hablamos de los gofres con forma de pene, conocidos entre los consumidores como "pollofres".
Y es que, aunque ni los penes ni los gofres sean algo novedoso, lo cierto es que sí lo fue el presentar ambos conceptos de la mano. Un hecho que se atribuye a Pedro Bauerbaum, el encargado de abrir la primera tienda de este estilo en España.
Conocida como "La Pollería", la tienda del joven empresario ofrecía un producto novedoso, que otras muchos establecimientos quisieron ofrecer al público. De este modo, una gran cantidad de comercios de este tipo inundaron todas las ciudades.
No obstante, y como señala el medio El País, el descenso de este tipo de tiendas no tardó en llegar. Como ellos confirmaban, "en los últimos meses han cerrado tiendas de gofres eróticos en Vigo, Algeciras, Toledo, León, A Coruña, Murcia, San Sebastián, Pamplona, Girona, Las Palmas de Gran Canaria, Vitoria, Santiago de Compostela, Zaragoza, Valladolid, Madrid o Sevilla".
¿Son los pollofres una moda pasajera entre los españoles?
Como hemos señalado, los gofres en forma de pene no son lo único que comparten la mayoría de estas tiendas. Y es que, una gran cantidad de estas han tenido que echar el cierre definitivo, por falta de clientela.
La principal razón que habría motivado el éxodo de los clientes sería la percepción de estos dulces como una moda pasajera. Al tratarse de un producto novedoso y original, muchos eran los que iban a probarlo, pero no tantos los que volvían a consumir sus productos.
En este sentido, “este es un producto que pega un boom fuerte y luego se cansan muy rápido de él”, declaraba Manuel Rodríguez —expropietario de una tienda de pollofres— para El País. También él señalaba que, aproximadamente, un 90% de estos establecimientos ha cerrado en España.