La pérdida de peso es algo muy deseado con la llegada del buen tiempo. Por desgracia, es común iniciar una dieta para adelgazar y al poco tiempo acabar dejándola atrás. Sin embargo, también es habitual que aquellas que logran continuarla no obtengan los resultados esperados.
O, si consiguen perder algunos kilos, al más mínimo despiste los acaban recuperando. Entonces... ¿Qué sucede? ¿Por qué nos cuesta tanto perder peso?
Algunas razones que nos alejan de nuestro objetivo
Como viene siendo desde hace mucho tiempo, son varias las recomendaciones que se basan en dietas con poca cantidad de comida para así "perder peso". Pero lejos de la realidad, esto ya no es así.
Las últimas recomendaciones por expertos y nutricionistas están dando un vuelco total a este pensamiento. En general, ya no se apuesta tanto por la cantidad, sino por la calidad. Entre los problemas más frecuentes de hoy en día está el hecho de no calcular los valores nutricionales de los alimentos que ingerimos.
Es importante tener presente que alimentos estamos consumiendo y saber qué valores nutritivos nos aportan. Además, también hay que saber identificar si solemos comer por necesidad fisiológica o emocional, ya que no es lo mismo comer porque tenemos hambre a hacerlo porque estamos estresados.
El ejercicio y el estrés, dos problemas crónicos
Pero también hay que tener en cuenta dos factores que no están relacionados directamente con la comida y sin embargo pueden alterar nuestro peso: el ejercicio y el estrés. Las personas necesitamos movernos, por necesidad, por salud y también por quemar los excesos de grasa.
Además, haciendo deporte también liberamos endorfinas, de tal forma que estamos reduciendo nuestro nivel de estrés. Lo malo es que se trata de dos problemas crónicos a los que no damos demasiada importancia. Y esto no solo repercute en nuestra salud mental, sino también en nuestro físico.
Las 6 claves para empezar a perder peso
Algunas veces puede que sea difícil cambiar todos estos hábitos de golpe ¡pero no te preocupes! Hoy te proponemos algunas alternativas flexibles y fáciles de hacer que podrás ponerlas en práctica todas las mañanas. ¡Incorpóralas de forma progresiva en tu día a día y verás los resultados!
1. Las proteínas, indispensables en tu desayuno
Seguro que habrás oído más de una vez que el desayuno es la comida más importante del día, ¡y así es! Se trata de nuestra primera ingesta, y por tanto de nuestra fuente de energía para afrontar el resto del día. Si realizas un desayuno con proteínas te sentirás saciado y te ayudará a reducir los antojos.
2. Registra lo que comes
Una buena idea para controlar los alimentos que comes es coger un diario (o descargarte una App) y anotar tus ingestas. De esta forma podrás tomar conciencia de aquellos productos o alimentos que más consumes. Esto te permitirá comprobar si tienes excesos o déficits en algunos, y de esta forma podrás modificar lo que consideres oportuno en todas tus comidas.
3. ¡No te olvides del agua!
Parece algo evidente, pero a muchas personas se les olvida consumir la cantidad de agua necesaria durante el día. En este sentido, comenzar la mañana bebiendo uno o dos vasos de agua es la mejor forma de arrancar el día. Además de hidratarte, reducirás el apetito y aumentarás el gasto energético de tu cuerpo.
4. Practica ejercicio
Si tienes opción, practica ejercicio a primera hora de la mañana. Además de ayudarte a sentirte activo y con energía, te servirá también para mantener regulados los niveles de azúcar en sangre el resto del día.
5. Reduce el transporte
Si normalmente sueles desplazarte en coche, bus o metro, prueba a cambiar estos métodos de transporte por ir andando o en bicicleta. No hace falta que sea siempre, puedes empezar haciéndolo una o dos veces a la semana.
6. Controla tu peso
Pisar la báscula de vez en cuando está bien. Si lo haces, te servirá para concienciarte de los resultados y aumentará tu motivación y autocontrol de cara a conseguir el peso que te has propuesto.
Como puedes ver, con planificación, organización y constancia se pueden trabajar muchos hábitos. Date algún capricho de vez en cuando y prémiate por tus esfuerzos. Pero sobre todo, ¡no pierdas tu objetivo de vista!