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Una pareja cogida con los dedos de la mano sobre unas vías de tren

Aprender a amar es posible (si sigues estos 7 consejos)

No nacemos sabiendo amar, sino que se trata de una habilidad que debemos aprender a desarrollar.

Después de experimentar rupturas de pareja dolorosas, tristes pérdidas o inmadurez sentimental, el acto de amar a alguien resulta mucho más complejo de lo que nos han enseñado. En ocasiones la costumbre de la soledad, la importancia de la independencia o el miedo ganan a la posibilidad arriesgada de amar a otra persona.

En otras ocasiones, pese a que te embarques en esta aventura, la forma en que amas no es la más adecuada o algunos de tus actos, de manera involuntaria, tienen repercusiones negativas en la otra persona.

Es por ello que en este artículo  te ofrecemos pautas para aprender a amar  mediante indicaciones acerca de qué es aquello que puede beneficiar o perjudicar nuestra relación de pareja.

¿Nacemos sabiendo amar o aprendemos de la experiencia?

Tanto el amor filial como el fraternal o el que se puede sentir hacia una pareja se aprenden con la experiencia: esto significa que se aprende amando.

Los instintos básicos de apego se despiertan poco después del nacimiento, y se podría afirmar que la madre es el primer amor de casi todas las personas.

A lo largo del proceso de desarrollo infantil el niño va aprendiendo, gracias a las reacciones de su madre, cuáles son las conductas que le proporcionan felicidad y cuáles la entristecen o la enfadan.

En este momento el pequeño está aprendiendo a amar, qué es lo que hace daño a las personas y, por contra, qué es lo que da alegría y ganas de pasar más tiempo juntos.

El amor en las relaciones de pareja

Por otro lado, el amor que se siente hacia la pareja se intuye más instintivo en un inicio, ya que la atracción física no es algo que la razón pueda controlar. Se produciría más bien una conexión gracias a la química del cerebro. En muchas culturas o concepciones esto no estaría considerado como amor, sino como algo más físico y menos elaborado a nivel emocional.

Cuando pasa este período de atracción y enamoramiento, es cuando entra en juego el control voluntario y quizás menos espontáneo de nuestras acciones; es en este momento en el que se decide amar a alguien, y la forma de hacerlo puede ser exitosa o totalmente desastrosa.

Por ello, la forma en que se ama en ocasiones ha de ser adaptada a la persona a la que queremos amar y eso solo se va a poder aprender a amar mediante la experiencia y el conocimiento de las peculiaridades, la forma de pensar y la personalidad de ese individuo en concreto.

No obstante, existen acciones y conductas que son interpretadas como muestras de amor casi de manera universal. En este artículo nos centraremos en describirlas.

Pautas para aprender a amar a alguien

Amar a alguien a priori puede parecer intuitivo. El inicio del idilio suele ser algo que fluye de manera natural, y los defectos de la pareja quedan diluidos por los fuertes sentimientos que despierta esa persona.

Pero, a medida que pasa el tiempo, los gustos y la personalidad de cada uno vuelven a la normalidad y es entonces cuando aprender a amar puede ser clave para el éxito de la relación.

1. Adáptate a tu pareja (y que ella se adapte a ti)

Compartir gustos, aficiones y hobbies puede resultar algo difícil cuando dos personas acaban de conocerse. En ocasiones sucede que la base del amor surge de esos puntos en común que tanto gustan al uno y al otro, pero cuando esto no sucede la adaptación es imprescindible.

Llevar a cabo actividades juntos va a permitir conocer a esa persona especial mucho mejor. Verla en otro ambiente, conocer cómo se relaciona con los demás y cómo disfruta es lo que va a acabar por enamorarte. Por ello es esencial adaptarse a los gustos de tu pareja y viceversa; ¿quién sabe?, quizá descubras un nuevo hobbie que te encanta.

2. Sigue manteniendo tu individualidad

Pese a que la adaptación es muy importante, mantener tu esencia y aquellos detalles que te caracterizan también lo es. Si tu pareja se ha fijado en ti no es solo por el aspecto físico sino también por la forma de actuar y de pensar; por lo tanto, no intentes imitar a tu pareja pensando que así le gustarás más, ya que esto puede resultar contraproducente.

Aportar aire fresco, nuevas sensaciones, sorprendentes gustos e intrépidas actividades va a permitir que esa persona quiera conocer más de ti, de tu vida y de tus gustos, y esa curiosidad favorecerá el mantenimiento de la chispa en la relación. En resumen, adaptarse es importante pero sin perder la esencia que a uno mismo le caracteriza.

3. Respeta las opiniones del otro

Las relaciones de pareja pueden resultar paradójicas: ¿cómo pueden dos personas sin ningún vínculo a priori llegar a significar tanto el uno para el otro?

En un primer momento debemos agradecérselo a la química cerebral y más adelante al esfuerzo de cada uno por respetar (además de aprender) la forma de pensar y las opiniones de cada uno de los miembros de la pareja.

La comprensión va de la mano del amor, mientras que los juicios y las críticas lo destruyen. Por ello respetar las opiniones de tu pareja e intentar entender las causas y los orígenes de estas es esencial para el éxito de la relación. Esforzarse en este sentido es un claro ejemplo de aprender a amar y va a traducirse en un mayor bienestar y en el fortalecimiento del vínculo afectivo.

4. Resuelve los conflictos hablando

Cuando se presenta un conflicto debido a que tu pareja ha hecho algo que te ha molestado, callarse y emitir conductas encubiertas para demostrar tu malestar es destructivo para la relación. La comunicación fluida y la confianza son la base de toda pareja saludable y, cuando una de estas falla, la relación también lo hace.

Por lo tanto, evita que tu pareja no entienda lo que sucede, muestra tu malestar con claridad, explica razonadamente el motivo de tu enfado y escucha lo que tu pareja tenga que decir al respecto. En ocasiones los malos entendidos pueden llevar a la ruptura; por ello, hablar acerca de los problemas que acontecen es de suma importancia.

5. Expresa tus sentimientos con sinceridad

Aprender a amar pasa por aprender a amarte, a escucharte y a entenderte a ti misma. No se puede amar a otra persona sin que esto suceda, del mismo modo que no puedes saber qué sientes hacia otra persona si no comprendes cuál es tu forma de querer. Existe la posibilidad de que sientas más o menos que tu pareja y que esto te haga sentir inseguro en la relación.

Hablar acerca de los sentimientos va a permitir que ambos forméis unas expectativas acordes al nivel emocional de la relación; de este modo vais a poder prevenir esas horribles situaciones en las que uno espera más que el otro y que suelen acabar en ruptura.

6. No eres más ni menos que tu pareja

Si crees que eres superior a tu pareja puede que sientas que pierdes el tiempo con esa persona y que te fijes en otras, ya que te convencerás de que no puede darte todo lo que necesitas.

Del mismo modo, sentirte inferior va a hacer que modifiques tu conducta, que cambies, que te arrolle la inseguridad y que no entiendas por qué no eres suficiente para tu pareja, lo que puede acarrear graves consecuencias en tu autoestima.

Es por esto muy importante la igualdad, conocer los potenciales de cada miembro de la pareja y realzarlos en lugar de remarcar los defectos. Tener al lado a una persona que te haga sentir pequeñita no es nada positivo para tu desarrollo personal, por lo que en estos casos replantearse la relación puede ser positivo a largo plazo.

7. Los detalles sí importan

Por último, aprender a amar es esforzarse por conocer a tu pareja, saber qué es lo que le hace ilusión y le aporta felicidad y ayudarla a alcanzarlo. Una simple carta, un post-it en la nevera deseando un buen día, una cena inesperada, un abrazo en cualquier momento o escuchar esa canción tan especial para los dos son pequeñas acciones que van a marcar la diferencia en la relación.