La última propuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en materia de movilidad ha sido bien recibida por parte de los conductores. Sobre todo de aquellos que cuenten con vehículos antiguos o que carezcan de etiquetas medioambientales.
Esta entidad no parece estar de acuerdo con la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en municipios de más de 50.000 habitantes. Se trata, sin lugar a dudas, de una medida que ha generado controversia. De ahí que hayan propuesto a los ayuntamientos y a Tráfico una serie de alternativas.
Entre otras cosas plantean la creación de parkings gratuitos y disuasorios junto a las ZBE. De esa forma se facilitaría el acceso a las ciudades de las personas procedentes de poblaciones limítrofes sin el correspondiente distintivo. También proponen que los vehículos con más años puedan entrar en estas áreas, aunque se trate de manera esporádica.
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Esta organización hace un especial hincapié en todo lo relacionado con la etiqueta ambiental de la DGT. Asumen con cierta resignación que se basen en esta normativa para impedir la entrada a un municipio de ciertos vehículos.
Creen que se trata de algo totalmente incorrecto al haber modelos con la etiqueta 0 o Eco. Sobre todo porque estos contaminan más que los de gasolina o diésel.
Ponen en su punto de mira a los híbridos enchufables de gran cilindrada. Explican que les corresponde la etiqueta 0, pero que resultan más dañinos para nuestro entorno que los vehículos con motor de combustión.
En cualquier caso, la normativa que regulará la circulación en estas zonas de bajas emisiones dependerá de cada consistorio. Los coches que son demasiados antiguos no cuentan con este distintivo ambiental, por lo que no tendrán la posibilidad de circular por estas zonas. Pero dicha restricción también podría afectar a los que contasen con las etiquetas B y C.
Planteamientos a tener en cuenta
Desde la OCU recuerdan que este sistema de movilidad no resulta viable. Por eso han propuesto una serie de correcciones antes de que se implante este modelo de Zonas de Bajas Emisiones en todo el país.
En el caso de los vehículos con una cierta antigüedad plantean que tengan derecho a entrar en estas áreas tres veces al año. Señalan que el impacto medioambiental resulta mínimo y se permitiría el acceso a los residentes cuando ocurriera una emergencia. Lo mismo sucedería con los turistas que llegarán a visitar la ciudad.
Insisten en la necesidad de habilitar zonas de aparcamiento disuasorias en los límites de las ZBE. Además de resultar gratuitos deben estar correctamente comunicados con el centro de los municipios a través de transporte público. Así, las personas del extrarradio podrían llegar a la ciudad sin necesidad de contar con la etiqueta.
Recuerdan también la necesidad de que exista a la entrada de las ZBE una señalización clara y amplia. Tanto en los laterales como sobre la calzada. Detectan como en muchas ocasiones las multas que se aplican son por el desconocimiento del conductor o una deficiente señalización.
Poner en marcha carriles bici e impulsar el transporte público
En un intento por implantar ese modelo de ciudad sostenible señalan que debe hacerse una apuesta decidida por el transporte público. De la misma manera debe implantarse una amplia red de carriles bici, así como la peatonalización de las zonas históricas. Denuncian que en muchos municipios el uso de la bicicleta resulta complicado debido a que los carriles bici que hay no comunican entre sí.
Tampoco verían con malos ojos que se incrementaran las ayudas del Plan Moves. Esto facilitaría la adquisición de vehículos usados con la etiqueta Eco o cero emisiones. Sería la solución para aquellas familias con pocos recursos que no puedan permitirse un coche nuevo.