Todos los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social se verán afectados por un nuevo impuesto. Se pondrá en marcha a partir del 1 de enero de 2023 y supondrá un porcentaje de su salario. Dicha medida afectará a algo más de 20 millones de españoles.
Con dicho recargo se pretende, de alguna manera, reflotar la hucha de las pensiones. Además, desde el Gobierno son conscientes de todo lo que se avecina. Vienen épocas muy complicadas, con el Fondo de Reserva prácticamente vacío y con la retirada muy cercana de la generación del baby boom.
Esta decisión se sacó adelante en diciembre del año pasado y se publicó en el BOE. Era solo una de las primeras medidas que se iba a adoptar dentro de la reforma de las pensiones. Sin embargo, ahora ya se empieza a cuestionar este procedimiento.
Se impone el mecanismo de equidad intergeneracional
Desde el Gobierno sacaron adelante el mecanismo de equidad intergeneracional para reemplazar el factor de sostenibilidad del PP. Tenía que entrar en funcionamiento en 2018 y fue alargado por los populares hasta 2023. Sin embargo, el factor de sostenibilidad se derogó el pasado diciembre y quedó aprobado que a partir del 1 de enero entraría en vigor el de equidad intergeneracional.
El anterior sistema funcionaba como una especie de prorrateo de la expectativa de pensión según la esperanza de vida. Al incrementarse los años de vida de los pensionistas se iría rebajando también la cuantía de las pagas. Este modelo implicaría recortes de hasta el 20% en las pensiones, pero finalmente fue derogado y no se pondrá en marcha.
Qué implica el nuevo sistema para reflotar el fondo de reservas
Con el mecanismo de equidad intergeneracional no se tocarán las pensiones ni habrá posibilidad de que se reduzca el gasto en ellas. Se ha creado básicamente una nueva cuota que será asumida por todos los trabajadores, al margen de sus ingresos. El porcentaje será igual para todos.
Se pone en marcha como una nueva forma de cotización y las personas dadas de alta en la Seguridad Social empezarán a notarlo en breve en sus sueldos. Los verán recortados un 0,6%. Dicho recargo aparecerá en la nómina de los asalariados, pero también lo notarán los autónomos.
Con esto pretenden reunir la suficiente cantidad de dinero para poder hacer frente al gasto de las pensiones futuras. Sobre todo pensando en la retirada de los baby boomer. Se espera que sea ahí cuando más se resientan las cuentas del sistema público de pensiones.
Las cotizaciones ordinarias no serán suficientes y se necesitan otras vías de recaudación. Y la opción plantada por el departamento de Escrivá pasa por tocar los salarios de los trabajadores.
¿Cómo afectará a los trabajadores?
Se le quitará un 0,6% de la nómina al trabajador. Hay que decir que el empresario asumirá un 0,5%, mientras que el asalariado correrá con el 0,1% restante. En el caso de los profesionales por cuenta propia, los sindicatos CCOO y UGT creen que el desembolso medio será de unos 5 euros mensuales.
Por su parte, entre los empleados, el funcionamiento del sistema sería totalmente distinto. En una nómina de 2000 euros brutos, el recargo del 0,6% implicaría una cuota de 12 euros mensuales. Diez euros los pagaría la compañía, mientras que 2 los afrontaría el trabajador.
Como es lógico, todo dependerá del nivel salarial de cada uno; no obstante, el porcentaje que se aplicará será siempre el mismo. El Gobierno solo podrá hacer uso de este dinero para satisfacer el pago de las pensiones. Tendrá un carácter temporal, ya que se pretende cobrar hasta 2032. El objetivo es recaudar unos 22 000 millones de euros, que supone la mitad de lo previsto inicialmente.