Nuevo varapalo para el bolsillo de los españoles. A partir del próximo 1 de enero entrará en vigor un nuevo impuesto que encarecerá una lista muy amplia de productos. La intención del Gobierno es recaudar con dicho tributo unos 500 millones de euros.
En cuestión de semanas aplicarán esta nueva tasa cuyo tipo impositivo es de 0,45 euros. Gravará los envases no reutilizables que sean de plástico, tanto si contienen mercancía como si se presentan vacíos. Así aparece recogido por la Agencia Tributaria en la Ley 7/2022, de 8 de abril.
Con esto, lo que se pretende es reducir el empleo de este tipo de recipientes, además de fomentar el reciclado de este tipo de residuos. Se verán perjudicados por este impuesto cajas, envases, cintas de embalaje y film, además de cualquier material de retractilado con plástico.
Afectará, además, a los artículos de plástico semielaborados y que se dedican a la obtención de los envases. Lo mismo sucederá con los que lleven plástico y están pensados para el cierre, presentación o comercialización de recipientes no reutilizables.
El nuevo impuesto que se va a aplicar en España en 2023
Este tributo se aplicará en todo el territorio español. Su aplicación "se entenderá sin perjuicio de los regímenes tributarios forales de concierto y convenio en vigor en los territorios del País Vasco y Navarra". Así lo contempla el segundo punto del artículo 69.
También estarán sujetos a la citada tasa la fabricación, la importación o la adquisición intracomunitaria de los productos que se incluyen en esta normativa. Tal y como se recoge en el diario As, hay una serie de detalles que son constitutivos de infracción, según recoge en el artículo 83.
Hacen referencia a la falta de inscripción en el registro territorial del impuesto especial sobre los envases no reutilizables. También de la inadecuada certificación por parte de la entidad acreditada de la cantidad de plástico reciclado que llevan los artículos.
La ley se hace eco, además, del impuesto al depósito en vertederos e incineración. Rondaría entre los 1,5 euros y los 40 euros por cada tonelada métrica y se aplicaría en todo el territorio nacional.
Con todo esto se prohíbe la comercialización y distribución de utensilios muy habituales en nuestra vida. Es el caso, por ejemplo, de cubiertos y vasos de plástico, así como de bastoncillos.
¿Qué se persigue con este impuesto?
El consumidor final y las empresas serán los que tengan que asumir este tributo. Lo que se pretende con la puesta en marcha de este impuesto es reducir la cantidad de residuos generados respecto a hace 10 años. El porcentaje fijado es del 15% en comparación a 2010. El objetivo es que se produzca también una rebaja del 13% en el peso de los residuos generados en 2025.
Los sectores más perjudicados
Hay una serie de sectores que se verán muy perjudicados con este impuesto a partir de enero. Entre ellos están la alimentación, bebidas, droguería, perfumería y cosmética, bricolaje, hostelería, textil y bienes tecnológicos de consumo.
España es el único país de Europa que contempla la puesta en funcionamiento de este tributo. Así lo desvela la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB).
Estos sectores esgrimen que el Gobierno "cuenta con una recaudación extra por vía impositiva que supera los 32 000 millones". Esta organización, además, denuncia la situación en la que quedan las empresas de nuestro país. No podrán competir en las mismas condiciones que el resto.
Explican que con esta tasa se produce un incremento de los sobrecostes para las compañías nacionales. Por lo tanto, se "le resta competitividad frente a sus vecinos europeos. Supondrá otro duro golpe para un importante número de negocios.