La nueva jornada laboral que se trata de implantar en España genera muchas dudas. El reconocido economista, Santiago Niño Becerra ha dado su valoración, sin que tenga un gran convencimiento sobre su efectividad.
En un número reducido de empresas o de administraciones de nuestro país se implantó la jornada de cuatro días semanales. Es el caso, por ejemplo de Valencia, que experimentó a lo lago de abril ese recorte todos los lunes a iniciativa de su alcalde.
Santiago Niño Becerra no las tiene todas
Santiago Niño Becerra abordó dicha cuestión en sus redes sociales. Para ello puso de referencia las conclusiones que se extrajeron de una compañía japonesa que trató de adaptarse a esta reducción. Según los gestores, "su plantilla era un 40% más productiva".
El catedrático no las tiene todas consigo y niega que trabajar "un 20% menos de tiempo" origine un incremento de la productividad. En este sentido se muestra bastante rotundo, y lo único que contempla es que se hayan producido modificaciones importantes en la forma de trabajar.
"O se han realizado inversiones y cambios organizativos profundos, o antes se perdía el tiempo miserablemente", apunta. En su opinión, "los milagros no existen".
Cree que incluso podría generarse un efecto contraproducente. Indica que se da a entender que de mantener la jornada de trabajo habitual y elevar los sueldos se reducirían plantillas.
Tampoco considera que sea viable la posibilidad de disminuir las horas de trabajo en todos los ámbitos. Todo dependerá de los "subsectores y actividades", publica Las Provincias. También teme que se puedan formar "trabajadores de clase A y B", algo que afectaría en las finanzas de las compañías.
Las ayudas del Gobierno por acogerse a esta reducción
Algunas empresas españolas participan en esta prueba piloto que reduce la jornada laboral de 40 a 32 horas a la semana. El pasado mes de abril el Gobiernopublicaba en el Boletín Oficial del Estado una línea de ayudas para los negocios que implantaran este modelo en sus plantillas.
En total se destinará una partida que asciende hasta los 9,5 millones para las pequeñas y medianas empresas del ámbito industrial. Eso sí, para beneficiarse de estas subvenciones será preciso cumplir una serie de requisitos.
¿Qué medidas deben cumplir las empresas que apuesten por la semana de cuatro días?
Las compañías interesadas en implantar los cuatro días deben reducir en primer lugar el cómputo semanal al menos un 10%. Además, se comprometerán a conservar la reducción de jornada durante un par de años. Todo ello sin que se produzca una merma en las condiciones o el salario del empleado.
Únicamente podrán disfrutar de esta opción aquellos trabajadores que tengan un contrato indefinido a tiempo completo. Los costes salariales de cada negocio derivados de los profesionales que se acojan a la disminución se sufragarán de manera parcial.
Durante los primeros doce meses se llegará como máximo a los 150.000 euros. En este importe se incluye también la formación y el gasto que implique la puesta en marcha del modelo.
En las compañías de hasta 10 personas se subvencionará el 90% del coste de personal. En aquellas que cuenten con entre 11 y 52, la ayuda cubrirá el 80%. Mientras que para aquellas de entre 53 y 249, la protección alcanzará el 75%.
Las pruebas se llevan a cabo en el ámbito industrial
Este proyecto experimental solo se podrá ejecutar en el sector industrial. Entienden que es lo adecuado "para conseguir una suficiente representatividad estadística para sacar conclusiones". Con los datos obtenidos se podría "ampliar el piloto al resto de la economía".
Además, también se estipula que haya un mínimo de trabajadores que se adhieran a esta modalidad. Las empresas de hasta 20 trabajadores deben sumar al menos el 30% de la plantilla, frente al 25% de las que cuenten con entre 21 y 249 empleados.