Las pesetas son unas de las monedas más conocidas por todos los españoles, ya que estuvieron presentes en nuestra vida cotidiana durante más de 130 años. Con una larga historia a sus espaldas, no es extraño que muchas de ellas guarden un gran valor.
Son varios los monarcas que han aparecido en ellas, como es el caso de Juan Carlos I. Sin embargo, también cabe destacar que, antes del rostro del emérito, aparecía el de Francisco Franco. Ahora, uno de estos ejemplares, se vende por un precio estratosférico.
Estas son las monedas más cotizadas de Franco
Muchos son los factores que aumentan el valor de las pesetas de la dictadura de Franco. Entre ellos, destacan el año de acuñación, la rareza, los errores o el estado de conservación, entre otros.
De forma general, los ejemplares emitidos entre 1950 y 1960 apenas tienen valor. Sin embargo, otros destacan por su alto precio. En octubre de 2011, por ejemplo, Martí Hervera & Soler y Llach subastó una moneda de Franco de 1948 por nada menos que 7.400 euros.
Como indican desde Coleccionistas de Monedas, es la conocida como “peseta Benlliure”, ya que el busto del dictador que aparecía fue obra de Mariano Benlliure. Una moneda muy perseguida.
La moneda de 1949 que tiene un gran valor
No obstante, la anterior no es la moneda de peseta de Franco por la que más se ha pagado. Este título lo tiene el ejemplar de 5 pesetas de 1949, conocido de forma popular como duro. En algunas subastas, se ha vendido por entre 6.000 y 36.000 euros.
En el caso de este duro, se realizaron 5 monedas distintas. Sin embargo, no todas ellas tienen un gran valor. Para conocer si es así, es necesario fijarse en los números troquelados que aparecen en las dos estrellas alrededor de la palabra “cinco”.
Cómo reconocer si el duro de 1949 tiene valor
Si ves que en la estrella están los números 49 o 50, el valor se sitúa en torno a los 20 euros si están en buen estado. Las monedas de gran valor son las que cuentan con los números 51 o 52. Las primeras se venden por 6.000 euros y las segundas por hasta 36.000 euros.
La “culpa” la tiene el níquel, un metal que en 1951 incrementó su precio. Por ello, fabricar una moneda de duro tenía un coste más alto que su valor facial, lo que hizo que muchos ejemplares con las estrellas 51 y 52 se fundieran.
Las que sobrevivieron, fueron guardadas por coleccionistas de alto poder adquisitivo, lo que ahora hace que tengan un gran valor. De hecho, de las del año 52, se conservan tan solo unos 14 ejemplares, de ahí su rareza.