En unas semanas, hasta 3 medicamentos desaparecerán de las farmacias de nuestro país. El organismo asociado a Sanidad, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha confirmado el cese de comercialización de distintos medicamentos por un motivo de lo más preocupante.
En concreto, la decisión de paralizar su venta se debe al riesgo que entraña su consumo. Las autoridades competentes han decidido prescindir de estos fármacos, que dejarán de estar disponibles en las farmacias. Con intención de que las restricciones se cumplan, ya han puesto fecha para prohibir la venta y el suministro.
Los 3 medicamentos que dejarán de venderse en España
La AEMPS ha confirmado la suspensión de los siguientes medicamentos en toda Europa: ‘Isohes’, ‘Volulyte’ y ‘Voluven’. Todas ellas son soluciones de hidroxietil-almidón (HEA) disponibles en España.
La decisión responde ante la recomendación del Comité Europeo de Farmacovigilancia (PRAC) de este mismo año. Sin embargo, ahora ha sido ratificada por la Comisión Europea.
A partir del 15 de diciembre, ningún centro sanitario o farmacia podrá disponer de ellos. En el caso de sí hacerlo, el organismo ha aclarado que todas las unidades deberán ser devueltas a los laboratorios pertenecientes.
No obstante, no es la primera vez que estos fármacos están bajo escrutinio sanitario. Ya en 2013, las autoridades restringieron su uso, como consecuencia a sus efectos secundarios. Unos años después, ya en 2018, el uso de estos fármacos fue delimitado entre hospitales y centros sanitarios validados y controlados.
Los organismos europeos también aprovecharon para lanzar más advertencias sobre estos medicamentos. De este modo, se pretendía que los sanitarios no lo recetasen a personas con patologías concretas. Asimismo, se abogó por una mayor motorización del medicando, obligando a los encargados de su comercialización a realizar estudios sobre su uso.
¿Por qué es peligroso este tipo de medicamento?
Después de haber sido analizado su uso, las autoridades sanitarias pudieron comprobar los graves riesgos asociados. Los estudios demostraban que los fármacos podían ser determinantes a la hora de desarrollar daños renales o incluso la muerte, en algunos pacientes.
Sobre todo, el peligro se asociaba entre pacientes que estuviesen muy enfermos o que ya padeciesen algún tipo de problema renal. También incluía a aquellos que hubiesen sufrido sepsis o quemaduras.
Al parecer, su uso solo está recomendando en pacientes con hipovolemia causada por una hemorragia aguda. No obstante, aclaraban que este tipo de soluciones no podrían ser suministradas por más de 24 horas.
Para administrarlos de forma correcta, los sanitarios debían respetar sus dosis máximas. Además, después de haber sido medicados, los pacientes debían pasar por un control renal de al menos 90 días. Así, se podía comprobar hasta qué punto estos 3 fármacos podían afectarles.
¿Qué es exactamente el hidroxietil-almidón (HEA)?
Este tipo de medicamento es un expansor plasmático coloidal. Utilizado regularmente para tratar hemorragias, suele ser usado para tratar personas que hayan perdido grandes cantidades de sangre después de cirugías o lesiones.
El hidroxietil-almidón es administrado cuando los sanitarios observan que el tratamiento con cristaloides no es suficiente en los pacientes. De este modo, se les suministra estos sustitutos de volumen plasmático.
Teniendo en cuenta los escasos beneficios y los estudios que avalan el peligro asociado, las autoridades sanitarias han tomado esta decisión para los pacientes europeos. Además, instan al personal sanitario a usar tratamientos alternativos y disponibles.
El incumplimiento de las medidas ha sido clave para su retirada
Pese a las restricciones establecidas en 2018, el PRAC consideró que los medicamentos no se estaban usando de forma segura, gracias a un estudio. En él, también se tuvo constancia de algunos casos en los que se seguía suministrando, pese a ser pacientes de alto riesgo.
Y siendo el cumplimiento de las medidas acordadas una condición para su uso en Europa, las autoridades dejaron de considerar que sus beneficios prevalecían sobre los riesgos.