Febrero es el mes del amor, y por ello, muchas parejas celebran San Valentín. Ya lo decían Jackie DeShannon o John Lennon en sus canciones, y ahora la ciencia parece que también lo comparte: quizás, lo que el mundo necesita es amor.
A priori puede que esto no tenga mucho sentido, pero un grupo de investigadores ha dado con un hallazgo bastante curioso. Al parecer, los niveles de azúcar en sangre podrían estar relacionados con aspectos de nuestra vida en pareja.
Así podríamos reducir el azúcar en sangre, según la ciencia
Empalagosas, cariñosas, liberales... existen muchos tipos de parejas y formas de demostrar el amor y el afecto. Siempre se ha tendido a asociar el romanticismo con algo 'dulce', y desde luego, ahora parece que todo puede cobrar sentido.
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De hecho, un nuevo estudio así lo ha demostrado. El trabajo, que ha sido publicado en la revista BMJ Open Diabetes Research & Care, ha constatado que nuestra vida en pareja podría ser determinante respecto a nuestros niveles glucémicos.
Aunque aparentemente estas dos variables no tengan relación ninguna, los investigadores han observado que las personas que viven en pareja tienen tendencia a mantener niveles de azúcar en sangre más bajos.
Independientemente de la calidad de la relación, podemos deducir que tener el apoyo emocional de alguien muy cercano podría ser beneficioso para nuestra salud. De hecho, esto aumentaría exponencialmente en personas de mediana o avanzada edad.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigadores de Luxemburgo y Canadá han utilizado datos de biomarcadores del English Longitudinal Study of Aging (ELSA). A través de ellos, se ha obtenido una muestra representativa de la población inglesa de más de 50 años.
Los datos obtenidos correspondían a un total de 3.335 adultos de entre 50 y 89 años, de los cuales ninguno de ellos tenía previamente un diagnóstico de diabetes. Además de someter a los participantes a varias entrevistas durante años, también se recogieron datos de su vida en pareja.
Todos estos datos, que fueron recopilados entre 2004 y 2013, se iban actualizando con el paso del tiempo, evidentemente. Los investigadores también se centraron en medir el nivel de tensión social y apoyo, así como otros factores como la edad, el empleo, el tabaquismo o la actividad física.
Entre todos los encuestados, un 76% de ellos afirmaba vivir con alguien. Estos resultados llevaron a los investigadores a plantearse varias hipótesis, pero con el paso del tiempo descubrieron que los cambios y las transiciones en la vida de pareja podrían aumentar la posibilidad de sufrir diabetes.
De esta forma, experimentar un divorcio o una separación aumentaría el riesgo de sufrir cambios en los niveles de glucosa. Sin embargo, la relación entre ambas variables no llegó a marcar diferencias demasiado significativas.
Hábitos para prevenir la diabetes
Las conclusiones a las que llegó el equipo científico son curiosas e interesantes. De hecho, descubrieron que las relaciones matrimoniales estaban inversamente relacionadas con los niveles de glucosa de los participantes.
Ahora bien, a pesar de que este tipo de relación puede presentar un efecto protector frente a la diabetes, debemos tener presente que la adoptación de hábitos saludables sigue siendo la mejor arma de prevención.
Por ejemplo, si presentamos un índice de masa corporal (IMC) superior, lo más recomendable sería bajar de peso. Se ha comprobado que mantener un peso saludable reduce significativamente el riesgo de padecer diabetes.
La actividad física y la alimentación equilibrada también es importante. Movernos de forma activa y consumir alimentos como verduras, frutas o legumbres puede ayudarnos a prevenir esta enfermedad.
Y por último, pero no menos importante, debemos ser conscientes de eliminar de nuestra dieta aquellos alimentos que contengan grasas poco saludables y/o altos niveles de azúcar. Como puedes observar, está en nuestra mano optar por realizar estos cambios.