Los jóvenes españoles que se encuentren en el paro tienen la posibilidad de percibir una serie de ayudas por parte del SEPE. Este colectivo está entre los más castigados por la crisis económica que se ha agudizado con la subida de la inflación. El organismo público se propone llegar a la mayor cantidad posible de gente con sus subvenciones, y entre ellos están los menores de 25 años.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2022 desvela que el 29,8% de ellos se encuentran sin empleo. Por lo tanto, la situación resulta crítica para un elevado porcentaje de población, a los que les cuesta mucho llegar a final de mes.
Para que dispongan de un cierto respaldo financiero, el SEPE pone a disposición de los jóvenes un conjunto de subsidios. En concreto se tratan de tres modelos que procuran encajar con las necesidades de la mayoría. Están pensadas para los que trabajaran menos de un año, los que cuenten con cargas familiares y los que agotasen las prestaciones.
Ayudas para los que tengan menos de un año cotizado
El Servicio de Empleo Público exige estar desempleado y tener al menos cotizado seis meses si no se tienen responsabilidades familiares. Deben aparecer inscritos como demandantes de empleo y conservar dicha condición durante el tiempo que dure la ayuda. Además, no deben contar con rentas de cualquier tipo que rebasen el 75% del salario mínimo interprofesional. Todo ello sin contar la parte proporcional de dos pagas extras.
Ayudas para jóvenes con cargas familiares
Los menores de 25 años y que cuenten con algún tipo de carga familiar tienen a su disposición otro tipo de ayuda. Para ello necesitan encontrarse parados y carecer de rentas superiores al 75% del salario mínimo. Es preciso que la suma de ingresos de los componentes de la unidad familiar, dividida entre todos los miembros, no rebase dicha cifra.
Requieren, también, aparecer registrados como demandantes de empleo durante un mes desde que finalizara la prestación. Se le exigirá que no hubiera rechazado ninguna oferta de trabajo ni que tampoco se negara a participar en acciones de formación o reconversión. Para beneficiarse de ella habrá que tener agotada la prestación contributiva de desempleo y aceptar el compromiso de actividad.
Ayuda tras finalizar el subsidio
La última solución que pone sobre la mesa el SEPE pensando en este colectivo es cuando han agotado el subsidio. Para ello, es preciso que no cuenten con el derecho a la protección por desempleo. Tampoco pueden tener cumplida la edad que le permita acceder a una pensión de retirada, ya sea contributiva o no contributiva.
Al igual que sucedía con los dos casos anteriores, se le exigirá que carezca de rentas por encima del 75% del salario mínimo. Queda excluida la parte proporcional de las extras y además deben de certificar las cargas familiares.
Necesitan acreditar que con anterioridad no cobraron la ayuda de acompañamiento fijada en el Programa de Activación para el Empleo. En el instante en el que se aporta la solicitud no pueden estar trabajando como asalariados a tiempo parcial o tener suspendido su contrato. Tampoco se le concederá si han percibido con anterioridad este subsidio extraordinario.
En el caso de cumplir con todos estos requisitos el importe que recibirán los beneficiarios será de 463,21 euros. Tal y como recoge Las Provincias, la duración máxima de esta ayuda será de 180 días. Y no habrá la posibilidad de cobrarlo más de una vez.
Por lo tanto, a partir de ahí habría que intentar buscar otras soluciones con el SEPE. La búsqueda de empleo se ha convertido en todo un martirio para algunos jóvenes, incapaces de acceder al mercado de trabajo.