A pesar de que previamente habían sido ignoradas en favor de otras vertientes de la experiencia humana, desde hace varias décadas las capacidades emocionales de las personas están tomando relevancia tanto en el ámbito personal como en el laboral o en otros, incluyendo la ciencia.
En particular, la aparición de la inteligencia emocional en el campo de la psicología para explicar las capacidades cognitivas y el potencial intelectual supuso una auténtica revolución científica.
En este artículo descubriremos qué es la inteligencia emocional y cuáles son sus características y su explicación psicológica y evolutiva, según Daniel Goleman y Howard Gardner, dos autores fundamentales en este campo.
¿Qué es la inteligencia emocional? Definición y características
Podemos definir la inteligencia emocional como una corriente de la psicología que valora la emoción y la relación interpersonal como elementos clave para analizar la inteligencia humana.
Esta tradición fue iniciada a finales del siglo XX por autores como Howard Gardner y Daniel Goleman, quienes pusieron la emoción y las capacidades emocionales en el centro de la evaluación de la inteligencia.
La explicación que se da a la hora de otorgar a la emoción tanta importancia es que la mayoría de tests y subtests que evalúan la inteligencia se basan en el razonamiento lógico, sea verbal, matemático o figurativo, y en el razonamiento lingüístico, pero no tienen en cuenta las aptitudes emocionales.
Según Goleman o Gardner, las principales características de la inteligencia emocional en las personas son saber reconocer emociones propias y ajenas, adaptar las propias emociones al entorno y usarlas para guiar las capacidades cognitivas con el fin de lograr objetivos determinados.
La contribución de Daniel Goleman
La popularización del término “inteligencia emocional” se debe en gran parte a los estudios del psicólogo norteamericano Daniel Goleman y a la publicación de su obra del mismo nombre.
Los trabajos de Goleman sobre inteligencia emocional e interpersonal tuvieron una influencia notable tanto en el ámbito de la psicología de finales del siglo XX, como de la sociología, la comunicación y la publicidad, así como en los programas educativos.
Por todo ello, el concepto de inteligencia emocional abrió desde los años 90 un nuevo campo de investigación y creación de nuevos modelos explicativos en los que la emoción y las relaciones interpersonales adquirieron un nuevo (y necesario) protagonismo.
Historia de la medición de la inteligencia
A lo largo de la historia se han ideado estrategias para medir la inteligencia de las personas, así como sus capacidades cognitivas. El método más extendido por Europa y Estados Unidos en el siglo XX fue el test de inteligencia, creado por el psicólogo francés Alfred Binet a principios del siglo pasado.
Este test puntuaba la inteligencia a partir del llamado cociente intelectual. No obstante esta forma de contabilizar y analizar la inteligencia, que tuvo gran aceptación en la primera mitad del siglo pasado, ha ido quedándose obsoleta a partir de la aparición de otros elementos indispensables para analizar las capacidades intelectuales de las personas.
Autores de principios del XX como Thorndike y Wechsler pusieron de manifiesto que era importante tener en cuenta esos otros elementos para analizar la inteligencia de las personas.
No obstante, no fue hasta los años 80, con el trabajo del psicólogo Howard Gardner y su obra “Inteligencias múltiples”, y evidentemente las aportaciones de Daniel Goleman en su libro “Inteligencia emocional”, que se puso de manifiesto en la comunidad científica que la inteligencia interpersonal o emocional era un elemento de estudio clave.
Explicación neurológica y evolutiva
El psicólogo Daniel Goleman considera que la forma en que está organizado el cerebro y el modo en que evolucionó es clave para entender la importancia de la emoción en la especie humana y la forma en la que nos relacionamos.
Según Goleman, existen motivos evolutivos y de desarrollo para considerar que las emociones tienen una importancia capital a la hora de evaluar la inteligencia -importancia que no se ha tenido en cuenta a lo largo del estudio de la mente humana y la inteligencia.
El autor argumenta, para sustentar su tesis sobre la relación entre emoción e inteligencia, que la parte primigenia del cerebro es el tronco encefálico. Esta región monitoriza funciones vitales básicas relacionadas con la supervivencia, como la respiración, la toma de decisiones instantáneas y el metabolismo.
A partir de esta región cerebral se fueron desarrollando las partes del cerebro más recientes, es decir, las que se relacionan con las funciones cognitivas más elevadas y complejas. Goleman considera que, desde el punto de vista evolutivo, las funciones cognitivas y todas las actividades conscientes y racionales están sujetas casi siempre a la parte emocional y primitiva del cerebro.
De esto puede deducirse la importancia de lo emocional en cualquier actividad humana, y cómo se ha ignorado o se ha tenido poco en cuenta a lo largo del estudio de la psicología del ser humano.
Referencias bibliográficas:
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