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Montaje con la imagen de un médico junto a la foto de un desayuno con café, zumo y cruasanes

Si desayunas más tarde de esta hora, podrías desarrollar una temida enfermedad crónica

La hora en la que desayunamos podría ser crucial para la salud

El desayuno es la comida más importante del día, o al menos, eso se ha dicho siempre. Lo que está claro es que, independientemente de si esta frase sea cierta o no, es importante tener presente los alimentos que estamos consumiendo.

De hecho, aunque esto último resulta determinante para cuidar y mantener a raya nuestra salud, existe otro factor más. Quizás no lo sabías, pero la hora a la que desayunamos también tendría un papel clave en todo esto, según revelan los estudios.

La hora a la que desayunamos puede ser determinante para nuestra salud

Suena el despertador, nos levantamos con el tiempo justo y aun así nos quedan muchas cosas por hacer. El ritmo tan frenético y estresante que viven miles de españoles hace que, desde luego, el hecho de desayunar tranquilamente sea todo un lujo.

Y es que nos pasamos la vida yendo de arriba a abajo, con miles de responsabilidades y cargas. Ahora bien, ¿En qué momento prestamos atención a nuestra alimentación y hábitos? Seguramente, puede que menos de lo que nos gustaría.

Una persona comiendo una ensalada y como imagen de fondo una cama deshecha
El desayuno es una de las comidas más importantes del día | Shann Daniels, Rebecca Aldama

Pero... ¿Qué ocurriría si te dijésemos que esto puede ser determinante para tu salud? Probablemente nunca te lo hayas planteado, pero la hora a la que desayunamos influye y repercute sobre nosotros. De hecho, la ciencia así lo ha constatado.

Al parecer, un estudio elaborado por los investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISG) ha mostrado la relación causal que existe entre ambas variables. Todo indica que la hora en que desayunamos estaría relacionada con el riesgo de padecer determinadas enfermedades.

De forma más concreta, se sabe que desayunar más tarde de las 9 de la mañana podría aumentar las probabilidades de padecer diabetes tipo 2. Para llegar a esta conclusión, los expertos han realizado un seguimiento de nada más y nada menos que 100.000 participantes.

Todos ellos fueron sometidos a dicho seguimiento durante un periodo de siete años, y del total, un 70% eran mujeres. Durante el transcurso de ese tiempo, se estima que llegaron a aparecer 963 nuevos casos de personas con esta patología.

Y es que una vez finalizado el estudio, y habiendo contrastado los datos, todo apunta a que las personas que desayunaban después de las 9 tenían mayor riesgo que aquellas que lo hacían antes de las 8. Y según los autores, esto tendría una explicación.

Si tenemos en cuenta la perspectiva biológica, el simple hecho de saltarse el desayuno afecta significativamente al control de la glucosa, los lípidos y la insulina. Por lo tanto, cuanto más tarde de desayuno, mayor incidencia en el número de estas enfermedades.

Manolis Kogevinas, investigador principal del estudio, señala lo siguiente: "Nuestros resultados sugieren que una primera comida antes de las ocho de la mañana y una última antes de las siete de la tarde ayudan a reducir la incidencia de diabetes tipo dos".

Montaje con un reloj en primer plano y de fondo una imagen de muchas personas comiendo en una mesa
El estudio sugiere que la hora estaría relacionada con el riesgo de padecer diabetes tipo 2 | Fauxels, C k

No obstante, además de pronunciarse sobre estos hallazgos, el mismo grupo de investigadores ya había aportado otras evidencias en el pasado. De hecho, también llegaron a demostrar que cenar temprano reducía el riesgo de padecer cáncer de mama y próstata.

La importancia de tomar un buen desayuno

Como hemos comentado anteriormente, además de seleccionar los mejores alimentos también conviene ingerirlos a unas horas adecuadas. En este sentido, tomar un buen desayuno puede ser muy beneficioso para nuestra salud.

Sin ir más lejos, entre esos mismos beneficios encontramos la mejora del rendimiento físico y mental, así como una mayor concentración, productividad y rendimiento en el trabajo. También ayuda a regular el consumo de grasa, y además, a mantener nuestra salud y bienestar en óptimas condiciones.

Para ello, no te olvides de consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales. Un ejemplo de ello pueden ser los cereales, los lácteos o las piezas de fruta. Recuerda que todo lo que consumimos por dentro... ¡Se ve reflejado por fuera!