Es probable que todos conozcamos gente que se pasa la vida preocupándose por su estado de salud, temiendo por si enferman, tomando todas las precauciones posibles para no contagiarse con nada y creyendo constantemente que les pasa algo malo. Es posible que estas personas sean un poco hipocondríacas.
La hipocondría consiste en una preocupación constante por contraer enfermedades de cualquier tipo, principalmente severas. A continuación vamos a describir de forma detallada qué es la hipocondría, cuáles son sus síntomas y el tratamiento más habitual para esta clase de problema.
La hipocondría es un trastorno caracterizado por el miedo y la preocupación con respecto a padecer una enfermedad grave aunque objetivamente no existan motivos que justifiquen tal creencia.
Las preocupaciones que caracterizan al hipocondríaco suelen ser fenómenos de poca importancia objetivamente, como por ejemplo un dolor de cabeza, tos, la presencia de lunares, cortes pequeños, mareos, erupciones cutáneas, molestias musculares, problemas gastrointestinales o cualquier otro síntoma que resulte poco habitual para la persona.
Puede ocurrir que una persona hipocondríaca esté enferma de verdad, pero que se fije tan solo en síntomas accesorios a la enfermedad principal o bien en características poco importantes de la misma.
Algo que también habitual en los hipocondríacos es el hecho de que en un principio no presenten enfermedad alguna, pero por influencia del malestar psicológico acaben teniendo síntomas reales de esa enfermedad o de otra, así como alteraciones relacionadas con la ansiedad y los pensamientos obsesivos.
Es probable que la hipocondría tenga un origen social o bien sea una actitud compartida en el núcleo familiar, es decir, que los progenitores de la familia presenten una preocupación constante por sufrir cualquier tipo de enfermedad y transmitan esa forma de proceder a sus hijos
La hipocondría es un trastorno que cursa con una gran variedad de síntomas. Es habitual que se caracterice como trastorno somatomorfo, es decir, el paciente dice tener síntomas orgánicos, pero no aparecen en un análisis físico real.
La ansiedad es uno de los síntomas que con más frecuencia cursan con la hipocondría. El hipocondríaco suele estar pendiente constantemente de su estado de salud y de sus percepciones personales de sus constantes vitales.
Cada síntoma que pueda percibir o bien cualquier irregularidad que pueda notar en su cuerpo le provoca un sentimiento de ansiedad y angustia intenso.
El hipocondríaco se preocupa en exceso por su salud de forma constante. Es frecuente que la persona se realice exámenes a sí misma y también que se diagnostique personalmente aunque no se tengan nociones de medicina. Dudar del diagnóstico profesional cuando se acude a la consulta del médico también es un hecho característico.
Es frecuente que la persona presente mayor preocupación antes de un análisis o cualquier procedimiento médico por la posibilidad de que el médico le traslade malas noticias respecto a su salud.
El miedo es un síntoma muy habitual en las personas que padecen hipocondría. Entre los hipocondríacos puede suceder que algunas personas estén convencidas de que han contraído una enfermedad determinada y quieran que el médico se la diagnostique a toda costa -o bien todo lo contrario, es decir, que la persona tenga miedo a ir al médico y confirmar que realmente padece esa dolencia.
El miedo también puede presentarse de otras formas, como por ejemplo cambiar de hábitos de vida o de alimentación o también privarse de realizar actividades de cualquier tipo por miedo a contraer enfermedades.
Al considerar constantemente que están enfermos o bien que la más mínima percepción que puedan sentir en su cuerpo es el síntoma de una enfermedad, los hipocondríacos suelen presentar estados bajos de ánimo causados por la angustia y la irritabilidad constantes que les provoca temer por su vida.
Es posible que las personas que sufren esta alteración renuncien a llevar una vida normal para recluirse en sus casas con el objetivo de tratar su enfermedad percibida.
La hipocondría es un trastorno generalmente difícil de tratar, ya que no tiene una causa física sino de tipo psicológico. Normalmente el tratamiento que se lleva a cabo en primer lugar es psicológico, y el objetivo fundamental es que el paciente debe llegar a la conclusión de que no tiene ninguna enfermedad real.
El tratamiento psicológico para la hipocondría suele ser de tipo cognitivo-conductual, y en él se analizan las causas por las que la persona tratada cree estar enferma o presentar síntomas de alguna enfermedad.
Aún no se ha descubierto una terapia farmacológica eficiente para los casos de hipocondría. Los medicamentos que se administran en estos casos por lo general tienen el fin de evitar el malestar de la persona, y los más habituales son los ansiolíticos y los antidepresivos.
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