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Lentes de contacto con una ciudad detrás

Hipermetropía: qué es, causas y tratamiento

En la hipermetropía los objetos cercanos se perciben de manera borrosa o poco definida.

Los problemas de visión, concretamente la hipermetropía, son unas de las afecciones físicas más comunes dentro de la población general, pudiendo aparecer en cualquier grupo de población independientemente del sexo, de la edad y de los factores socioculturales. Es más, según las estadísticas la gran mayoría de las personas padecerá algún problema de visión a lo largo de su vida.

Una de estas condiciones clínicas que afectan a la capacidad de ver es la hipermetropía, condición a la que dedicamos este artículo. En él hablaremos sobre qué es la hipermetropía, sus causas y tratamiento, así como las principales diferencias con otras alteraciones de la visión como la miopía y es astigmatismo.

¿Qué es la hipermetropía?

La hipermetropía es una condición clínica de la visión en que el ojo de la persona enfoca la luz detrás de la retina en lugar de sobre ella. A consecuencia de esto, los objetos situados a una distancia cercana se perciben de manera borrosa o poco definida a diferencia de los objetos distantes que se ven con toda normalidad.

Según la condición va empeorando, puede que todos los objetos se perciban como borrosos, independientemente de la distancia. Además, esta dificultad para ver con claridad puede acarrear otros síntomas como dolor de cabeza, fatiga ocular, disfunción acomodativa o binocular, ambliopía y estrabismo.

La causa de la hipermetropía es un defecto en la anatomía del ojo. Habitualmente, ocurre cuando el globo ocular es demasiado corto o la lente o córnea está deformada. Esto provoca un error de refracción que puede ser diagnosticado mediante un simple examen de la vista.

Conductor con gafas
La causa de la hipermetropía es un defecto en la anatomía del ojo | Archivo

Los principales tipos de intervención para el tratamiento de esta incluyen la recomendación de gas o lentes de contacto, así como la intervención quirúrgica. La elección de las gafas suele ser la más habitual debido a su simplicidad y comodidad; sin embargo, las lentes de contacto proporcionan un campo de visión más amplio.

Según las estadísticas, la hipermetropía afecta sobre todo a los más pequeños, con una incidencia del 8% a los 6 años y del 1% a los 15 años de edad, dentro del conjunto de la población general. Después, se vuelve otra vez más común a partir de los 40 años de edad, afectando aproximadamente a la mitad de la población general, independientemente del sexo.

La hipermetropía en niños

La hipermetropía posee una base genética que puede ocasionar que niños, e incluso bebés, desarrollen esta condición visual. Cuando esta aparece en edades tan tempranas es necesario realizar un diagnóstico acertado y corregirla cuanto antes, de lo contrario existe el riesgo de que ojo más débil nunca se vea tan bien como el otro ojo.

En el caso de los niños, esta sucede cuando los globos oculares se alargan a medida que crecen. No obstante, el desarrollo del un llamado “ojo perezoso” también está relacionado con la aparición de esta condición en niños.

Hipermetropía vs. miopía y astigmatismo

Tanto la hipermetropía como la miopía y el astigmatismo forman parte de una serie de condiciones clínicas de la visión conocidas como errores de refracción. Sin embargo, existen una serie de diferencias específicas que las diferencian.

Mientras que en la primera el la luz se refleja detrás de la córnea provocando que los objetos cercanos no se aprecian con claridad, en la miopía ocurre más o menos lo contrario. En esta última, la luz se enfoca delante en de la retina, por lo que al estar demasiado adelante en el ojo los objetos situados a cierta distancia se perciben de manera borrosa.

En cuanto al astigmatismo, la visión borrosa se generaliza a todos los objetos, independientemente de la distancia de estos. El motivo es debido a que la córnea del ojo posee una forma irregular o a una curvatura de la lente dentro del ojo, esto ocasiona que la luz no se enfoque correctamente en la retina, provocando una visión más o menos borrosa a cualquier distancia.

¿Qué causa esta condición?

Nuestros ojos funcionan igual que una cámara de fotos. La luz se enfoca en la parte posterior de nuestro ojo: la retina; lo que nos proporciona una visión clara de todo lo que nos rodea. En la hipermetropía la luz viaja detrás de la retina, ocasionando que esta no enfoque correctamente.

Una de las causas puede ser que los globos oculares sean más cortos de lo habitual, lo que significa que la retina está situada más cerca de la pupila en comparación con unos ojos sin esta condición. Además, una córnea plana también puede causar hipermetropía, puesto que esta debe ser curva para poder dirigir la luz a la retina correctamente.

Esta condición posee un componente genético y, por lo tanto, hereditario, de ahí que frecuentemente aparece desde el nacimiento. No obstante, los niños poseen una lente ocular muy flexible, lo que ayuda a compensar.

Aunque no es lo habitual, en algunas ocasiones la hipermetropía puede estar causada por afecciones físicas específicas como la diabetes o por problemas con los vasos sanguíneos de la retina.

¿Qué opciones de tratamiento existen?

En el caso de que la persona experimente dificultades para ver de cerca, es muy recomendable acudir a un centro óptico en el que un profesional realizará un diagnóstico adecuado a través de un examen o evaluación de la capacidad para ver.

Imagen de unas gafas.
Uno de los tratamientos más populares es el uso de gafas | Canva

En el caso de que se detecte algún signo de hipermetropía, el profesional puede sugerir cualquiera de las siguientes opciones. La elección de alguna de ellas puede depender tanto de la gravedad del problema y como de las preferencias del paciente.

1. Gafas

Una de las opciones más escogidas por las personas que poseen hipermetropía son las gafas tradicionales. Usando gafas con unas lentes correctamente graduadas se puede obtener más potencia de visión, lo que ayuda a enfocar la luz que ingresa en el ojo en el área correcta de retina, favoreciendo una visión más clara.

2. Lentes de contacto

Las lentes de contacto es otra alternativa para corregir la hipermetropía. No obstante, se recomienda tener unas gafas como respaldo debido a que los ojos pueden resentirse al llevar estas lentes durante mucho tiempo.

Las lentes de contacto funcionan de una manera similar a las lentes de unas gafas, estas potencian que se refracte la luz en la retina y, además, poseen un campo de visión más grande que la alternativa anterior.

3. Intervención quirúrgica

La cirugía mediante láser puede ser otra de las opciones que ayuden a corregir la visión. Gracias a ellas pueden corregirse las deficiencias visuales causadas por la hipermetropía, aunque no previene de que se desarrollen más cambios en la visión con el paso de los años.

Referencias bibliográficas

  • Kaiser, P. K., Friedman, N. J. & Pineda, R. (2014). The Massachusetts Eye and Ear Infirmary Illustrated Manual of Ophthalmology. Elsevier Health Sciences, p. 541.

  • Castagno, V. D., Fassa, A. G., Carret, M. L., Vilela, M. A. & Meucci, R. D. ( 2014). Hyperopia: a meta-analysis of prevalence and a review of associated factors among school-aged children. BMC Ophthalmology, 14(3), 163.