El Ministerio de Hacienda ya trabaja en la puesta en marcha de un nuevo impuesto. De momento se encuentra en periodo de consulta pública, con la previsión de aprobarlo en muy poco tiempo.
Consistiría en una nueva tributación mínima del 15% en el impuesto de sociedades. Esta medida se incluye dentro de una directiva europea aprobada el 15 de diciembre que resultará mucho más estricta que la existente ya en España. Tienen muy claro lo que se persigue con ella.
Pretenden garantizar que los grandes grupos de empresas tributen en el impuesto de sociedades al menos un 15%. Esta decisión también afectará a las compañías cuya matriz del grupo se sitúe en otro país, incluso fuera de la Unión Europea. Todo esto llega en plena polémica por la marcha de Ferrovial a Países Bajos, abandonando su sede de Madrid.
Lo que se persigue con este futuro tributo es fijar un nivel mínimo de imposición para los grupos de empresas nacionales y multinacionales. La adaptación a la normativa europea evitará la erosión de las bases imponibles determinando el impuesto complementario que ayuda a conseguir el tipo del 15%.
La Directiva comunitaria indica que el propósito es fijar una tributación efectiva para las compañías de gran magnitud. Para ello se recurrirá a un impuesto complementario estructurado por medio de dos reglas que están asociadas entre sí. Por un lado, la regla de inclusión de rentas y la regla de beneficios insuficientemente gravados.
Cómo afectará las medidas a las empresas
Ciñéndonos a la regla de inclusión de rentas, la matriz residente en España de un grupo de empresas tendrá la obligación de asumir este tributo. Se obtendrá a partir de las rentas que consigan las entidades que formen parte del grupo con un nivel impositivo reducido.
Además, también se verán afectados por la regla de beneficios insuficientemente gravados. La entidad que integre el grupo multinacional soportará la parte del impuesto complementario que no se practicó por la regla de inclusión de rentas. Por lo tanto, se utiliza como medida de apoyo a la regla de inclusión de rentas.
Se utilizaría cuando no es posible recaudar toda la cuantía del impuesto complementario referente a las entidades con un nivel impositivo bajo. Lo realizarían por medio de la aplicación de la regla de inclusión de rentas.
Estarán sujetos a estas normativas los grupos empresariales de gran magnitud, cuyos ingresos anuales rebasen los 750 millones de euros. Para ello se tomará como referencia los estados financieros consolidados de la matriz.
La Directiva europea excluye de este impuesto a una serie de compañías y organizaciones. Entre ellas las de carácter público, las organizaciones internacionales, sin ánimo de lucro, fondos de pensiones. También los fondos de inversión e instrumentos de inversión inmobiliarios si se tratan de entidad matriz última.
El caso Ferrovial ha generado mucho revuelo
Desde el Gobierno han mostrado su malestar por la decisión de Ferrovial de trasladarse a Países Bajos. Algunos expertos sostienen que esta decisión se toma en un intento por buscar unas mejores condiciones fiscales. Pero también encuentran una razón de peso en los últimos tributos que han cargado sobre las grandes compañías.
La compañía tiene un 82% de su negocio fuera de España, mientras que más del 90% de inversores son extranjeros. Su marcha ha generado un nuevo debate respecto a la competitividad fiscal.
Es cierto que dentro de la Unión Europea existe una cierta competitividad por ofrecer las mejores condiciones. Pero las diferencias existentes tampoco llegan a resultar determinantes. Sobre todo porque la fiscalidad en el ámbito comunitario se encuentra cada vez más armonizada.
A la hora de tomar una decisión de este nivel, también influyen otros factores como la certeza tributaria y la seguridad, recuerda Expansión.