A todos (o a la mayoría) nos gustan los gatos. A unos más, a otros menos… pero lo cierto es que son animales que podemos encontrar en muchas casas. Sin embargo, al cuidado de su salud, debemos tener especial precaución con el conocido como gusano redondo.
¿Qué es el gusano redondo y cómo se contrae?
Como sugiere el nombre, los gusanos redondos son gusanos en forma de cinta con ahusamientos en ambos extremos. Son los parásitos internos que más comúnmente afectan a los gatos. Incluso los cachorros pueden contagiarse de su madre junto con su leche. Los nematodos incluyen anquilostomas, tricocéfalos y gusanos intestinales.
Los gusanos de gato molestan tanto al gato como a su dueño. Desafortunadamente, se encuentran en la mayoría de los hogares, especialmente si se permite que los gatos se muevan afuera libremente.
Incluso los gatos de interior pueden contraer lombrices a través del consumo de alimentos contaminados con el parásito. Hay que tener en cuenta que este tipo de gusanos viven como parásitos internos (endoparásitos) en el cuerpo del gato, obteniendo el alimento que necesitan a través de él.
Al comer, el gato también tiene que alimentar a los gusanos que viven en su propio cuerpo. Por lo tanto, ya no puede usar todos los nutrientes que obtiene de la comida para sus propias necesidades.
Es más, hay que tener en cuenta un aspecto importante: la ingesta de pulgas a través del acicalamiento también suele ir acompañada de la ingesta de parásitos. De ahí que los expertos señalen algo elemental: cualquier gato que tenga pulgas también es bastante probable que esté infectado por estos gusanos.
¿Cuáles pueden ser los síntomas?
Además de los huevos de lombrices que se encuentran en las heces, los primeros signos de infestación de lombrices son el pelaje enmarañado y otros síntomas causados por una nutrición insuficiente.
Un gato con una infestación severa de gusanos perderá mucho peso y eventualmente tendrá el estómago hinchado. En este caso, además de los huevos de lombrices, las heces también contienen lombrices vivas, que también se pueden ver en el ano del gato.
Entonces hay motivos para preocuparse, porque los gusanos felinos socavan la salud del gato y también pueden transmitirse a los humanos. De hecho, si existe una infestación importante, pueden surgir vómitos, diarreas y, en casos graves, pérdida de peso.
¿Por qué hay que tener especial cuidado con los gatitos adoptados recientemente?
Cuando un gato viene del exterior, es bastante probable que pueda estar contaminado con gusanos redondos y gusanos planos. De ahí que sea esencial desparasitar al gato antes de entrar a casa por primera vez, ya que los gusanos redondos son especialmente comunes en cachorros.
Por ejemplo, muchos expertos recomiendan desparasitar a los gatos cuando aún son jóvenes con bastante frecuencia, preferiblemente cada dos semanas, por ejemplo desde las 6 hasta las 16 semanas de vida.
Pero tampoco podemos olvidarnos de los gusanos planos, que son más comunes entre gatos adultos. En este caso, aconsejan su desparasitación cada 2 a 6 meses aproximadamente.
La prevención es fundamental
Además de la desparasitación en sí, el gato debe ser examinado periódicamente para detectar gusanos. Si está infectado, debe ser desparasitado. Incluso si el gato ya tiene gusanos, la situación no es catastrófica.
Los antiparasitarios para gatos son excelentes y se pueden administrar de muchas formas diferentes. Mejor aún, los veterinarios suelen tener pastillas o pastas preparadas para la desparasitación, o un antihelmíntico que se absorbe en el torrente sanguíneo para aplicarlo directamente sobre la piel del cuello del gato.
Así que, en este caso, es siempre mejor prevenir que curar, evitando riesgos innecesarios no solo para la propia salud de nuestro querido felino, sino la de nosotros mismos.