La Guardia Civil ha publicado una lista en las redes sociales con las contraseñas más comunes y que por lo tanto resultan menos seguras. De hecho, si se da la casualidad que tus claves aparecen en esta clasificación, lo más conveniente sería cambiarlas lo antes posible. El temor a que alguien pueda hackearte siempre está presente.
"¿La contraseña de tu dispositivo es 123456? ¡Enhorabuena! Has ganado el premio al más original", indican desde el Instituto Armado en Twitter. Continúan diciendo que el premio disponible es "tener la posibilidad de cambiarla antes de que te hackeen".
Casi siempre optamos por combinaciones sencillas, de las que podamos acordarnos con facilidad. Los expertos recomiendan evitar el uso de palabras cortas, nombres propios, lugares o fechas de nacimiento.
Cuáles son las contraseñas más frecuentes
La contraseña que más se repite en el listado de la Guardia Civil es 123456, seguido a continuación por password. Se mantienen en las dos primeras plazas desde 2014.
El tercer puesto será para la combinación 12345678, mientras que el cuarto lo ocupa qwerty. El siguiente será una combinación sencilla como 12345. La sexta plaza va para 123456789 y la séptima para football.
Como se puede comprobar, la mayoría de usuarios se decantan por los números, pero sin resultar demasiado originales. 1234 y 1234567 se encuentran en la posición octava y novena, mientras que en la décima se localiza baseball.
Recomendaciones para elegir una contraseña segura
Acertar con una contraseña segura resulta muy importante hoy en día. En el correo electrónico, la banca online, el móvil, las intranets de las empresas o las plataformas de streaming nos exigirán unas credenciales para entrar. Para mucha gente resulta complicado recordarlas todas, por lo que se acaba utilizando casi siempre las mismas o términos muy simples.
Hay una serie de detalles que debemos tener en cuenta a la hora de establecer unas claves de acceso. En primer lugar hay que crear una que cuente con al menos diez caracteres y que incluya minúsculas, mayúsculas, números o símbolos.
Evita usar términos del diccionario o vinculados con tus datos personales, como nombre, número de móvil o fecha de nacimiento. Resultan combinaciones muy sencillas de romper, ya que se tratan de datos de carácter público en muchos casos. Cualquier podría tener acceso a ellos.
Una de las propuestas de los expertos, como recoge el blog de la Universitat Oberta de Catalunya, pasa por recurrir a una serie de trucos. Una de las opciones sería incluir las iniciales de palabras de una frase o título, o incorporar un símbolo especial al final de la contraseña.
Otra solución a tener en cuenta consistiría en reemplazar las letras vocales de un término por números. Se recomienda modificar las claves de vez en cuando.
Cuando haya un ataque informático en alguna web o te adviertan del inicio de sesión de una de nuestras cuentas, quizás sería un buen momento. Descarta utilizar la misma contraseña para todos los perfiles.
Hay que decir que cada vez hay más aplicaciones y páginas web que cuentan con el doble factor de autenticación o verificación en dos pasos. Esto supone que después de introducir la contraseña haya un segundo proceso de identificación. Por lo general nos harán llegar por SMS un código que habrá que rellenar después de la clave de acceso.
Otra posibilidad pasa por recurrir a la biometría. Un buen ejemplo es desbloquear o abrir aplicaciones móviles con el reconocimiento facial o la huella dactilar.
Por último, recomiendan que no se guarden las contraseñas en la memoria caché del navegador. Sobre todo cuando se trate de un ordenador o dispositivo que no resulte de uso personal.