La distribuidora alimentaria DIA quiere desmarcarse de Mijail Fridman y Petr Aven, dos de los oligarcas rusos a los que la UE ha fijado dentro de la lista negra de sanciones por la invasión de Rusia a Ucrania. Entre las medidas sancionadoras está la congelación de activos.
La cotización de DIA cae más de un 2% en bolsa este martes. La alimentaria envió un escrito a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el que apunta que la sociedad está controlada por Letterone Investment Holdings SA (LIHS) y no por Fridman y Aven.
Pese a ello, en la información general de la compañía, los oligarcas son dos de los cinco socios fundadores de LIHS y Fridman es el presidente de la misma.
“Ni el señor D. Mikhail Fridman ni el señor D. Petr Aven ostentan el control de LIHS”, reza la carta, y explica que LIHS posee una participación del 77,704% de su capital social y que "ningún accionista persona física de LIHS ostenta, ni individualmente ni mediante acuerdo con otros accionistas”, el control de LIHS.
Así, la cadena de supermercados DIA expone que “no se ve afectada en modo alguno, ni directa ni indirectamente por el nuevo paquete de sanciones” fijado por la UE en respuesta a la invasión rusa en Ucrania. Hay que señalar que DIA posee más de 6000 tiendas en España, Portugal, Argentina y Brasil.
Sanciones de la UE contra los socios fundadores de DIA
En cuanto a las sanciones, la UE las dirige “a todos los que tienen un papel económico significativo en el apoyo al régimen de Putin y se benefician financieramente del sistema. Estas sanciones expondrán la riqueza de la élite de Putin. Quienes permitan la invasión de Ucrania pagarán un precio por su acción”, ha señalado Josep Borrell, alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad.
El Diario Oficial apunta que Fridman “ha cultivado lazos estrechos con la Administración de Vladímir Putin. Y es conocido como uno de los principales financieros de Rusia y facilitador del círculo más próximo a Putin. Ha adquirido bienes estatales por medio de contactos en el Gobierno”.
La unión con Putin alcanza el círculo familiar del presidente. “La hija mayor de Putin, Maria, dirigió un proyecto benéfico llamado Alfa-Endo, financiado por Alfa Bank. Putin recompensó la lealtad de Alfa Group a Rusia ofreciendo ayuda política a sus planes de inversión en el extranjero”, expone el Diario.
Aven y Fridman, socios fundadores de DIA, señalados como dos de los 50 oligarcas relacionados con Putin
Las sanciones también van dirigidas contra Aven. “Han contribuido a los intentos del Kremlin para que se levantaran las sanciones impuestas por Occidente para frenar la política agresiva de Rusia con respecto a Ucrania. En 2018, Aven, junto con Fridman, visitó Washington DC, con la misión extraoficial de trasladar un mensaje del Gobierno ruso en relación con las sanciones de los Estados Unidos”, reza el Diario Oficial de la UE.
El documento detalla que Fridman “prestó activamente apoyo material o financiero a los políticos rusos responsables de la anexión de Crimea y de la desestabilización del este de Ucrania, y se benefició de ello. También apoyó acciones o políticas que menoscaban o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”.
Pese a todo, es Aven el señalado como uno de los 50 oligarcas que están hablando continuamente con Putin. “No opera con independencia de las exigencias del presidente. Su amistad con Vladímir Putin se remonta a principios de la década de 1990”, sentencia el texto.
En los últimos días, Fridman ha querido desmarcarse de esta invasión ilegal de Putin. Por ejemplo, el pasado viernes, este mandó una carta a los empleados de LetterOne en Londres, en la que pedía el final del “derramamiento de sangre” en el país.
“Estoy convencido de que la guerra nunca puede ser la respuesta”, se defiende Fridman
“Nací en el oeste de Ucrania y viví allí hasta los 17 años”. Además, también señala que sus padres son de allí y viven en Lviv, su ciudad favorita, pero también ha pasado gran parte de su vida como ciudadano de Rusia. Asegura que está unido a los dos pueblos y “este conflicto es una tragedia para ambos”, escribió Fridman en un e-mail que publicó el Financial Times.
“Soy un hombre de negocios con responsabilidades ante mis miles de empleados en Rusia y Ucrania. Y estoy convencido de que la guerra nunca puede ser la respuesta. Esta crisis costará vidas y perjudicará a dos naciones que han sido hermanas durante cientos de años”, proseguía.
“Aunque una solución parece aterradoramente lejana, no puedo sino unirme a aquellos cuyo ferviente deseo es que el derramamiento de sangre termine. Estoy seguro de que mis socios comparten mi opinión”, finalizó.