Los escasos avances en materia de educación sexual, así como la falsa concepción que tienen las personas acerca de la probabilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS), han provocado un aumento drástico de los casos de gonorrea, herpes, clamidia o sífilis en los últimos años.
A lo largo de este artículo nos centraremos en analizar de forma detallada qué es la gonorrea, qué síntomas causa y cuál es su tratamiento. Además describiremos las principales diferencias entre la gonorrea y otras ETS y de qué manera podemos prevenir su contagio.
La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por una bacteria conocida como neisseria gonorrhoeae. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que cada año aparecen, aproximadamente, 88 millones de casos solo de contagio de gonorrea, por lo que resulta imprescindible la creación de nuevos programas de prevención.
La principal característica de la gonorrea es que suele ser asintomática. Esto significa que, durante los inicios del contagio, muchas de las personas contagiadas no perciben ningún síntoma hasta que otros órganos reproductores son afectados o se realizan algún tipo de prueba o examen físico.
Precisamente esto es lo que hace que la gonorrea, aunque tratable, sea tan peligrosa: su desarrollo puede provocar la aparición de otras alteraciones como la enfermedad inflamatoria pélvica en el caso de las mujeres o la inflamación del epidídimo en hombres.
Además, el hecho de que la gonorrea puede no manifestarse mediante ningún síntoma la convierte en una de las ETS con mayor riesgo de contagio, ya que ni la propia persona es consciente de que la posee y por lo tanto tampoco de que es transmisora.
En consecuencia, se recomienda que todas las personas sexualmente activas se realicen revisiones periódicas que descarten la posibilidad de poseer gonorrea o cualquier otra ETS.
La gonorrea se transmite principalmente mediante el contacto sexual sin protección con una persona infectada; esto incluye el sexo oral, el anal y el vaginal. Sin embargo, esta también puede ser transmitida de madre a hijo durante el parto.
La mejor manera de prevenir el contagio usar preservativos. No obstante, la forma más segura de no contagiarse es mantener relaciones sexuales con una sola persona que no esté infectada o, como medida algo extrema, no mantener relaciones sexuales.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, en un gran número de casos la gonorrea puede no causa ningún signo visible. En cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres, ambos presentan un porcentaje distinto de aparición de síntomas, así como síntomas físicos diferentes.
En las mujeres, la gonorrea es asintomática en un 80% de los casos. No obstante, en aquellas que sí manifiestan un cuadro clínico, los síntomas de la gonorrea incluyen:
Secreción vaginal anormal
Dolor abdominal bajo
Dolor durante las relaciones sexuales debido a una inflamación del cuello uterino
Sensación de cansancio
Esta enfermedad sí suele causar síntomas en los hombres, siendo solo asintomática en un 10% de los casos de contagio. Los principales síntomas de la gonorrea en hombres son:
Sensación de ardor durante la micción debido a la inflamación de la uretra
Secreciones anormales del pene
Sensación de cansancio
Además, si esta se contrae por medio de sexo oral, tanto hombres como mujeres pueden contraer gonorrea de la garganta. Aunque este tipo de infección tampoco produce síntomas en la mayoría de los casos, puede manifestarse mediante inflamación y dolor de garganta constante o recurrente.
En el caso de que los síntomas sí se manifiesten estos tardan en aparecer entre 4 y 6 días después del contagio. Aunque esto ocurre en el menor número de ocasiones, la gonorrea puede causar otras afecciones físicas más graves. En algunos casos pueden aparecer lesiones de la piel, dolor e hinchazón muscular y, en muy raras ocasiones, endocarditis o meningitis.
Finalmente, en hombres la gonorrea se ha considerado tradicionalmente como un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de próstata.
Aunque todas las enfermedades de transmisión sexual (ETS) tienen en común la forma de contagio (mantener relaciones sexuales de algún tipo sin protección), existen diferencias radicales entre unas y otras.
Debido a la falta de información, en ocasiones nos resulta difícil distinguir entre unas ETS y otras. Veamos cuáles son las diferencias entre la gonorrea y otras ETS comunes.
La clamidia es la más común de las ETS y resulta muy similar a la gonorrea. Además de que también posee un origen bacteriano, esta tampoco presenta síntomas en muchos de los casos.
La principal diferencia es que se trata de bacterias diferentes y, a pesar de que se trata fácilmente con antibióticos, su desarrollo puede llegar a causar infertilidad.
La sífilis es también una ETS causada por un bacteria. Sin embargo, este caso la enfermedad se desarrolla en tres etapas distintas. Las primeras etapas del desarrollo son imperceptibles para la persona; sin embargo en la tercera pueden aparecer una serie de lesiones cutáneas o llagas que la delatan.
Esta enfermedad de transmisión sexual puede curarse fácilmente con antibióticos siempre que sea detectada a tiempo.
A diferencia de la gonorrea, el herpes genital es causado por un virus y no por una bacteria. Además los síntomas del herpes resultan bastantes comunes y dolorosos y suelen aparecer en forma de llagas o ampollas.
Por otro lado, el herpes genital no tiene cura por lo que se ha de dejar que la infección se desarrolle y finalice su proceso por sí sola. No obstante, existen fármacos que reducen la intensidad y disminuyen las reapariciones.
La mayoría de casos de gonorrea pueden curarse mediante el tratamiento con antibióticos. Sin embargo, debido a que las cepas de gonorrea resistentes a los tratamientos tradicionales se encuentran en aumento, la OMS recomienda el tratamiento mediante ceftriaxona y azitromicina.
Debido a la facilidad de transmisión de la gonorrea, se recomienda avisar a la pareja o parejas sexuales para que se realicen las pruebas médicas pertinentes e inicien también un tratamiento en el caso de estar infectadas.
A continuación, la persona infectada deberá esperar a acabar el tratamiento y a que pasen al menos 7 días antes de volver a mantener relaciones sexuales, aunque estas sean con protección.
Workowski, K. A. & Bolan, G. A. (2015). Sexually transmitted diseases treatment guidelines. Estados Unidos: Centers for Disease Control.
Moran, J. S. (2007). Gonorrhoea. Estados Unidos: Clinical Evidence.