Llega el verano y con él dos palabras empiezan a resonar en nuestra cabeza: operación bikini. Esta, de forma general, suele pasar por comenzar una dieta milagro que ayude a perder peso de forma rápida. Sin embargo, todos los expertos apuntan en la misma dirección. No existen dietas que a corto plazo tengan buenos resultados. Al menos, si hablamos en materia de salud.
El principal problema de este tipo de regímenes es que pueden terminar volviéndose en nuestra contra. Es el conocido como “efecto rebote”, que aparece en cuanto retomamos la vida normal. Por este motivo, apuntarse al gimnasio puede empezar siendo una buena opción. Eso sí, de nuevo, teniendo claro que los resultados no aparecen en pocos días.
La operación bikini ya ha comenzado
Desde que llegan los días de calor la operación bikini comienza a instaurarse en la mente de todos. Así, las personas que se apuntan al gimnasio se duplican. Y lo mismo sucede con las dietas milagrosas que prometen resultados en poco tiempo.
El querer lucir un cuerpo más bonito, tonificado y delgado, en la mayoría de las ocasiones, conlleva a hacer grandes sacrificios. Por este motivo, no es la mejor forma de llevar a cabo esta puesta a punto veraniega.
El mejor consejo para alcanzar tu objetivo
Lo mejor que puedes hacer si deseas cambiar tu cuerpo es optar por un cambio de hábitos. Como indican los expertos, para lucir bien en verano también hay que cuidarse en invierno.
Esto se consigue sin esperar milagros. Además, es importante optar por una dieta equilibrada, que aporte los nutrientes necesarios. Combinando buena alimentación y actividad física, existen más posibilidades de conseguir un objetivo alcanzable.
Los riesgos de la operación bikini contados por una experta
Cualquier método que prometa resultados en poco tiempo conlleva una serie de riesgos que pueden resultar perjudiciales para la salud.
Así lo indica la psicóloga Itziar Digón, que indica los peligros de seguir a rajatabla la operación bikini.
La presión que la rodea, el principal problema
El problema número uno de este método es la presión que tiene a su alrededor. Esta presión viene dada tanto por parte de la sociedad como de uno mismo. A la presión, además, hay que sumarle la alta exigencia a la que muchas personas someten a su cuerpo en poco tiempo.
Los cánones de belleza, según la experta, son tan rígidos que nos llevan a intentar obtener resultados poco creíbles. Sobre todo, si nos ponemos a llevarlos a cabo en tan solo un mes. O incluso en solo semanas.
Resultados rápidos en poco tiempo, un imposible que se repite
Otro de los problemas que rodean a la operación bikini, el entrenamiento en exceso o cualquier tipo de dieta drástica es el tiempo. O, mejor dicho, la falta de él. Cuando nos queremos dar cuenta, tenemos encima el verano. Y esto se traduce en pretender conseguir en un mes lo que no hemos hecho en todo el año.
La idea es tomarse esta operación como un método hacia la salud. Si se sale de este camino, se acaba cayendo en el agotamiento o incluso en dejar de comer. Y nada bueno se puede obtener de ello.
El cambio drástico no es el camino
Por último, la promesa de conseguir un cambio drástico es otro de los peligros a analizar. Debido a ello, hay que tomárselo como un camino hacia llevar una vida más saludable y activa.
En ningún caso, se debe ver la operación bikini u otro tipo de dieta como un camino fácil. De nuevo, la clave está en tener un cambio de hábitos a largo plazo. Y saber mantenerlo en el tiempo.