Seguramente, alguna vez hayas abierto la nevera y te hayan surgido una gran cantidad de preguntas sobre cómo conservar los alimentos. Pese a que parezca absurdo, el ordenar correctamente los alimentos es toda una ciencia y conlleva más riesgo del que crees no hacerlo correctamente.
¿Alguna vez te has comido un alimento que tenía el sabor de otro?, o ¿has sentido que tus verduras se ponían en mal estado rápidamente? La respuesta se halla en cómo decides organizar los productos en tu nevera.
Los errores más comunes de la cocina que te hacen perder dinero
A continuación, te señalamos los errores más comunes y que todos cometemos en la cocina:
1. La contaminación cruzada
Es esencial conocer como debe ser una correcta distribución de los alimentos en el frigorífico. Si algo es esencial para no cometer errores, es preservar la seguridad alimentaria de tus productos. Para ello, debes conocer el estado de los alimentos y que aquellos que estén contaminados no tengan contacto directo con otros.
Piensa que si un alimento está infectado por bacterias nocivas, podría perjudicar al que tiene más cerca y habrás perdido más de un alimento. Dicen que las apariencias engañan y lo mismo sucede en tu nevera. Si observas que un alimento tiene buena pinta no tiene por qué significar que así sea.
Lo conveniente es disponer de envases en los que puedas separar cada uno de los alimentos. Los envases que escojas deben ser herméticos y deben asegurar una correcta preservación del contenido.
También es necesario que establezcas un orden lógico a la hora de colocar los alimentos en la nevera. Algunos especialistas recomiendan que se debería dividir la posición de los productos entre: lácteos, embutidos, verdura... es decir, cada alimento tiene que estar colocado cerca de los otros alimentos de su ''familia''.
2. El contacto aéreo
¿Has notado que tu comida tiene el sabor de otro alimento que estaba en la nevera? Es algo mucho más común de lo que creemos y tiene una clara explicación. Esta situación se debe que la mayoría de productos que contienen azúcar o almidón puede impregnarse de los aromas que convivan en tu cocina. Un claro ejemplo son los huevos que pueden saber a queso si se conservan cerca de un queso roquefort.
Como se ha recomendado anteriormente, el uso de envases que separe los diferentes alimentos podrá evitar la expansión de los aromas. Si no quieres almacenar todos los alimentos, escoge aquellos que tengan un olor más fuerte y asegúrate de ir rotándolos.
3. Deterioro por contacto
Hay un elemento clave en las frutas y es un compuesto químico llamado etileno. Es el encargado de acelerar el proceso de maduración y algunas frutas lo producen más que otras. Este hecho provoca que aquellas que sí lo producen (manzanas, plátanos, sandías...) perjudiquen a las otras que no lo hacen (cerezas, mandarinas, uvas...). Si colocas estos dos tipos de fruta cerca en la nevera, el etileno que desprenden unas provocará que las otras se estropeen antes de tiempo.
Lo ideal es separarlas y tirarlas cuando estén demasiado estropeadas. Se aplica por igual con las verduras, ya que existen algunas muy sensibles al etileno como el tomate o la cebolla. Además, este gas puede ser incluso nocivo para su sabor porque se crea una mezcla de diferentes sabores.
4. Las cebollas no son buenas amigas de las patatas
Pese a que una vez cocinadas, la cebolla y la patata cuenta con un gran sabor, dentro de la nevera no hacen tan buenas migas. Sucede un efecto parecido al expuesto en el tercer error, las cebollas desprenden una gran cantidad de etileno. Si conviven mucho tiempo juntas, la cebolla puede provocar que la patata se pudra muy rápido y que cree moho.
Aunque algunos especialistas afirman que no es necesario separarlas porque la patata es poco sensible al etileno. De todos modos, si quieres evitar el peligro, lo ideal seria que las separases. Deberás, también, controlar que a las patatas no les dé directamente la luz porque podrían pudrirse con mayor facilidad.