Aunque en muchos casos se entiende la celulitis como un problema físico o incluso como una patología, lo cierto es que se produce de forma natural en 8 de cada 10 mujeres. Este fenómeno no supone un problema de salud, sino que simplemente se considera antiestético en nuestra sociedad.
Las causas principales del síndrome de piel de naranja son de carácter biológico, de modo que es difícil que la hagamos desaparecer completamente. No obstante, y aunque cueste eliminarla, existen métodos para prevenir o reducir el exceso de celulitis. Veamos cuáles son las más populares.
¿Qué es la celulitis?
La celulitis consiste en una acumulación de tejido graso subcutáneo que da paso a hoyuelos y nódulos. Normalmente se localiza en las piernas, las nalgas y el vientre.
La “piel de naranja” se produce de forma mucho más habitual en mujeres que en hombres a causa de las diferencias en la producción de hormonas que existen entre ambos sexos. En concreto, se suele atribuir la celulitis a la acción de los estrógenos, si bien esto no ha sido confirmado por la investigación científica.
Más del 80% de las mujeres desarrollan piel de naranja en algún grado a partir de la pubertad. Es por esto que no se considera una enfermedad o una afección, sino más bien una característica sexual secundaria, como el vello púbico, las mamas o la distribución de grasa corporal.
¿Cuáles son sus causas?
Además de las hormonas, otras sustancias producidas por el organismo como la adrenalina, la noradrenalina, la insulina, la prolactina y las hormonas tiroideas también influyen en la aparición de celulitis.
Los factores genéticos y hormonales son los principales causantes de la celulitis. Esto hace que la aparición de celulitis sea difícilmente controlable y que resulte muy difícil eliminarla del todo, si bien existen hábitos de la vida diaria que también influyen en el desarrollo de piel de naranja y pueden ser modificados en mayor medida.
La celulitis se produce con más frecuencia en personas sometidas a estrés. Se cree que esto sucede porque cuando estamos estresadas nuestro cuerpo secreta más adrenalina y noradrenalina.
Además, el consumo excesivo de carbohidratos y grasas saturadas favorece la acumulación de tejido adiposo y por tanto la aparición o la intensificación de la piel de naranja.
Métodos para eliminar la celulitis
Puesto que la celulitis tiene un componente biológico que no se puede obviar, debemos alertar de que en ningún caso podemos esperar eliminarla de forma completa. No obstante, en ocasiones la piel de naranja se intensifica a causa de los hábitos, que sí se pueden cambiar.
Por esto nos vamos a centrar en los métodos para reducir la celulitis relacionados con el ejercicio y con la nutrición saludable, si bien también revisaremos qué otros tratamientos existen y cuál es su eficacia. En cualquier caso, queremos destacar que el verdadero problema en torno a la celulitis es la idea de que resulta antiestética, y sería deseable contribuir a normalizar este fenómeno.
1. Ejercicio físico
Hacer deporte es la mejor forma de reducir la acumulación de grasa y de tonificar la musculatura, dos aspectos clave en el manejo de la celulitis. Asimismo, si queremos prevenir que nuestros niveles normales de celulitis se intensifiquen también debemos mantenernos en forma.
El ejercicio debería ser de larga duración, ya que así nuestro cuerpo utilizará como fuente de energía las reservas de grasas que favorecen la piel de naranja.
El deporte reducirá la celulitis en mayor medida si se focaliza en las partes del cuerpo donde más se acumula la grasa, que generalmente son los muslos y los glúteos. Una combinación de jogging o running (salir a correr) y ejercicios de los músculos correspondientes puede resultar eficaz para eliminar grasas si se practica de forma regular y continuada.
2. Alimentación saludable
Algunos tipos de alimentos, como la bollería, la carne roja y los fritos, contienen niveles elevados de carbohidratos, grasas saturadas y grasas trans artificiales. Estos compuestos favorecen en gran medida la acumulación de grasa en el cuerpo y por tanto la aparición de celulitis.
Si estamos intentando eliminar el exceso de celulitis, alimentarnos de forma sana es un paso indispensable. Si combinamos la práctica habitual de ejercicio físico con una nutrición basada en alimentos saludables como las verduras, las frutas y el pescado azul podremos prevenir o reducir la celulitis mejor que de ningún otro modo.
3. Cirugía y liposucción
En casos en que la celulitis es muy intensa se practican operaciones quirúrgicas como la subcisión, un procedimiento consistente en cortar el tejido que mantiene la grasa unida a la piel y así poder eliminarla. La subcisión se utiliza también para reducir las arrugas y las marcas de acné.
También es habitual la liposucción, que consiste en extraer el exceso de tejido graso que se ha acumulado en la parte interna de la dermis. Sin embargo, la liposucción en ocasiones empeora el aspecto de la piel si se practica en personas con celulitis.
En cualquier caso, ni la cirugía ni la liposucción pueden ser eficaces para reducir los depósitos adiposos durante más de un par de años a no ser que la persona modifique sus hábitos físicos y nutricionales, ya que si no lo hace la grasa volverá a acumularse.
4. Cremas anticelulitis
En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de productos de aplicación tópica que se promocionan como tratamientos para la celulitis ya que contienen ingredientes que ayudan a metabolizar las grasas.
Aunque es posible que algunas de estas cremas reduzcan ligeramente la celulitis si se utilizan durante mucho tiempo y se combinan con otros tratamientos, podemos decir que a grandes rasgos la investigación científica no avala la eficacia de estos productos. Además en algunos casos pueden provocar efectos secundarios en la piel, como eccemas y erupciones.
5. Mesoterapia
En ocasiones se promocionan productos químicos, como vitaminas y hormonas, que se inyectan debajo de la piel y que se supone que ayudan a reducir la celulitis. Este procedimiento se conoce como “mesoterapia”.
Conviene evitar la mesoterapia, como la liposucción y las cremas, según los estudios científicos su eficacia es escasa, y además existe una alta probabilidad de que provoquen sarpullidos o inflamación en la piel.