Un nuevo gesto rutinario podría alejarte del cáncer. La práctica de ejercicio, junto con la alimentación y otros hábitos saludables, constituyen un pilar fundamental para que nuestro cuerpo se encuentre en las mejores condiciones.
Sin embargo, la ciencia ha ido un paso más allá y ha descubierto que este ejercicio podría ser útil para prevenir el cáncer. Pero ojo, porque estamos hablando de uno de los cánceres más agresivos que existe.
Así puedes disminuir el riesgo de sufrir uno de los cánceres más agresivos
Nuestros hábitos y nuestra rutina pueden determinar muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo en lo que respecta a la salud. Por eso, debemos tener en cuenta todos los factores ambientales y sociales que nos rodean.
En estos últimos años, el cáncer ha sido (y es) una de las principales causas de muerte en todo el mundo. De todos los diagnósticos, más de la mitad están atribuidos a los factores ambientales y a nuestro estilo de vida.
Por esta razón, lo que hacemos o dejamos de hacer puede ser determinante para nuestra salud. Y como prueba de ello, diversos estudios científicos han decidido poner el foco de atención en esta cuestión.
Que la práctica de ejercicio está estrechamente vinculada con nuestro estado de salud es algo que no podemos cuestionar. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha querido demostrar esta correlación con uno de los cánceres más agresivos que existe: el metastásico.
El estudio que avala esta idea
Para ello, el estudio combinó una serie de modelos de laboratorio (estudios en ratas) con otros datos voluntarios de origen humano. Dichos voluntarios, los cuales eran sanos, tuvieron que ser examinados dos veces: antes y después de correr.
La hipótesis sobre la cual trabajaban los investigadores era la correlación existente entre el ejercicio aeróbico intenso y el descenso del riesgo de padecer cáncer metastásico. Para sorpresa de ellos, tanto las personas voluntarias como el modelo con ratones arrojaron resultados muy similares.
Por una parte, se realizó un seguimiento a 3.000 individuos durante 20 años, y por la otra, se inoculó el cáncer a los animales con el objetivo de contrastar los resultados.El estudio concluyó que realizar actividad aeróbica podía reducir de forma significativa el desarrollo de tumores metastásicos, concretamente en tres zonas: ganglios linfáticos, pulmones e hígado.
La respuesta a este descenso la podemos encontrar en el aumento de glucosa de los órganos internos: al realizar ejercicio aeróbico, se reduce la disponibilidad de energía que el tumor necesitaría para hacer metástasis, señalaba Carmit Levy, responsable de la investigación.
El ejercicio como forma de prevención
Yftach Gepner, uno de los autores de la investigación, señala lo siguiente: "Nuestros resultados indican que, a diferencia del ejercicio para quemar grasa, que es relativamente moderado, es una actividad aeróbica de alta intensidad la que ayuda a la prevención del cáncer".
De esta forma, realizar ejercicios aeróbicos podría ser la mejor arma para prevenir el desarrollo de un posible tumor. Además, a día de hoy podemos encontrar una gran variedad de ejercicios aeróbicos.
Uno muy completo y adaptable para cualquier franja de edad es caminar. Sin embargo, también podemos optar por salir a correr, a nadar, a bailar o a montar en bicicleta. Actualmente, también existen otro tipo de actividades aeróbicas que, además, pueden permitirnos salir de casa y socializar con los demás, como las clases de cardio, de spinning o de zumba.
"Si hasta ahora el mensaje general al público ha sido 'sé activo, sé sano', ahora podemos explicar cómo la actividad aeróbica puede maximizar la prevención de los tipos de cáncer más agresivos y metastásicos", señalan los autores del estudio.
Por eso, sea cual sea la actividad que realicemos, lo importante es tener presente que gracias a ella estaremos invirtiendo en nuestra salud, y por consiguiente, en nuestro bienestar.