El calor tiene numerosos efectos en el cuerpo humano, en función de la intensidad de la temperatura y del estado corporal del individuo.
Por ejemplo, las personas con enfermedades circulatorias y respiratorias pueden notar cómo sus síntomas se agravan durante el verano o en entornos calurosos. En este sentido es típico el ejemplo del asma bronquial, que por lo general es más problemático cuando hace calor.
En este artículo revisaremos cuáles son los efectos del calor en nuestro organismo, desde los más naturales e inofensivos hasta los que se dan en temperaturas muy elevadas y pueden suponer riesgos para la salud.
Efectos del calor en el cuerpo humano
1. Descenso de la tensión arterial
Las personas con tensión baja deben prestar especial atención a su presión sanguínea durante los periodos de calor intenso porque el calor aumenta el riesgo de sufrir episodios de hipotensión en personas predispuestas.
Este efecto del calor en el cuerpo humano tiene que ver con la respuesta de dilatación de los vasos sanguíneos (vasodilatación) que se produce ante el aumento de temperatura.
2. Aumento de la sudoración
Uno de los primeros signos del incremento de la temperatura corporal es el aumento de la sudoración y la transpiración. Al perder líquidos mediante este mecanismo natural de termorregulación, nuestro cuerpo se enfría; no obstante, en ocasiones la pérdida de fluidos resulta excesiva.
3. Pérdida de fluidos
En situaciones de calor extremo, la pérdida de fluidos derivada del aumento de la temperatura corporal puede llegar a provocar síntomas de deshidratación.
Por este motivo es especialmente importante mantener el cuerpo hidratado durante el verano, en regiones calurosas, en lugares donde la temperatura es elevada, al hacer ejercicio intenso, etc.
4. Fatiga y falta de energía
Uno de los efectos del calor en el cuerpo humano es la sensación de cansancio y de falta de energía, que dificulta a veces el desempeño de tareas cotidianas, en especial cuando requieren un esfuerzo físico significativo.
Es por todos conocido que el calor intenso se asocia a una sensación de somnolencia y de falta de energía corporal que puede resultar muy molesta e interferir con la vida cotidiana en algún grado.
5. Mareos y vértigos
A partir de los 38ºC de temperatura corporal, aproximadamente, es habitual que aparezcan sensaciones de vértigos y de mareos, sobre todo en personas con trastornos médicos como la hipotensión o con un mal estado de salud en general.
6. Irritabilidad y agresividad
La irritabilidad es uno de los principales efectos del calor a nivel psicológico. Además, algunos estudios han sugerido que en periodos de calor aumentan las agresiones; esto seguramente se deba a que el calor intenso provoca una malestar psicológico general que aumenta la probabilidad de que se den este tipo de conductas externalizantes.
7. Problemas de concentración
Otro de los efectos psicológicos del calor es la reducción de la capacidad para concentrarse. Este problema se relaciona probablemente con las sensaciones de somnolencia, falta de energía e incomodidad física general típicas de las temperaturas ambientales elevadas.
8. Calambres por calor
Los calambres por calor son más habituales entre personas que practican deporte en ambientes con una temperatura elevada.
Consisten en espasmos y/o sensaciones de dolor en los músculos de las piernas, del abdomen o de otras partes del cuerpo, en función del tipo de ejercicio que los dispare.
9. Agravamiento de trastornos médicos
El calor puede hacer que aparezcan o empeoren síntomas de enfermedades del aparato circulatorio, del respiratorio, de la piel o del metabolismo. Esto se debe a que el calor se asocia a una alteración de la tasa metabólica, de la cardíaca o de la respiratoria, entre otros efectos físicos.
Algunos ejemplos de trastornos médicos que pueden agravarse con el calor intenso son el asma bronquial, la diabetes mellitus y la hipotensión arterial. Cuando el cuerpo humano alcanza los 43ºC puede producirse muerte por paro cardiorrespiratorio.
10. Insolación y golpe de calor
Los efectos del golpe de calor y de la insolación consisten en una dificultad del cuerpo para volver a su temperatura normal tras un periodo de calor prolongado.
Son más habituales durante periodos de calor intenso, en personas de edad avanzada, con alteraciones médicas crónicas (obesidad, trastornos respiratorios y circulatorios…), en quienes hacen deporte a horas de mucho calor o en personas que se exponen al sol de forma prolongada.