Los problemas en las articulaciones temporomandibulares provocan frecuentemente dolor en las mandíbula y en los oídos. Entre las causas de estos trastornos destacan el estrés y la ansiedad, que hacen que tensemos los músculos y apretemos los dientes.
Procedemos a analizar las características del dolor de mandíbula y oídos derivados de una disfunción de la articulación temporomandibular.
¿Qué es el ATM o dolor de mandíbula y oídos?
La articulación temporomandibular, abreviada frecuentemente como “ATM”, une el hueso temporal del cráneo y la mandíbula inferior; de esto se deriva su nombre. Cada persona tiene dos ATMs, una a cada lado del cráneo.
Es la única articulación móvil de la cabeza, pudiendo desplazarse hacia arriba y abajo, hacia los lados y hacia delante y atrás. Estos movimientos se utilizan para la masticación, principalmente; mientras que la parte superior de la ATM permite la protrusión y la retracción de la mandíbula, la parte inferior se encarga de los movimientos de elevación y descenso.
Está compuesta por las superficies articulares, ligamentos y una cápsula y un disco articulares; todos estos elementos posibilitan la conectividad y el movimiento. Las membranas sinoviales lubrican la articulación, y la arteria carótida externa es la principal encargada de la irrigación sanguínea de la ATM.
Cuando las articulaciones temporomandibulares están en reposo los dientes de la mandíbula inferior se sitúan detrás de los de la superior, separados por una distancia de entre 2 y 4 milímetros. Esta posición puede estar alterada en personas con disfunciones o trastornos en la ATM.
Se calcula que entre el 20 y el 30% de adultos presentan dolor en esta articulación o algún grado de disfunción temporomandibular. Es más frecuente en mujeres y en personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años.
Causas del dolor de mandíbula y oídos
Existen distintas hipótesis sobre la naturaleza de las disfunciones en la articulación temporomandibular -ninguna de ellas totalmente aceptada por la comunidad científica.
A modo general podemos decir que existen múltiples causas que dan lugar a distintos tipos de alteración; las alteraciones en la ATM constituyen un grupo, no un único trastorno.
A continuación listamos algunas de las causas más comunes de la disfunción temporomandibular.
1. Estrés y ansiedad
El estrés fisiológico puede provocar la contracción de los músculos de la cara; si la tensión emocional se mantiene, la muscular también lo hará.
Las disfunciones temporomandibulares se asocian con frecuencia a trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, así como a la falta de sueño.
2. Bruxismo
El término “bruxismo” es el nombre oficial de la contracción y el rechinamiento de los dientes cuando éstos se producen de forma habitual.
Los movimientos que se engloban en el bruxismo pueden darse cuando estamos despiertos pero también durante el sueño; en ambos casos se asocian a la ansiedad.
3. Artritis
La osteoartritis y la artritis reumatoide pueden desgastar el cartílago de las articulaciones mandibulares, afectando a su funcionalidad y provocando dolor.
Estas enfermedades son degenerativas, por lo que a medida que progresan los síntomas empeoran.
4. Lesiones mandibulares
Los golpes en la mandíbula, bostezos o mordiscos violentos, el uso de ortodoncias o las operaciones quirúrgicas pueden producir daños en la articulación mandibular, causando los síntomas de la disfunción ATM.
En concreto se suele mencionar el desplazamiento del disco articular como una causa frecuente del dolor de mandíbula y oídos.
5. Factores genéticos
Se han relacionado los trastornos en la articulación temporomandibular con la alteración genética de la enzima catecol-O-metiltransferasa, que degrada neurotransmisores como la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina.
Asimismo la predisposición al estrés tiene un componente genético, por lo que la herencia también influye en cierta medida en las causas psicológicas de la disfunción temporomandibular.
Signos y síntomas de los trastornos en la ATM
Los signos fundamentales de disfunción en la articulación temporomandibular son el dolor, la dificultad para el movimiento y los sonidos al mover las mandíbulas. Existen otros síntomas, pero son menos específicos del trastorno temporomandibular y por tanto menos relevantes para el diagnóstico.
De este modo, los signos y síntomas de esta disfunción pueden incluir los siguientes:
Dolor sordo o sensibilidad en la articulación y los músculos circundantes de la cara y las orejas, sobre todo al masticar y al bostezar.
Limitación en los movimientos e incluso bloqueo o luxación de las mandíbulas.
Sonidos como chasquidos y chirridos que se producen al mover las mandíbulas.
Dolores de cabeza como cefaleas tensionales y migrañas.
Pérdida de audición o sensación de tener los oídos taponados.
Tinnitus o acúfeno: ruidos como pitidos y zumbidos en los oídos.
Mareo.
Dolor de garganta, de cervicales, de cuello, de dientes o de otro tipo.
Tratamiento de la disfunción temporomandibular
La investigación científica no ha podido confirmar las causas del dolor de mandíbula y oídos ni demostrar la eficacia de los tratamientos utilizados para resolverlo.
Existe un cierto consenso en torno a que conviene empezar por los tratamientos más suaves y que los de carácter irreversible, como las operaciones quirúrgicas, no son recomendables.
1. Ejercicios mandibulares
Los masajes, estiramientos y movimientos para aumentar el rango de movimiento de los músculos implicados pueden reducir el dolor de mandíbulas y oídos si se practican con regularidad.
También es recomendable mantener los dientes un poco separados para reducir la tensión en las mandíbulas y prevenir apretarlas.
2. Cuidados caseros
Ingerir comidas blandas es una buena forma de mantener las mandíbulas tan relajadas como sea posible; esto es especialmente recomendable en casos en que el dolor es intenso. Se recomienda también evitar masticar chicle y procurar bostezar con suavidad.
El uso de compresas húmedas frías o calientes puede aliviar los síntomas del trastorno de la articulación temporomandibular.
3. Técnicas psicológicas
La psicología clínica ha desarrollado un buen número de técnicas para reducir la ansiedad y para relajar el cuerpo.
En particular podemos destacar la relajación muscular progresiva y otras técnicas similares como la respiración lenta y profunda o el yoga, que hacen que nos sintamos más calmados y por tanto que nuestro cuerpo se tense en menor medida.
4. Férulas oclusales y protectores bucales
Existen distintos tipos de férulas que pueden utilizarse para reorientar los dientes y así aliviar el dolor de mandíbula y oídos. Si acudimos a un especialista, éste podrá evaluar las características particulares nuestro caso y recomendarnos el uso de un protector bucal determinado.
Las férulas oclusales, que pueden utilizarse en una fila de dientes o en ambas, se utilizan normalmente al dormir, por lo que son más eficaces en personas con bruxismo nocturno. Hay que tener en cuenta que se han documentado casos en que los protectores bucales han dañado los dientes del paciente.
5. Medicación
Entre los medicamentos que se utilizan para aliviar los síntomas de la disfunción temporomandibular encontramos los relajantes musculares, los ansiolíticos y los analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol.
El uso de medicación no soluciona estos problemas a largo plazo sino que sólo alivia el dolor de oídos y mandíbula, por lo que lo más recomendable es usarlos únicamente si el dolor es intenso y en combinación con otros tratamientos con efectos a largo plazo, como los automasajes.