Alguna vez te habrás preguntado por qué tu número del DNI acaba con una letra y de dónde sale estas letras. ¿Es aleatorio? Para resolver esta cuestión debes saber que la letra que acompaña la numeración de tu documento de identidad es un dígito de control que también se encuentra en otras numeraciones bancarias y comerciales.
Los dígitos de control son números o letras que acompañan algunos códigos de identificación, como por ejemplo el número de DNI, una cuenta bancaria o los códigos de barras, para controlar su veracidad y evitar errores y falsificaciones.
Pero lo importante es que estos dígitos de control, que en el caso del DNI es una letra, no son aleatorios, sino que salen de una operación matemática sobre los números que acompañan y que por motivos de seguridad suele ser secreta. Sin embargo, este código se puede descifrar con modelos matemáticos un poco avanzados.
Si hasta ahora creías que la letra de tu DNI era aleatoria, estás equivocado, ya que este dígito de control cumple una función de seguridad muy útil para evitar errores y falsificaciones. Así, al escribir un DNI falso o ante un error al poner algún número, la incongruencia entre la letra escrita y el código detecta la falsedad del documento.
Lejos de ser algo aleatorio, la letra del DNI sale de una operación matemática. Para obtenerlo se divide el número correspondiente de los 8 dígitos entre 23 y se toma el resto de la división. Por ejemplo, el número 12345678, al dividirlo por 23, da un restante de 14. A cada número restante se le hace corresponder una letra según una tabla de equivalencias.
Según la tabla de equivalencias facilitada por el ministerio del Interior, la letra correspondiente al código 12345678, cuyo restante era el 14, es la Z. Así se obtiene la letra del DNI, ese dígito de control para evitar errores y robos.
Transferencias bancarias
Lo mismo sucede con una transferencia bancaria, ya que si te equivocas al escribir algún dígito, algo que puede ocurrir fácilmente, ya que se trata de numeraciones muy largas, el dígito de control verifica la numeración para evitar que envíes dinero a otra persona que no deseas y pierdas tu dinero. Esta es una de las funciones más útiles de este tipo de mecanismos.
Por eso las cuentas corrientes incorporan varios dígitos que funcionan como elementos de control, y que al igual que el DNI se obtienen realizando una operación matemática oculta. El uso de estos dígitos, antiguamente dos y actualmente cuatro, hace que sea difícil generar números de cuenta falsos, que no correspondan a una cuenta real, y evitar errores accidentales.
Es lo que ocurre por ejemplo al escribir un número de cuenta, ya que si cometes algún error al teclear el número al que quieres hacer una transferencia, cuando los dígitos de control no se corresponden con el código al que acompañan detectan el error y bloquean el envío de dinero.
Además, existen mecanismos matemáticos que permiten identificar el error que se ha cometido y corregirlo. Son los conocidos como códigos detectores de errores. Así, a través de complejas operaciones matemáticas se puede llegar a descifrar hasta el proceso de cálculo de los dígitos de control de las cuentas de un banco en concreto, aunque algunos son más herméticos que otros.