Tan solo en nuestro país, cerca del 50% de la población padece hipercolesterolemia. Aunque esto no implica tener necesariamente colesterol, la hipercolesterolemia es un indicativo que deberíamos tener en cuenta. Y es que a grandes rasgos, esto quiere decir que los niveles se encontrarían por encima de 200 mg/dl.
No obstante, la buena noticia es que nuestro cuerpo nos empieza a mandar avisos incluso antes de padecerlo. Como el colesterol es una patología que puede llegar a causar problemas de salud graves, te aconsejamos que conozcas de primera mano las posibles alertas.
¿El cuerpo avisa de que tenemos el colesterol alto?
Pues bien, puede que años atrás esta pregunta fuera difícil de contestar. Sin embargo, con los avances médicos, a día de hoy diríamos que se trata de algo muy predecible. Y es que por si no lo sabías sí, efectivamente, nuestro cuerpo es capaz de mandarnos señales.
La razón de esto no es otra cosa que la mera supervivencia del ser humano. Al aumentar los niveles de colesterol en la sangre, nuestro cuerpo recibe una señal de alarma. Por lo tanto, la forma que tiene de avisarnos es, precisamente, a través de determinados síntomas.
Como todos sabemos, el colesterol es ese pequeño monstruo del que siempre hemos oído hablar, pero puede que nunca le hayamos prestado tanta atención hasta que nos lo encontramos de frente. A pesar de que existen determinadas recomendaciones para prevenirlo, nadie está exento de padecerlo.
Por esta razón, y con el objetivo de reducir al máximo estas probabilidades, a continuación vamos a hablar de las señales más habituales. Si bien cada cuerpo reacciona de una forma distinta, existen 10 síntomas que suelen ser los más habituales.
El primero y más frecuente es la inflamación y el adormecimiento de las extremidades. Cuando los niveles de colesterol malo se disparan, los lípidos acumulados impiden que la circulación fluya correctamente. Además, el mal aliento (conocido como halitosis) también suele ser otra de las primeras señales.
La pesadez estomacal y los problemas digestivos tampoco tardarían en aparecer. El exceso de lípidos, tal y como acabamos de comentar, afecta tanto al hígado como al metabolismo. Así mismo, también sería posible experimentar un déficit de oxígeno, lo cual se traduciría en mareos y dolores de cabeza.
Al hilo de esto último, el estreñimiento es otra de las grandes señales que veríamos a simple vista. Y hablando de vista, nuestros ojos también experimentarían algunos cambios, ya que los niveles altos de colesterol pueden ocasionar irritación y visión borrosa.
El dolor en el pecho es otra de las afecciones que la gente suele destacar, ya que es un síntoma muy fácil de identificar. Si bien son muchas las enfermedades que podrían estar asociadas a este síntoma, conviene consultarlo siempre con el médico.
En lo que respecta a nuestra vitalidad, unos elevados niveles de colesterol también repercutirían sobre la energía que disponemos. El empeoramiento de la circulación sanguínea ocasionaría debilidad, fatiga y hasta disfunción eréctil.
Pero por si fuera poco, nuestra piel también podría verse afectada, ya que la aparición de urticaria se podría manifestar si los niveles subiesen. De la misma forma, también aumentaría el riesgo de tener piedras en la vesícula biliar (es decir, aparecerían los famosos cálculos biliares).
Factores a tener en cuenta
Aunque las consecuencias de no tratar los niveles altos de colesterol pueden ser muy graves, afortunadamente se trata de una patología que, en la mayoría de casos, se puede prevenir. Para ello, es importante revisar el estilo de vida que estamos llevando a cabo.
La práctica de ejercicio diario, junto con una alimentación sana y equilibrada pueden ayudarnos muchísimo a reducir las probabilidades de padecerlo. Ahora que ya conoces de primera mano las 10 señales más habituales que puede enviarte el cuerpo, te aconsejamos que prestes atención a ellas.