La diabetes es una de las enfermedades más habituales entre personas de mediana y avanzada edad, pero también se da en niños. Para quienes la sufren es necesario seguir una dieta equilibrada y saludable que permita controlar los niveles de glucosa en sangre y a la vez aporte los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo.
A continuación vamos a mostraros cuáles son las claves de una dieta para la diabetes adecuada en función del tipo que se haya diagnosticado. De forma más específica, explicaremos cómo modificar los patrones de alimentación según si se tiene diabetes mellitus tipo 1, tipo 2 o gestacional.
¿Qué es la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus es una enfermedad orgánica en la que se dan trastornos metabólicos debidos principalmente a la presencia de altas concentraciones de glucosa (azúcar) en sangre.
La alta concentración de glucosa en sangre puede ser debida a varios factores. Los principales son los defectos en la producción de insulina, el aumento de la producción de glucosa, la resistencia a la acción de la insulina o una combinación de todos los anteriores.
La insulina es una hormona que el organismo produce de manera natural y que ayuda a que la glucosa entre en las células, proporcionándoles así energía. Cuando el cuerpo no produce insulina nos encontramos ante una diabetes tipo 1, que representa entre un 5% y un 10% del total de casos de diabetes.
En el caso de la diabetes mellitus tipo 2, el cuerpo ha estado expuesto a elevados niveles de insulina (a causa de un consumo abusivo de glucosa) durante un tiempo muy prolongado. Nuestro organismo detecta que esos niveles son anormales, entonces responde aumentando su resistencia a la acción de la insulina; ya sea disminuyendo sus receptores celulares o negando su acción en las células.
Por ello aunque las personas diabéticas tengan elevadas cantidades de glucosa en sangre, no se absorberá. Ya que el cuerpo se ha vuelto inmune a su acción y por ello se les administra insulina artificial (en los casos más severos) que se absorberá, porque la propia ya no hace ningún servicio.
En las primeras y mayoritarias etapas de este tipo de diabetes se intenta reestablecer el correcto funcionamiento de los receptores celulares, que normalmente tiene un efecto suficiente.
Además de la diabetes tipo 1 y tipo 2 existe la diabetes gestacional, que se desarrolla de manera puntual durante el embarazo y suele desaparecer en el momento del nacimiento del bebé. No obstante, padecer diabetes gestacional puede ser predictor de una futura diabetes mellitus tipo 2.
Dietas recomendadas según el tipo de diabetes
La diabetes, como acabamos de comprobar, es una enfermedad muy heterogénea. Dado que existen diferentes tipos, se necesitan tratamientos e indicaciones diferentes para el control del nivel de glucosa en sangre en función de las características específicas de la enfermedad.
A continuación vamos a mostraros la dieta recomendada según el tipo de diabetes diagnosticado, así como el plan de tratamiento que se lleva a cabo en cada caso.
1. Diabetes tipo 1 o insulinodependiente (DMID)
La diabetes mellitus tipo 1, llamada tradicionalmente diabetes insulinodependiente, es debida a la destrucción autoinmune de las células B que se generan en los islotes de Langerhans, estructuras situadas en el páncreas.
La destrucción de estas células impide la producción de insulina, por lo que las personas que la padecen deben inyectársela o utilizar una bomba de insulina de manera diaria, así como controlar los niveles de azúcar en sangre varias veces al día.
Llevar una dieta equilibrada y estructurada es importante; ya que no existe una cura para la diabetes, la mejor manera de controlarla es mediante la alimentación. La recomendación de los endocrinólogos es no saltarse ninguna comida y utilizar alimentos bajos en azúcares.
Dada la variabilidad de cada individuo con respecto a su nivel de glucosa en sangre, también difiere la cantidad de nutrientes necesarios. De todos modos existen factores en común que vamos a comentar a continuación.
-Evitar alimentos con el índice glucémico alto:
En una dieta adecuada para una persona con diabetes tipo 1 se deben evitar los alimentos con un alto índice glucémico. Hablamos de aquellos que contienen harinas blancas; por este motivo el consumo de pastas o panes integrales es más recomendable.
Son inconvenientes también los alimentos con carbohidratos simples como el chocolate, los postres dulces o los helados, así como todos los que contienen altos niveles de azúcar y las grasas de origen animal habituales en los embutidos o en la mantequilla.
-La alimentación según la pauta de insulinización:
Evitando los tipos de alimentos mencionados anteriormente, el resto se pueden consumir de manera controlada sin que acarree problemas de azúcar. Una dieta equilibrada con un 50% de hidratos de carbono, un 20% de proteínas y un 30% de grasas es la recomendada a modo general.
Por lo tanto, la clave de la alimentación en la diabetes tipo 1 no son tanto los alimentos que se consumen sino en qué cantidades y raciones se consumen en función de la insulina que se vaya a inyectar.
La inyección de insulina pretende copiar la reacción que tendría un organismo sin diabetes; de este modo, si se ingiere una cantidad de carbohidratos elevada se tendrá que calcular la insulina correspondiente. Existen tablas de equivalencia que facilitan este proceso.
2. Diabetes tipo 2 o no insulinodependiente (DMNID)
La diabetes tipo 2 representa entre el 90 y el 95% del total de casos. En esta variante de la enfermedad no existe un componente autoinmune asociado, sino que normalmente se asocia a malas pautas de alimentación extendidas en el tiempo que llevan a la persona a la obesidad.
Esto hace que el organismo cree una resistencia a la insulina; de este modo, aunque la cantidad de la hormona sea elevada, el cuerpo no es capaz de utilizarla. En los casos más extremos, el sistema pancreático encargado de la producción de insulina puede fallar.
El objetivo del tratamiento es bajar los niveles de azúcar en sangre. Las personas con diabetes mellitus tipo 2 no suelen inyectarse insulina por lo que todo el peso del tratamiento recae en la dieta y en la actividad física. Aun así será necesario realizar controles diarios de los niveles de azúcar.
-La clave está en una dieta bien balanceada:
Seguir una dieta bien balanceada equivale a crear una planificación de las comidas que permita tener unos niveles de glucosa en sangre sostenibles. Como hemos comentado anteriormente es recomendable no saltarse ninguna comida.
El cálculo de hidratos de carbono que se van a ingerir, entendido como el conjunto de azúcares, almidones y fibra que contienen los alimentos, es importante de controlar.
Es necesario basar la dieta en la variedad; de este modo, se recomienda el consumo diario de 500 gramos de verduras, 300 gramos de frutas, 115 gramos de granos o pastas alimentarias integrales, 245 gramos de lácteos y 35 mililitros de aceites.
No es conveniente consumir alimentos con gran cantidad de azúcar ni los que se elaboran con harinas blancas, tal y como hemos explicado en el apartado dedicado a la diabetes tipo 1.
-La importancia de la práctica de ejercicio físico:
La diabetes tipo 2 está asociada las personas que padecen obesidad, de modo que bajar de peso es una de las indicaciones que los profesionales recomiendan. Es por ello que el ejercicio físico diario (de 30 a 60 minutos) es realmente importante para ayudar a controlar y reducir los niveles de glucosa en sangre.
3. Diabetes mellitus gestacional
La diabetes gestacional se suele identificar en el segundo o en el tercer trimestre de embarazo en mujeres que no presentaban un diagnóstico previo, y por ello suele ser reversible. La producción de insulina puede verse afectada a causa de los cambios metabólicos que conlleva el estado de gestación.
La gran mayoría de mujeres que padecen diabetes gestacional no deben inyectarse insulina; por este motivo la dieta para la diabetes gestacional será muy similar a la de la diabetes tipo 2, aunque por el aporte nutricional extra que necesitan las personas embarazadas es interesante priorizar el consumo de legumbres.
-Las legumbres, un alimento muy recomendado:
, así como proteínas y fibra. Todo ello las convierte en un alimento ideal por la energía que aportan junto con el nivel de glucosa que generan en el organismo. Las legumbres, además de tener un bajo índice glucémico, aportan hierro y calcio al organismo