A todos nos gusta estrenar cosas, y seguramente muchos coincidiremos en que la ropa es una de ellas. No hay mayor sensación que ponerte esa camisa limpia, o irte a dormir oliendo las sábanas recién colocadas en la cama... ¿Verdad?
Pues las prendas y los tejidos son, precisamente, una de las cosas que más deberíamos cuidar. Muchas personas no saben con qué frecuencia deberían cambiar la ropa de la cama. Sin embargo, ¿alguna vez te has planteado cada cuánto la cambias tú?
Esto es lo que debes hacer para mantener una buena higiene en tu cama
Muchas veces solemos prestar atención a la ropa con la que solemos vestir, y ante la más mínima mancha que podamos detectar... ¡Irá directa a la lavadora! Esto resulta obvio cuando hablamos de nuestras prendas, pero también debería serlo con la ropa de cama.
Si nos paramos a pensarlo detenidamente, cada día de nuestra vida estamos cambiándonos de ropa. Incluso, puede que haya ocasiones en las que lleguemos a hacerlo muchas veces en un solo día.
Ahora bien, cuando nos referimos a determinadas prendas... es casi totalmente probable que no ocurra lo mismo. ¿Te suena cuando hablamos de sábanas, toallas e incluso pijamas? Pues bien, a esta ropa también debemos prestarle atención.
Quizás nunca te lo hayas planteado de esta forma, pero estas tres últimas prendas son las que más solemos utilizar. De hecho, todas ellas pueden llegar a pasar mucho más tiempo en contacto con nuestra piel que cualquier otra.
Estamos en contacto con estas prendas todos los días
Y por esa razón, también merecen ganarse un lavado de vez en cuando. Pero ojo, porque aquí pueden surgir miles de dudas. Por ejemplo, una de las más comunes es la de saber cada cuánto debemos cambiar las sábanas de la cama.
Si tenemos en cuenta la cantidad de tiempo que pasamos entre ellas, nos daremos cuenta de que probablemente no las estemos lavando tanto como deberíamos. Cada noche las utilizamos para taparnos, y es muy habitual que entren en contacto con el sudor que producimos.
Concretamente, existen estudios que afirman que podemos llegar a perder hasta 30 mililitros de agua cada hora a través de la transpiración mientras dormimos. Y eso en invierno, porque en verano... ¡La cosa puede aumentar!
Por esta razón, los expertos señalan que lo ideal sería cambiar y lavar nuestras sábanas cada semana. Esto, evidentemente, se debería realizar en condiciones normales, porque cuando estamos enfermos deberíamos cambiarlas mucho más seguido.
¿Y qué ocurre con el pijama y las toallas?
A todos nos gusta tener nuestra casa en perfectas condiciones, sobre todo si sabemos con antelación que esperamos alguna visita. Por eso, es muy habitual que en estos casos decidamos poner a punto nuestro conjunto de sábanas más nuevo, así como colocar nuevas toallas también.
No obstante, lejos de la realidad, esto no debería ceñirse a ser un asunto puramente estético. Mantener las prendas de nuestro hogar en óptimas condiciones es algo que va más allá, ya que incluso puede repercutir en nuestra salud.
Por ejemplo, si tardamos tiempo en cambiar o lavar las sábanas y/o toallas, es muy probable que se lleguen a acumular bacterias y ácaros. Además, todo ello puede derivar en infecciones y alteraciones que podrían afectar nuestra piel.
En lo que respecta al pijama y las toallas, en este caso, los expertos recomiendan cambiarlo cada tres o cuatro días. Debemos tener presente que se trata de dos prendas que están en contacto con nuestra piel a diario, y por lo tanto, deberíamos lavarlas más.
Aquellas personas que no utilicen pijama, en su defecto, deberían aplicar el mismo consejo sobre las sábanas, ya que al no llevar encima ninguna prenda seguiríamos en contacto directo con ellas.