Los días de lluvia resultan especialmente complicados para los conductores. Hay una peor visibilidad y el riesgo de percance se multiplica. A ello se le une la multa de 200 euros que puede poner la Guardia Civil por circular sin cumplir con las normas vigentes.
Como habrás podido comprobar, en las jornadas con agua, las carreteras se encuentran mucho más concurridas. Y esto es porque los habituales usuarios del transporte público o los que se mueven a pie optan por coger el vehículo particular. El resultado será un mayor número de coches en la carretera y mucho más tráfico.
También se suele circular a una velocidad inferior para evitar posibles salidas de la vía o una colisión con los coches de delante. Todo esto provocará que haya más atascos y retenciones, sobre todo en las horas punta.
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Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) advierten que "con lluvia, la distancia de frenado se alarga y la visibilidad se reduce". Para no protagonizar ningún tipo de percance al volante ofrecen una serie de recomendaciones. Entre ellas "evitar las maniobras bruscas, aumentar la distancia de seguridad, reducir la velocidad y llevar los neumáticos en buen estado".
También señalan como buenos aliados a los "sistemas de ayuda a la conducción, como el ABS, el ESP o el detector de piso mojado". Pero no debe pasarse por alto otra medida que plantean.
La importancia de las luces
En las jornadas más lluviosas la visibilidad se reduce de forma considerable. Nos cuesta mucho más reparar en las líneas de la carretera y en el resto de vehículos, sobre todo al hacer ciertas maniobras. De ahí que señalen como algo especialmente importante a la iluminación.
Es preciso que las luces estén encendidas y funcionando de forma adecuada cuando no se vea bien. Es la única manera de evitar ciertas situaciones de riesgo. Al contrario de lo que pensamos, no solo nos ayudan a nosotros.
Al llevarlas puestas también resultará más sencillo que los demás detecten nuestra presencia. Todo ayuda es poca cuando llueve y más si el día está especialmente oscuro y cubierto por las nubes.
Desde Tráfico explican que este elemento resulta obligatorio en condiciones de mala visibilidad. Además de las precipitaciones y los episodios de niebla, también nos puede sacar de un apuro ante situaciones de polvo y tierra intensos. En el caso de no emplear correctamente las luces del coche, el conductor se enfrenta a una sanción de hasta 200 euros.
La advertencia que hacen desde la DGT
La Dirección General de Tráfico indica que "es muy recomendable activar las luces de cruce" si "diluvia o la nube ha oscurecido la zona". En algunos momentos llega a parecer de noche aunque nos encontremos a media mañana.
Es algo que también deberán realizar de manera manual los que tengan un sistema de encendido automático. Explican el caso particular de algunos vehículos modernos. Cuentan con una luz de día tan potente que les puede llevar a confusión.
Creen que llevan los faros encendidos, cuando en realidad no es así. Se trata de un simple despiste que puede "costar una sanción". Por eso es necesario que se compruebe su activación.
La iluminación resulta esencial para cualquier coche, sobre todo si tienes previsto circular a primera hora de la mañana o por la noche. De ahí que sea necesario revisarlas con cierta frecuencia. Aprovecha para activarlas y desde fuera observar si funcionan todas correctamente.
Hoy en día, la mayoría de los coches ya incorporan sistemas que nos lo advierten a través de unos testigos en el panel delantero. Es un claro aviso que te señalará la necesidad de acudir al taller lo antes posible. Circular sin la adecuada iluminación también se considera una infracción, aunque pongas la excusa de que se fundió el piloto.