Son muchos los estudios que, desde hace años, estudian enfermedades como la demencia o el Alzheimer. A su vez, existen ciertas investigaciones que se han dedicado a estudiar la relación entre el índice de masa corporal y el riesgo de demencia.
Otros estudios, por su parte, se han basado en comprobar si los estrógenos pueden o no tener efectos protectores ante estas temidas enfermedades. De carácter neurodegenerativo, son unas de las que siguen presentes en nuestra sociedad.
Ahora, gracias a una nueva investigación, se han podido sacar nuevas conclusiones con datos de lo más interesantes. De hecho, se ha comprobado que podría existir un detalle en el cuerpo que serviría como aviso ante el riesgo de padecer o no demencia en un futuro.
La demencia, una enfermedad en crecimiento
El investigador y profesor Karel Kostev, trabajado del departamento de Epidemiología de IQVIA ha hecho una afirmación alarmante. Esta se basa en el hecho de que, en los próximos años, podría incrementar la prevalencia de la demencia.
Esto se debe, entre otras cosas, al envejecimiento de la población, cada vez más acusado. Sin embargo, de momento, no existe ningún tipo de cura para este tipo de enfermedades, entre las que el Alzheimer destaca por ser una de las que más se repiten.
En la actualidad, un nuevo estudio se ha dedicado a comprobar la relación que podría existir entre la demencia y el IMC o índice de masa corporal. Esta investigación se publicará próximamente en el Journal of Alzheimer’s Disease. Para intentar ser más objetivo, el estudio además ha tenido en cuenta las diferencias que existen entre los hombres y las mujeres.
El IMC podría jugar un papel clave
Para llevar a cabo la investigación se han estudiado los datos de la base Disease Analyzer (IQVIA). Este estudio, a su vez, ha sido llevado a cabo por Louis Jacob y algunos de sus compañeros de la Unidad de Investigación y Desarrollo del Pac Sanitari Sant Joan de Deu.
En la base de datos existen datos demográficos, así como diagnósticos y de prescripción de diversos pacientes alemanes. Gracias a ello, pudieron estudiar los casos de distintos pacientes seguidos entre 2006 y 2019. En total, fueron 296.767 los pacientes estudiados con una edad media de 70 años.
Entre otros, se tuvieron en cuenta datos como el IMC que tenían los pacientes en el año previo a la vista a la consulta. También lo compararon con el IMC que tuvieron el año anterior a que les diagnosticaran demencia.
Asimismo, se tuvieron en cuenta enfermedades como el Alzheimer, la demencia vascular y demencias indefinidas. Por otra parte, también se consideraron otros datos generales, como el sexo, la edad y diversas enfermedades que los pacientes tuvieron 5 años antes del diagnóstico.
Sorpresa por la relación entre la demencia y el sobrepeso
De acuerdo con los datos del estudio, la incidencia de demencia a 10 años vista disminuyó un 11.6% en aquellos pacientes con bajo peso y hasta un 8,7% en pacientes con obesidad. Es decir, a mayor peso, parece que menor riesgo hay de padecer demencia a largo plazo según la investigación.
En el caso de las mujeres, el sobrepeso sí se relaciona de forma negativa con la demencia. En hombres, por otra parte, el bajo peso se relaciona de forma positiva con el riesgo de padecer demencia.
Por otro lado, la obesidad se asocia de forma negativa con el Alzheimer. El sobrepeso, en su caso, se asocia de forma negativa con la demencia indefinida en mujeres. En el caso de los hombres, además, se detectó que existe una relación negativa entre la obesidad y el desarrollo de Alzheimer. Sin embargo, el bajo peso se relaciona de forma positiva con la demencia indefinida.
Como conclusión, según los autores, puede existir una relación positiva entre el bajo peso y la demencia en los hombres mayores. Es decir, a menor peso, mayor riesgo de sufrir demencia.
Asimismo, parece que el sobrepeso podría proteger contra la demencia a las mujeres mayores. Por este motivo, un exceso moderado de peso durante la vejez sería aceptable.