Seamos realistas. Todo el mundo se ha llevado pequeños objetos que se ha encontrado en la habitación del hotel ya sea por un descuido o por el deseo que aumenta cada vez que nos encontramos en un establecimiento de lujo o resort.
No obstante, aunque parezcamos todos ladrones de alta categoría, ya que nunca nos han pillado con las manos en la masa, en realidad, algunos de estos improvisados recuerdos que nos llevamos a hurtadillas están hechos precisamente para eso, para que los huéspedes los ubiquen en su maleta.
Varias entidades de consumo han evaluado este tipo de comportamiento que se manifiesta cuando se sale de viaje y la mayoría de la población se hospeda en hoteles de lujo.
En estos hoteles, esta manera de actuar surge de forma natural, pero lo cierto es que a veces se pierde el control, ya que diferentes cadenas hoteleras han sido testigos de robos que tienen como objetivo sus preciadas toallas o incluso televisiones, cafeteras u objetos de decoración. Parece sacado de una película, ¿no?
Papelería
Estos objetos no están destinados a desaparecer de su sitio y no ocurra nada, pero hay otros que sí que se pueden meter en la maleta sin temor a ser reprendidos o detenidos. Un buen ejemplo de ello es el material de papelería que se encuentra en las habitaciones: bolígrafos, lápices, libretas, folios…
Objetos de baño
Otro de los elementos que podemos coger sin ningún tipo de remordimiento son los amenities del baño, es decir, gel de ducha, crema hidratante, perfume, peines, cepillos de dientes, gorros de ducha, esponjas para limpiar los zapatos, pequeños costureros…
Además, todos ellos pueden resultar muy útiles para próximos viajes debido a su pequeño tamaño.
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Obsequios del hotel
A esto se tiene que añadir la fruta, caramelos o chocolates con los que algunos establecimientos obsequian a sus clientes que puedes consumirlos allí o guardarlos para otro momento, igual que con las bebidas de cortesía como el café o el agua, aunque muchas veces son un regalo de bienvenida, a excepción de los productos del minibar.
El motivo de que se pueda coger un objeto determinado de estos tipos de establecimientos es que los hoteles suelen dejar su sello en ellos estampando su logo o su nombre y convirtiéndolos en una forma de publicidad.
Lo que nunca debes llevarte de un hotel
Según informa el portal 'Legálitas', hay objetos que nunca deberías llevarte del hotel si no quieres meterte en un problema. A continuación, te presentamos algunos de ellos.
¿Me puedo llevar una toalla del hotel?
Las toallas y albornoces son los objetos más deseados por los huéspedes de los hoteles. Tanto es así que algunos de ellos han introducido un 'chip' de localización en este tipo de ropa del hogar o han creado tiendas físicas y online para venderlos.
Según indica el portal, el hurto de toallas causa grandes pérdidas para los hoteles, por lo que no deberías llevartelas. Lo mismo sucede con el albornoz.
Almohadas
Las almohadas tampoco deben viajar en tu maleta de vuelta a casa, ya que no has pagado por ellas. Hay algunos hoteles que ofrecen un catálogo de almohadas para que el huésped escoja la más cómoda, pero éstas no deben desaparecer de la habitación.
Libros
En algunos hoteles también podemos encontrar una habitación con libros para que los huéspedes descansen y disfruten de la lectura. No obstante y, como es obvio, estos libros no están pensados para que te los lleves de vuelta, sino para que se queden en su lugar.
Depende del caso
El portal 'Legálitas' también señala algunos objetos que se pueden llevar depende del caso. Estos objetos son las revistas o las bolsas de tela donde se mete la ropa sucia y los zapatos.
Lo ideal es utilizar el sentido común y no llevarte lo que creas que no debes llevarte, ya que el hotel tiene tus datos y podrías meterte en problemas.
Según informa 'Legálitas', los pequeños hurtos que no exceden los 400 euros ahora se castigan en el artículo 234 del Código Penal como delitos leves de hurto, y pueden tener una pena de multa de uno a tres meses.
Por su parte, si te llevas un objeto que supera los 400 euros, podrías enfrentarte a penas por delito de hurto en prisión de seis a dieciocho meses.
Así que, ya sabes, las cosas que dan forma a tu habitación no entran dentro del precio que se ha pagado por ella, así que es mejor salir de allí sin llevarnos un secador, una radio, cortinas nuevas, más libros para tu biblioteca personal, almohadas para renovar las que tienes en casa o ese cuadro que tanto te ha gustado. Por muy inverosímil que parezca, todo esto ocurre más de lo que se piensa en este tipo de establecimientos. Algo un poco surrealista.