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Grupo de alimentos con vitamina B9

Los 10 alimentos que no se pueden congelar y no lo sabías

La textura y el sabor pueden alterarse al congelar varios productos

Los grados a los que se conservan los alimentos en casa importan más de lo que se cree. Si la temperatura es muy baja pueden perder sus propiedades. Si es muy alta pueden terminar pudriéndose.

Congelar los alimentos es una de las técnicas de conservación de alimentos más antigua y eficaz.  La gente usa el congelador para conservar alimentos, guardar las sobras y tener siempre disponibles productos de fuera de temporada.  No hay que olvidar que este procedimiento no elimina el riesgo de patógenos, sino que evita que éstos se multipliquen.

Aunque la mayoría de los alimentos, tanto frescos como cocinados, se pueden congelar, existen algunos que no se pueden congelar y otros que totalmente se desaconseja hacerlo.

La congelación no es buena para todos los alimentos

Los productos con grasa tienen una congelación muy lenta y a una temperatura muy baja. Esto hace que la parte grasa se enrancie y afecta a su sabor. Para congelar estos alimentos es mejor retirar la parte con grasa y congelar el resto.

Las patatas tampoco responden muy bien a este procedimiento. La textura cambia bastante, se deshacen y pierden mucho sabor. Si se quieren usar para freír se pueden pelar, picar y dorarlas unos minutos en la sartén antes de guardarlas en una bolsa de congelación.

Otro de los productos que pierde parte de sus propiedades durante la congelación es el queso. Su textura cambiar considerablemente y al cortarlo se desmorona.

Los huevos son el producto estrella de las cocinas cuando se tienen gallinas. No se pueden congelar y pretender que al descongelarlos estén como recién puestos. Lo mejor es mantenerlos en la nevera. No obstante, las claras se congelan estupendamente y pueden aprovecharse después para repostería.

En cuanto a las frutas y verduras, generalmente no hay problema en congelarlas. En el caso de las primeras, es posible que cambie su textura y su aspecto, pero toleran bien la congelación. Es mejor lavarlas, picarlas y envasarlas en bolsas individuales.  Algo similar ocurre con las verduras. Si lo que se quiere es comer en crudo es mejor no congelarlas porque las hojas se quedan flácidas y sin gusto.

Por ello es recomendable comer frutas  y verduras frescas. Una opción sencillas es comprar menos cantidad.

Aunque en muchos supermercados se puede encontrar marisco congelador, hay varios tipos que es mejor cocer antes de meterlos al congelador como los centollos, las nécoras y similares.

Los percebes por su parte no deber congelarse en ningún caso. Es mejor comerlos lo antes posible para evitar que se pongan malos.

El mundo de los postres caseros es maravilloso. Existen muchísimas recetas para chuparse los dedos, pero lo mejor es no congelarlos. El problema es más de textura y aspecto que de seguridad alimentaria, pero donde esté una tarta recién horneada que se quite lo demás.

Las salsas por su parte es mejor comerlas en el momento. Durante el proceso de congelación y descongelación pueden cortarse y sentar mal a quien la coma después.

La pasta y los arroces ya cocinados pierden algo de textura, pero no son un producto que soporte mal el procedimiento de congelación.

Los pescados en general  tampoco tienen problema en pasar por el congelador. Hay que recordar que se deben secar bien antes de meterlos para eliminar el agua. Si llevan unos días en la nevera lo mejor es cocinarlos primero y meterlos a congelar después.