Con el calor y el verano apetece muchísimo bañarse en las piscinas. Los niños pueden pasarse horas y horas jugando en ellas, y muchos mayores también. Son un lugar perfecto para refrescarse, divertirse e incluso hacer un poco de deporte, manteniéndonos activos incluso en vacaciones.
Todos sabemos que la mayoría llevan cloro pero lo que muy pocos saben es que este puede dañar nuestra piel, en especial la de aquellos que sufren algún tipo de alteración en ella.
Cómo afecta el cloro a tu piel
El agua con las piscinas se trata con cloro para que se mantenga desinfectada, evitando bacterias, hongos y virus. Eso es algo esencial, y más todavía este año con la pandemia mundial del Covid-19.
Aunque, viéndolo así, el cloro es muy necesario para que las piscinas sean más sanas para nosotros, hay una realidad poco conocida pero importante que es que puede tener un efecto perjudicial en la piel.
El cloro ataca a todos los microorganismos, y eso implica también a los que habitan en tu piel y son necesarios para mantenerla saludable. Si estos desaparecen, pueden aparecer irritaciones, erupciones, eccemas e incluso se puede agravar el acné.
En este último caso, sí que es cierto que exposiciones cortas, en especial las primeras, pueden ayudar a que se sequen y a desinfectar, por lo que se puede notar una mejoría, pero en ningún caso se puede abusar porque puede causar el efecto contrario.
Además de por esta razón, el cloro de la piscina también puede dañar tu piel porque el ph que contiene es más alto de lo normal. Nuestra piel tiene un ph de entre 4,5 y 5,9, siendo 5,5 su valor óptimo. El agua clorada, en cambio, tiene un ph entre 7 y 8.
Esta diferencia provoca desequilibrios en la piel y, además, por encima de un ph de 8 se activan unas enzimas que pueden hacer que nuestra piel esté más predispuesta a inflamaciones.
El cloro también es capaz de deteriorar la capa grasa que recubre nuestra piel, con el posterior daño que eso provoca. Este problema se agrava mucho más en aquellas personas que tienen piel sensible o atópica.
Consejos para evitar que el cloro dañe tu piel
- Evita los baños muy largos.
- Date una ducha antes de entrar e inmediatamente después de salir.
- Cuando llegues a casa, hidrátate y cuida tu piel con productos que eviten la irritación, como el aloe vera.
- Exfóliate una o dos veces por semana para eliminar cualquier rastro de cloro.
- Protégete del sol, ya que si juntas el efecto del cloro y posibles quemaduras el resultado será terrible.