Los conductores que estos días hayan repostado en las estaciones de Repsol, Cepsa, BP o Galp se habrán llevado una sorpresa muy agradable. Posiblemente no contasen con lo que está sucediendo.
El precio de los combustibles continúa disparado y a mediados de agosto ya ha alcanzado sus máximos anuales. Acumula, además, su quinta semana seguida al alza, y tampoco se prevé una estabilización a corto plazo.
Llenar el depósito cada vez resulta más caro. Uno diésel, con una capacidad media de 55 litros, supondrá un desembolso de 85,36 euros. Esto implica 6,88 euros más que al inicio del verano.
Cuesta un 8,8% más respecto al pasado 19 de junio, cuando su coste se elevaba hasta los 1,427 por litro. En estos instantes ya se abona a 1,552 euros. Tampoco se queda atrás en este sentido la gasolina, publica La Razón.
En su caso, el incremento ha sido del 5,3%, pasando de los 1,596 euros por litro hasta los 1,68. El llenado del tanque provocará un gasto de 92,4 euros, lo que supone una subida de 4,54 euros.
Por su parte, en los diésel, será de 2,75 euros más en comparación con la última referencia. Estos datos se extraen del Boletín Petrolero de la Unión Europea e incluye información de más de 11.400 gasolineras del país.
35 días consecutivos subiendo
En la primera mitad del verano, el precio de la gasolina y el diésel ha experimentado un importante aumento. Y eso que durante comienzos de julio hubo un ligero retroceso. Pero se trataría de un simple espejismo.
Ahora acumula 35 días seguidos al alza. Pero al analizar todo esto no podemos quedarnos únicamente en el precio final. Estos valores esconden algo más que no puede pasar desapercibido para los clientes de Repsol, Cepsa, BP o Galp.
Hoy en día resulta más caro el repostaje de gasolina que hace un año. Por aquel entonces se situaba en los 1,86 euros el litro, sin embargo, se abonaba 1,66 euros por la bonificación de 20 céntimos del Gobierno. En estos instantes, como indica el citado medio, está algo más de un céntimo más cara que hace doce meses.
La situación del diésel es diferente, ya que los usuarios de este tipo de carburante pagan hasta 10 céntimos menos respecto a hace un año. Con la ayuda estatal su precio alcanzaba los 1,654 euros, que supondrían 1,864 euros sin ella.
Valores que invitan al pesimismo
El descuento de 20 céntimos sobre el litro de combustible dejó de aplicarse el pasado 31 de diciembre. En aquella época el carburante se había estabilizado en unos valores relativamente aceptables. Pero la situación puede considerarse de nuevo preocupante.
Desde comienzos de enero hasta ahora, el precio de la gasolina ha subido un 21,5%, frente al 6,37% del diésel. Pero no hace falta remontarse a tanto tiempo atrás para comprobar el comportamiento al alza de los carburantes. El encarecimiento de la gasolina en un mes fue del 5,4%, mientras que el gasóleo lo hizo en un 8,8%.
En cualquier caso, estos valores se encuentran todavía muy lejanos respecto a los registrados en junio del año pasado. En aquellas fechas se registraron máximos históricos en nuestro país. La gasolina cuesta un 13,4% menos y el diésel un 18,3%.
No podemos pasar por alto que la gasolina alcanzó los 2,128 euros por litro el 26 de junio de 2022. Con la ayuda del Gobierno de 20 céntimos quedó reducida a 1,928 euros.
Por su parte, el gasóleo llegó a los 2,1 euros, que se tradujo en 1,9 con la bonificación. Ahora, los conductores asumen con resignación este incremento imparable. La barrera de los 2 euros el litro se encuentra cada vez más cercana.