Afortunadamente los avances en medicina nos ofrecen remedios eficaces para la formación de coágulos en la sangre, lo que nos ha ayudado tanto en el tratamiento como en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Entre esos remedios se encuentran los medicamentos anticoagulantes a base de heparina, como el Clexane.
A continuación te explicamos qué es y para qué sirve el Clexane, qué es la heparina, cuáles son las dosis recomendadas, en qué casos se utiliza y qué efectos secundarios y reacciones adversas puede provocar.
El aparato circulatorio funciona de una manera muy compleja. Su buen estado es fundamental para mantenernos vivos. Entre otras cosas, se compone de fragmentos celulares que se llaman plaquetas, cuya función es crear coágulos que nos permitan cerrar heridas.
Sin embargo, en algunos casos estas células pueden producirse en exceso, aumentando el número de coágulos en la sangre y representando un riesgo importante para la salud. Clexane es un medicamento que sirve para frenar el crecimiento de los coágulos en la sangre e impedir que se formen nuevos.
Su precio varía según el lugar donde se busca y según la dosis, pero una caja con dos jeringas precargadas puede costar alrededor de 3€ (4.5 dólares americanos).
El principio activo del Clexane es la enoxaparina sódica, que es un derivado de una molécula llamada heparina. Dicha molécula se produce dentro de nuestro organismo, pero su función interna aún se desconoce.
Lo que sí sabemos es que, al ser introducida de manera exógena, es decir, desde fuera del organismo mediante un fármaco, la heparina tiene efectos anticoagulantes. Por eso es una sustancia que ha resultado muy importante en la medicina.
La heparina está compuesta por una cadena o secuencia de cinco azúcares sulfatadas, es decir, con muchas cargas negativas, lo que interactúa muy bien con las proteínas encargadas de la coagulación sanguínea.
Clexane puede usarse para tratar los coágulos de sangre ya existentes, evitar la formación en casos como operaciones quirúrgicas, anginas de pecho inestables, después de un ataque al corazón o en casos de enfermedades agudas que requieren de un periodo de movilidad reducida. También se usa en personas con problemas graves de riñón, para evitar la formación de coágulos en los tubos del aparato de diálisis.
Además del Clexane, hay muchos medicamentos que contienen heparina; algunos de ellos son Heparina Hospirina, Heparina Sodica Rovi, Heparina Sódica Sala o Menaven.
El Clexane se administra por solución inyectable, bien por vía subcutánea (por debajo de la piel) o intravenosa (directamente en las venas).
Generalmente se usa por vía subcutánea y solo en casos muy concretos se usa la vía intravenosa (ataques al corazón y operaciones quirúrgicas). La dosis puede ser de 20 mg, 40 mg, 60 mg, 80 mg, 100 mg, 120 mg y 150 mg en función de la presentación que se emplee.
También puede administrarse por vía arterial cuando hay sesiones de diálisis; sobre todo se recomienda no introducirla vía intramuscular. La dosis recomendada y el tiempo de toma es distinto según el caso, por lo que dependerá de la indicación médica.
Algunos síntomas de que hay un bloqueo en la sangre son los dolores tipo calambre, el enrojecimiento, el aumento de la temperatura corporal, la hinchazón (por ejemplo de alguna de las piernas, lo que indicaría que hay una trombosis venosa profunda), las dificultades para respirar, los dolores en el pecho, el desmayo o la tos con sangre (que sugeriría una trombosis pulmonar).
Ante esto deben realizarse análisis de sangre para determinar el número de plaquetas. Una vez corroborada la existencia de coágulos en la sangre, el Clexane se prescribe para tratarlos en cualquiera de las dos situaciones siguientes.
En este caso la dosis habitual es de 1,5 mg diarios por cada kilogramo de peso corporal o 1 mg por kilogramo de peso en dos tomas al día.
En pacientes con un riesgo moderado de padecer coágulos de sangre suele administrarse 20 mg / día, y en caso de operaciones se recomienda una inyección de la misma dosis 2 horas antes de entrar a quirófano.
En pacientes con un riesgo alto la dosis diaria recomendada es de 40 mg / día y se recomienda una inyección 12 horas antes de la operación.
Para el tratamiento de síndromes coronarios agudos tales como angina inestable (tanto IAMCEST como IAMSEST, por si causan o no elevación del segmento ST, respectivamente) se usa con una pauta más estricta, llegando incluso a usarse la vía intravenosa en combinación con la subcutánea.
Durante en el embarazo y el periodo de lactancia se recomienda consultar al médico antes de empezar un tratamiento con Clexane. La eficacia y la seguridad de este medicamento no han sido evaluadas en niños.
Deben evitarse dosis compensatorias cuando se ha olvidado una toma. Si el tratamiento se interrumpe es muy probable que se vuelvan a formar coágulos, por lo que es un medicamento que requiere disciplina y constancia.
Al ser un medicamento anticoagulante, es altamente probable que Clexane ocasione sangrado, lo que podría representar un riesgo importante. Debe consultarse al médico inmediatamente si hay un sangrado excesivo visible o síntomas de que puede estar ocurriendo un sangrado interno, como debilidad, palidez, mareos, dolores de cabeza o hinchazones.
Otros efectos secundarios comunes son el aumento de las enzimas hepáticas, la aparición de hematomas (moretones), erupciones y enrojecimiento en la piel, dolores de cabeza, aumento del número de plaquetas en la sangre y disminución del de células rojas.
Es necesario tomar precauciones si se pretende mezclar Clexane con otros medicamentos anticoagulantes como Warfarina, aspirina (o ácido acetil salicílico), clopidogrel.
Lo mismo se puede decir en el caso de antiinflamatorios no esteroideos (como ibuprofeno, diclofenaco, ketorolaco), medicamentos para el asma y la artritis, como prednisolona o dexametasona y finalmente en fármacos diuréticos y los que sirven para aumentar los niveles de potasio en la sangre.