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Montaje de la parte del cuerpo inferior de una psicóloga apoyando a su paciente y una redonda con una mujer y un globo mostrando felicidad

Los psicólogos desvelan la posible clave de la felicidad: qué es la regla 8-8-8

Descubre los hábitos que te ayudarán a ser más feliz

Cuando hablamos de felicidad es muy habitual referirnos a un estado de ánimo. Decimos que alguien es feliz cuando se siente satisfecho, obtiene aquello que desea o disfruta de algo bueno. Pero claro, a veces existen situaciones o circunstancias que no nos permiten serlo.

De la mano de la felicidad también está la autoestima, que viene siendo la percepción que se tiene sobre uno mismo. Cuando estas percepciones no son las más óptimas, es probable que entremos en un bucle de insatisfacción y, por consiguiente, de infelicidad. Sin embargo, hoy te traemos un truco para que, en estos casos, puedas salir de él. 

Mejorar la autoestima y ser más feliz es posible

Es evidente que nuestro estilo de vida juega un papel fundamental sobre nuestro bienestar. Nuestros hábitos, nuestro día a día e incluso la gente con las que nos relacionamos son determinantes a la hora de sentirnos felices y satisfechos.

No obstante, a veces es normal que podamos transitar períodos o épocas en las que estas variables se vean afectadas. Las personas no somos robots, y por lo tanto, no siempre podemos estar con una sonrisa en la cara.

Montaje de una chica llorando y al lado una imagen de dos personas abrazándose
Los humanos no siempre tenemos una sonrisa en la cara | Pexels, Monkey Business Images

En cualquier caso, lo que sí podemos hacer (y de hecho está en nuestras manos) es pedir ayuda cuando la necesitemos. En este sentido, los profesionales de la salud y la psicología son los referentes indicados a los que deberíamos consultar.

Y es que, hablando precisamente de psicología, no queremos perder la ocasión de mostrarte un truco que puede venirte fenomenal en momentos de bajón. Así pues, la psicóloga Sara Navarrete nos habla de la técnica del 8-8-8.

Esta fórmula, de la misma forma que muchas otras, puede funcionar de diferentes maneras según la persona. Sin embargo, lo que está claro es que no se pierde nada por intentarlo, y vale la pena aplicarla por si nos puede ayudar a vivir mejor.

Como podrás deducir por el nombre, esta técnica parte de tres aspectos fundamentales, donde el número 8 es el protagonista. En este sentido, nos centraremos en hablar de las 8 horas de trabajo, 8 horas de ocio y 8 horas de sueño. Todas ellas, en su totalidad, darían como resultado la felicidad. 

La fórmula para ser feliz

Parece una frase hecha, pero en este caso podría tener sentido: la fórmula de la felicidad podría ser posible. Es cierto alcanzar un bienestar pleno y absoluto a veces puede ser difícil, pero aplicando estos hábitos podríamos encontrar un equilibrio.

El primer hábito que tenemos que revisar sería el trabajo. Por norma general, las jornadas laborales en nuestro país suelen tener una duración de 8 horas diarias. En este sentido, lo que se trata es de buscar nuestro momento de 'máxima productividad'.

Este momento, una vez localizado, nos servirá para realizar aquellas faenas más complicadas y que requieran de mayor concentración. Cuando las finalicemos, podremos centrarnos en las fáciles, y de esta forma la sobrecarga será menor.

El segundo hábito sería nuestro tiempo de ocio. Es importante que después de acabar la jornada laboral dispongamos de momentos agradables y que nos permitan desconectar. Salir con amigos y practicar ejercicio, por ejemplo, contribuyen a nuestra salud cognitiva y a la sensación de satisfacción y bienestar.

Montaje de una mujer haciendo ejercicio con una imagen de unas pesas
El ejercicio ayuda a la salud cognitiva | Getty Images, Pexels

Y por último, pero no menos importante, no debemos olvidarnos de las horas de sueño. Para muchas personas el dormir es perder tiempo, pero lo cierto es que esta concepción es errónea. Dormir 8 horas diarias nos ayudarán a tener un sueño reparador, y por lo tanto, a afrontar el día y las rutinas con mejor ánimo.

Ahora que ya conoces esta técnica, te animamos a aplicarla. El simple hecho de aprender a distribuir las tareas y a modificar ciertos hábitos nos pueden ayudar a sentirnos mejor. Solo con esta fórmula, quizás ya hayamos conseguido un gran paso.